“Un gran hombre demuestra su espíritu con palabras delicadas y acciones firmes”
Phillip Dormer Stanhope…
La política sectaria se esta adueñando de los centros de poder estatal en Venezuela. Los dirigentes se han acomodado a un estado de cosas, y se comportan como completos usurpadores del poder en una actitud cuando menos oportunista. Para no decir que le hacen el juego a los enemigos del sistema bolivariano.
Por lo tanto, sin caer en la herejía, que a tantos asusta propongo, que el gobierno tendrá que adoptar decisiones drásticas para hacer funcionar lo que ya no es útil a los intereses de la revolución bolivariana. Para ello, habrá que dejar los miedos que impiden el paso hacia lo racional. Y habrá que estimular el trabajo por cuenta propia, el cooperativismo productivo, incentivar a los productores y agricultores , como una manera de liberar las fuerzas productivas, y organizar la producción con métodos y sistemas que fijen a los trabajadores al sentimiento de propietario por exigencias de un vínculo carnalmente económico, y no solo atenido a la exhortación política. Decía José Martí: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras”… Se que ladran los dogmaticos, pero es la señal de que se avanza.
Lamento las posturas ignaras de forma deliberada de la fauna estalinista, para los cuales todo en Venezuela está bien, y solo hay que hacer lo mismo que se viene haciendo desde hace más de 11 años, para no llegar a ninguna parte. Los fanáticos e histéricos de este tipo saben en el fondo que no tienen razón, pero están programados para gritar consignas, y decir que el otro está equivocado, y si lo tienen de frente, coñasearlo en gavilla, como hemos visto últimamente en los ataques a camaradas que reclaman reivindicaciones: golpes físicos y morales. Muchos proponemos ideas, cosas concretas, pero los ultrosos goebelianos solo censuran, y acusan pero no proponen nada, están esperando que los dinosaurios hablen, para entonces hablar ellos. Ojalá no se nos caiga el socialismo bolivariano que tanto ha costado, con sus errores y virtudes incluidas. Pero parece que no hay disposición para un debate popular serio.
Es común el comentario de los burócratas interesados en mantener el status quo, para no cambiar nada de lo que debe ser cambiado, el “casquillo” de que “mientras estemos siendo acosados por el imperialismo yanqui, y las cercanías del 26-S, no son escenarios para hacer críticas de fondo sobre la corrupción, el burocratismo y las desviaciones del proyecto democrático socialista de la revolución bolivariana.
Son los burócratas, corruptos y los oportunistas de uña y pezuña, los que están poniendo en juego todo este proceso.
Precisamente es todo lo contrario: la resistencia al debate revolucionario, a la crítica revolucionaria, solo sirve a los planes opositores imperialistas. Y contrarrevolucionarios de destruir la revolución, y evitar la transición socialista en Venezuela. Cuyo objetivo estratégico es ese precisamente.
Los que obstaculizan el debate revolucionario buscan los mismos objetivos que el imperialismo que dicen combatir.
El silenciar la crítica revolucionaria contra el ala corrupta, y burocrática del partido, y el gobierno, para que no se denuncien los manejos políticos turbios de esa elite, ayudando a avanzar, a los que realmente están dispuestos hacer los cambios necesarios a favor de la consolidación del socialismo bolivariano, estén dentro o fuera de las estructuras del partido y el gobierno.
Con muchos de ellos hay serias diferencias de método, de ópticas pero eso no debe llevarnos al enfrentamiento, no debemos convertirnos en contrarios, esto no debe ser usado sectariamente para impedir la participación de muchos militantes en el debate necesario que ya está teniendo lugar en el pueblo venezolano a pesar de los ataques de la oposición al gobierno bolivariano. Lo que se busca es salvar la revolución, y avanzar hacia el socialismo. El sectarismo enclaustrado en el poder lo impide.
Los que planteamos un socialismo democrático no buscamos imponer nada. Muchos aspiramos que el pueblo, y los revolucionarios conozcan amplias opiniones, se debatan y si lo creen inconvenientes que las rechacen. Sabemos: que muchos le temen al debate, pues sus ideas son “anacrónicas” como la plancha de hierro.
El sectarismo en el sistema de medios públicos de comunicación impide la información de las ideas, para divulgar y exponer criterios.
¿No queda otro camino que no sea el divulgar nuestros puntos de vista a través de www.aporrea.org, y todas las redes sociales? Estas actitudes lo que buscan es la división del campo revolucionario, y el eventual fracaso del socialismo bolivariano. Los que quieren radicalizar el proceso, y hacerlo avanzar a metas anti-democráticas, son irresponsables y demagogos.
Los únicos culpables de un revés electoral en las parlamentarias del domingo 26-S, que pueda sufrir el proceso revolucionario es el aparato burocrático, y que muchos se autodenomina como “socialista”, y que se empecinan en continuar a pesar de todos los antecedentes revolucionarios del siglo XX, y reprimen a quienes discrepan, y tratan de aportar algo positivo a favor de un verdadero socialismo humanista. Así se paga el Diablo. El poder lo puede todo incluso devorar a sus propios hijos, pero ya sabemos a dónde nos conduce este minado camino.
El argumento de que hacemos las mismas críticas que la oposición. No son más que manipulaciones de quien las diga, no tiene nada que ver con muchas propuestas serias. Estos Intentos de apalastrar ideas no son más que estupideces, con esto solo conseguirían destruir la revolución socialista.
¿Despedir a un camarada de su trabajo por opinar sobre ideas socialistas distintas, no es acaso violarles sus derechos humanos y constitucionales? Estas posiciones sectarias impiden el avance de la revolución.
