La centrífuga socialista irradia al resto del planeta, comienza un huracán que transformará  la sociedad entera.

Venezuela es la boca del Caribe, la entrada al sur, un continente   de antiguas civilizaciones indígenas y legendarios espíritus libertarios, que hoy se despierta luego de años dominada por distintos imperios. Poseedora de riquezas naturales que le han costado su libertad, hoy surge ante el mundo como la cuna de una posibilidad de transformación que día tras día se robustece en la formación de la conciencia social y en el protagonismo que cada habitante desarrolla en los cambios históricos y sociales.

Por encima de la controversia en la lucha mediática de los imperios, que nos ataca incansables, la conciencia de clase, la conciencia de lucha y el poder popular emergen gigantes e imposibles de ser derrotados por las fuerzas del pasado.

La epidemia comenzó en Venezuela pero se contagiaron inmediatamente el resto de los pueblos del continente. Hugo Rafael Chávez Frías ha sabido lidiar con astucia todos los intentos de aplacar esta mutación que ocurre con su pueblo que despierta ante sus arengas constantes en donde  enseña al pueblo para que reconozca que el capitalismo es el enemigo que nos mantuvo dominados y que hay que crear un nuevo modelo entre todos: el socialismo del siglo XXI.

A pesar de ser culpados de dictadores y de atacar la libertad de expresión, cualquiera que venga a visitarnos entenderá muy pronto que son solo cercos de matrices de opinión mediática que, a pesar de su intención de confundir, nunca han logrado empañar la hermosa realidad que se vive en nuestras tierras.

La propuesta de una revolución pacífica y gradual hacia la nueva sociedad, se fundamental en la creación de conciencia popular, la fuerza que mantiene al comandante presidente al frente de nuestros destinos. Cada vez que los medios de comunicación social no vendidos al sistema, enseñan a la gente humilde hablando y relatando su participación en la marcha de esta lucha, queda demostrada la fuerza de cambio tan intensa que se ha desatado en nuestro continente.

Los cambios del mundo han sido afectados por el fenómeno Chávez. La historia realmente ha cambiado. El resurgir de líderes de la envergadura de Fidel Castro, sobre todo al superar su enfermedad, le imprimen a Venezuela un liderazgo en los cambios que seguramente se sucederán en la historia de nuestras sociedades. Las empresas de producción socialista han enseñado al pueblo que existe la posibilidad de empresas sin amos, sin patrones, sin dueños. La autogestión popular se expande de forma multiplicadora en una población que ya esta ideológicamente clara en que tiene el poder de regir su destino. Esta conciencia se convierte en hechos concretos, en mejoras de la calidad de vida y en el avance a valores de solidaridad social que desplazan al valor que el individualismo y el egoismo capitalista imponían en sus anteriores años de dominio.

En Venezuela se duerme con el capitalismo, se vive con él. Pero el Socialismo cada día florece intensamente opacando y minimizando las fuerzas y el poder del modelo de explotación. Las pantallas de las televisoras ahora son del pueblo. Rostros sin maquillaje ni libreto, dan testimonios imbatibles de las victorias populares. Marchamos hacia la libertad y autonomía agroalimentaria a paso de gigantes, se despoja a la burguesía de sus dominios y es el pueblo quien asume esta responsabilidad.

La próxima elección de diputados para la Asamblea Nacional del próximo 26 S será una muestra más de la viabilidad del cambio pacífico y democrático. Las fuerzas del pasado ya se saben derrotados y no podrán más que seguir intentando descalificar y sabotear la estabilidad de nuestro país. Por las vías democráticas saben que jamás este pueblo les reconocerá como líderes ni como alternativas posible. Venezuela es un pueblo con un futuro bien claro en el corazón de sus habitantes: socialismo y evolución a una nueva sociedad.

Venceremos.