Por aquí, por Barcelona, pasó Diosdado. Lo supe, no porque me lo dijesen en la patrulla, en la cual poco se sabe, sino porque salió en la prensa. Cuando me enteré, todo lo allí informado, ya estaba consumado.

Habló con alguna gente, quizás muy poca, pero con menos taciturnidad que las visitas de Aristóbulo. Por la nota periodística y la fotografía que a ésta acompaña, la comparencia del ahora vicepresidente del Psuv para la zona oriental fue menos discreta y, en consecuencia, como más abierta. Hay en aquella, encerrados en un estrecho marco, caras que antes no se retrataban juntas. Esto es un buen indicio y habla de un entrar con buen pie del dirigente mencionado.

Esta impresión a que nos induce la sola fotografía, queda corroborada cuando Cabello, declaró al periodista:

“…..esta reunión se hizo en sana y estricta paz, con mucha camaradería y sin inconvenientes.”

Aseguró el periodista que Cabello prometió para la próxima semana, informar sobre quiénes son los miembros “del nuevo equipo regional” – ¡hay entonces uno nuevo! -, después que el presidente del partido, Hugo Rafael Chávez Frías, se reúna este viernes con los delegados regionales.

No obstante, quedó en el aire, si se escogió o no el equipo político estadal y cuál procedimiento se utilizó para hacerlo. Recordemos que esa “elección” debe hacerse de acuerdo al artículo 5º; así lo demanda el artículo 23, parágrafo primero, de los Estatutos del partido.

He leído en la página web del Psuv, que en el Distrito Capital han optado por escoger o elegir el buró o equipo político correspondiente, en una reunión del grupo de los 60, elegido en las elecciones primarias de la organización. Si volvemos al artículo 5º, encontramos que allí se establece la elección de segundo grado como una de las posibilidades. Los caraqueños escogieron esa. Vale.

Pero Cabello no especificó cuál fue la opción, de conformidad a la legalidad del partido, que se asumió para escoger a los dirigentes de Anzoàtegui, en caso de haberse hecho.

Esto es de mucho interés. Porque la justificada preocupación de Diosdado, para que se ponga énfasis en “trabajar por la unidad, seguir las instrucciones del Presidente sobre diálogo, debate, llamar a aquellos compañeros, que estuvieron con nosotros y no se sintieron satisfechos, a unirnos”, como declaró a la prensa, puede no verse cristalizada si hacemos más de lo mismo. Es decir, llamamos a cabezas visibles de grupos – no tendencias, porque puede ser que eso sea mucho camisón pa´ Petra (no James Petras) – les ponemos de acuerdo superficialmente, firmamos un armisticio y repartimos la cochina.

Ese proceder, espero estar absolutamente equivocado en la hipótesis, dejaría las cosas tan malas como antes. Por lo menos, lo que se piensa hacer en Caracas, tiene cierto fundamento, aunque no sea lo ideal. Habrìa debate semi abierto y una elección de segundo grado.

Incluso los integrantes del grupo de los sesenta, si proceden con el criterio de los revolucionarios y uno espera que así sea, estarían en obligación de consultar hasta más allá de dónde les sea posible.

Pero Diosdado, uno no sabe con qué premura, siguió hacia Cumaná, donde al parecer, por lo que por aquí llega, allà hay un avispero.

En tierra del Manzanares, de poetas, soñadores y, lo que es casi lo mismo, gente aguantadora, dijo el vicepresidente partidista:

“Serán los militantes que no tengan ningún

cargo de gobierno como ministros, gobernadores,

alcaldes o diputados quienes asuman la dirigencia

de las regiones porque les dará tiempo organizarlas”.

Esta afirmación contundente de Diosdado, la cual en parte goza de mi respaldo, aunque no tiene que ser tan estricto y meter en ese saco a los diputados, la celebro. Es lo que hemos venido planteando desde tiempo atrás y no porque se trate de un asunto de tiempo, sino por otras razones más profundas. Es cuestión de la debida relación partido gobierno.

Recordemos, como el presidente Chávez, en una de las sesiones del Congreso del partido, cuestionó la presencia de gobernadores y alcaldes, quienes según él, debían estar al frente de sus obligaciones.

Pero, mientras Diosdado dijo lo anterior en Cumaná, acá en Barcelona, con motivo de la reunión antes comentada, Tarek William Saab, gobernador del Estado Anzoátegui, advirtió a los periodistas lo establecido en los estatutos, que “Los gobernadores somos miembros natos de las instancias estadales y los alcaldes de los equipos municipales”.

Eso es cierto; lo señala el artículo 23, parágrafo tercero de los Estatutos. Sólo que falto decir el resto, que esos funcionarios al incorporarse como miembros natos, lo harán en “igualdad de condiciones”. Es decir, no tienen por qué ejercer la jefatura. Por lo de la igualdad. Además, porque la idea de quienes elaboraron esos estatutos, es que esos funcionarios estén muy vinculados al Partido para que informen, se les asesore y hasta exija en base a los intereses que él representa. No para dirigirle.

Sólo quiero acotar, que estas opiniones, bien pude haberlas emitido sin nombrar personas, porque quienes me conocen saben que ellas no hay nada contra nadie. Son solo cosas de concepción de partido y relaciones de este con el gobierno.

Personalicé porque la real circunstancia planteada, es buena desde el punto de vista pedagógico.

Nota: 24 horas despùes de escrito este artículo, he leído declaraciones de Rodrigo Cabezas, según las cuales, los altos funcionarios de gobierno no formarían parte de las directivas regionales. Además que se optará por la cooptación, mediante estudio de credenciales, para escoger aquellos dirigentes, forma también prevista en el artículo 5º de los Estatutos.


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