En la recta final a las parlamentarias
del 26S el potro revolucionario avanza victorioso a la meta y la tropelía
opositora hace tropiezos y fustiga con sus látigos de odio en los metros
finales. Esta es la última carrera para todos estos animales desalmados
del pasado y de la supuesta izquierda extraviada con las gríngolas
de aquella democracia mercantil en la que el poder era el centro del
poder de corrupción y de olvido a las necesidades populares, sin duda
que la lección del pueblo venezolano dejará jadeantes a todos los
que apuestan a que ocurra otra cosa. Más allá de todas las fallas
y problemas de estos 11 años de revolución bolivariana, la claridad
ya anuncia una conciencia de clase empoderada que trasciende por mucho
los presagios de los derrotistas y frustrados.
Las apuestas a campañas porno
mortuorias, a cabalas y santeros, a premoniciones y velas encendidas,
a collares y estampas de 7 cruces, no pudieron mellar la supremacía
de la conciencia de un pueblo que reconoce los cambios que ya son hechos
palpables en nuestra vida diaria, la educación, que hoy es reconocida
por la UNESCO, colocando a Venezuela como quinto país en matrícula
universitaria en su población, superando a China y a EE.UU. son el
pan de cada día en la familia venezolana que ve a sus hijos tener acceso
a los saberes, la salud preventiva, basada en los avances de la medicina
cubana, ya le da garantía de atención a los más recónditos pobladores
de nuestra patria, los índices de trabajo, que dejaron bien atrás
a aquella Venezuela plagada de buhoneros, que llena nuestra geografía
de empresas socialistas de producción, las cooperativas y la organización
comunal y las comunas como organización que abre el camino al verdadero
poder popular no son poca cosa, no son triunfos que se puedan opacar
con sortilegios de fantasmas y presagios de ultratumba.
El comandante nos pide que
no seamos triunfalistas y así debe ser, la lucha debe seguir hasta
el final de la jornada de este glorioso 26S, cada uno de nosotros debe
salir a hablar y convocar a cada compatriota a la participación, a
la toma de conciencia del valor que cada uno de nosotros tiene en esta
hora que definirá nuestro futuro, el de nuestros hijos y el de esta
bella patria: Venezuela socialista y bolivariana, ejemplo para el mundo
en transformación a una nueva vida.
La campaña liderada por Hugo
Chávez Frías está llena de sonrisas de pueblo, de ojos de mujeres
que le gritan al paso: ¡te amo Chávez!, caras llenas de frescura y
de futuro, dibujando esperanzas, sembrando rodillas sobre esta tierra
de compromisos, esta batalla suena a victorias más allá del 26, su
tronar retumba hasta el 2.012, hasta la victoria definitiva que garantice
la irreversibilidad de este camino duro y difícil pero del que siempre,
la sabiduría de este pueblo, ha salido victorioso.
La canalla mediática ha intentado
todas sus opulentas y truculentas formas de derrumbar esta victoria
y es el mundo entero quien está apostando a ver de nuevo al pueblo
de Venezuela dar ejemplo de lucha con su presencia masiva en las elecciones
parlamentarias de 26. Toda la patria ha escuchado el llamado, hay que
seguir adelante, camaradas, cada minuto mas ventaja, cada minuto más
victoria. Ellos se esconden ya en la angustia de una derrota para intentar
denunciar sus cantos de fraude, como es costumbre, y ya saben que ni
adentro ni fuera de esta patria su llanto de derrota encontrará eco.
Por sobre toda su tétrica
maraña publicitaria se impuso de punta a punta la voz temible de un
comandante que se crece como un huracán y que de nuevo despierta y
convoca a su pueblo al campo de batalla, por sobre todos sus tarifados
asesores ha sido superior la voz de cientos de líderes nacidos de estos
largos años de lucha. Si no pudieron cuando lograron dar su golpe de
estado, ni menos con el golpe petrolero, esta vez, camaradas, les puedo
asegurar, con toda confianza que les quedará en la boca este sabor
tan dulce que produce un pueblo unido, que parece miel, aunque a ustedes,
de seguro, les sabrá a otra cosa.
Patria socialista ¡Venceremos!
brachoraul@gmail.com