Estimado Camarada
No
tengo la intención con este nota que me permito enviarle, solidarizarme
tardíamente con usted. Creo que lo hice en dos oportunidades y en
consecuencia, estas líneas no tienen esa finalidad. En esta ocasión,
simple y llanamente deseo comunicarle mi duda en relación con ese par de
notas que publiqué en Aporrea cuando usted cayó en desgracia ante el
alto gobierno. En esa oportunidad estaba totalmente seguro que la
solidaridad con su trabajo y el esfuerzo que había realizado era lo
mínimo que podía hacerse porque la destitución era irreversible.
¿Qué situaciones justifican esta duda?
Efectivamente,
es una pregunta muy pertinente. Entiendo que ya ha pasado mucho tiempo
desde su destitución o renuncia forzada (ya ni me acuerdo que pasó) y
no parece tener mucho sentido ahora plantearse una duda (casi
existencial) sobre un tema irrelevante, justo en el momento cuando el
proyecto bolivariano comienza a sentirse amenazado. A pesar del tiempo,
la duda creo que tiene sentido y debe conocerla completamente.
Así
como usted sintió la solidaridad del pueblo bolivariano y chavista con
su destitución, en honor a la verdad, usted no fue capaz de sentir la
profundidad de esa inconformidad y no supo además, corresponder con
ese sentimiento que le mostraba un pueblo, que A veces lo observamos
comportándose como sujeto histórico y frecuentemente, suele vérsele
quieto, pasivo y resignado cuando debería ser muy activo en el reclamo
de una gestión que responda a lo que está escrito en el Proyecto
Nacional Simón Bolívar. La contraloría social se esfumo y las 3-R
también. Muy pocas veces vemos a ese pueblo sacando y mostrando fuerza
porque regularmente, solemos verlo metido de pies y cabeza “gozándose”
una forma de clientelismo que lo hace dispersarse. Así estaban las cosas
ante de su destitución y así van ahora. Ese pueblo lo “movilizan” en
autobús para marchas y eventos, pero aún no tiene PODER y espera casi
pasivamente por el milagro de un gobierno eficaz y eficiente. Me cuesta
decirlo, porque no es fácil: hay un pueblo de utilería para eventos
Estimado
camarada Samán, no creo que la derrota o victoria pírrica del 26-S
(según se entienda y analice), no lo asuma como uno de los culpables o
responsables de los resultados del evento electoral y de la amenaza que
ahora se cierne sobre el proyecto bolivariano. Aunque se encuentra de
bajo perfil y no tiene (aparentemente) las manos metidas en esto, no se
escapa de una R al cuadrado. Para evitar malas interpretaciones, creo
entender que esa amenaza no viene precisamente por el empuje social del
proyecto de la oposición, más que una amenaza de ese tipo y con ese
origen; la situación crítica proviene justamente por las actuaciones y
omisiones del gobierno revolucionario. En su caso particular, creo
ahora que su silencio, su supuesta lealtad y falta de solidaridad con
el pueblo bolivariano y su proyecto, explica o sirve para explicarnos la
derrota o victoria pírrica del 26-S.
Decía que ahora me abrigaba
una duda sobre esa solidaridad que le manifesté a través de una nota
escrita en Aporrea, porque no sé si usted fue muy efectista en su
gestión y se dedico únicamente a ponerle fin a la especulación y
acaparamiento, dejando el problema de la seguridad alimentaria en los
puertos, en manos de PDVAL y de una parte de nuestra nueva y poderosa
burguesía socialista, que también tiene que ver con la derrota o
victoria pírrica según se vea y entienda. Por ahí nos dimos un
autogol, que fue aprovechado muy bien por los dueños de los medios de
producción ideológica, que son dueño además de los partidos políticos de
la oposición.
Pero no es mi intención ponerlo o calificarlo de
efectista en esta pequeña nota que me permito escribirle. Voy a un
asunto de mayor sentido y significación. Creo haber leído una
“explicación” que ofreció para justificar su destitución, en la cual
planteaba que no diría muchas cosas y se mantenía leal al comandante y
al proceso. Justo cuando siento los perros cerca por nuestras acciones y
omisiones, me viene el entendimiento y me digo: Claro, el poeta Eduardo
Samán es de alguna manera responsable con la derrota por no haber
podido corresponder realmente con ese sentimiento de solidaridad que le
mostro el pueblo bolivariano.
Camarada Samán, este pueblo
bolivariano y chavista nunca supo las razones de su destitución, pero su
silencio para ser leal al proceso y al comandante, fue muy en el fondo
un acto desleal con el pueblo y con el proceso. Echándole mano a la
imaginación, puede llegarse a suponer que su salida del cargo, un tanto
misteriosa y confusa, se explica por las intrigas internas y luchas de
grupos. No haber planteado en su momento las razones de su despido, pudo
advertirnos de lo que ya sabíamos, pero necesitábamos tener mayor nivel
de consciencia. Nos falló y utilizó para fallarnos esa excusa de la
lealtad y con ese “argumento” le abrió campo a las intrigas, a los
fraccionalismos, a la prevalencia de los pequeños grupos por sobre los
intereses del proyecto. Sin proponérselo o por ingenuidad nos falló y
por ahí también tomó mayor fuerza el burocratismo, el clientelismo y
otros ismos mas, que evidentemente están colocándole serias limitaciones
y amenazas al proyecto. El silencio leal de usted fue prácticamente un
acto de alcahuetería contra la no aplicación de las 3 erres, que ahora
vienen al cuadrado según lo indicado por el comandante recientemente.
Haberse
callado y no haber dicho las razones de su despido nos privó de una
gestión efectista, que no es mucha cosa pero en algo ayudaba. Puedo
ahora asegurar que detrás de su destitución estaban las intrigas, las
luchas internas, las zancadillas y en esas condiciones es muy difícil
avanzar porque la distancia entre el discurso y la realidad se hace más
larga e inexplicable. Haberse callado es una responsabilidad suya que
pudo hacernos daño, pero también nuestra conformidad con su silencio
leal y nuestro propio silencio, ante las malas prácticas administrativas
se conectan y juntos hemos generado una bola de nieve de grandes
dimensiones. La física nos advierte del peligro.
Creo que no me guardo o me queda más nada.
evaristomarcano@cantv.net