A diecinueve (19) años de la insurrección militar y a doce años del Gobierno Revolucionario, se produce y se desencadena un gran debate político nacional, que ya comienza a movilizar, motivar y apasionar a millares de militantes del PSUV, el cual no tiene precedente alguno y que por primera vez tiene un carácter autocritico desde la Dirección Nacional, lo que genera enormes expectativas en las bases del Partido por su desenlace final.
Cabe destacar que el documento base para la discusión de lo que se llama “las cinco (5) líneas estratégicas de acción política”, asume el pleno reconocimiento de un conjunto de errores y desviaciones que perviven en el seno del partido y en la gestión de gobierno a todos sus niveles, como consecuencia del “burocratismo, oportunismo, sectarismo, nepotismo y el gradual alejamiento de la base social bolivariana”.
Digo que este debate genera enormes expectativas, porque la autocritica o golpes de pecho, no será suficiente para solventar el malestar y la decepción de la base del Partido. Ya que algunos dirigentes nacionales, regionales y cuadros medios del partido, que son los verdaderos responsables de la reproducción de la “Cultura política capitalista”, de la errada concepción Partido/Maquinaria y de la crisis de polarización chavista. Ellos creen que desde éste nuevo escenario y al calor del debate, con falsos discursos “revolucionarios” se pueden lavar la cara y continuar impunemente engañando a la militancia y al Presidente.
No hay duda que el debate ha sido oportuno y es la concreción de una vieja aspiración por lograr más democracia dentro del partido, pero no faltara quienes pretendan desviar la esencia del debate, con aquello del bajo nivel político de nuestra militancia, de indisciplina o que están confundidas por el adversario. Lo que significa profundizar e identificar el centro del problema y desenmascarar quienes con su conducta y su práctica política capitalista, impedirán u obstaculizaran la reunificación y reorganización del partido.
Ahora la base del partido no está dispuesta a seguir tolerando o ser cómplice silencioso, de supuestos líderes absolutos, burócratas, corruptos y oportunistas; quienes aunque manejan cierto poder político y económico, ya comienza nuestra militancia a comprender que esa clase política es minoría.
No sólo en un plan de acción debe concluir este debate, también se deben tomar medidas disciplinarias y políticas, para moralizar y poder movilizar a nuestro partido. Recordemos aquello de Simón Rodríguez: "La fuerza material está en la masa" y "la fuerza moral en el movimiento de la masa"
pedro_infante2002@yahoo.es