Documento de las cinco líneas estratégica. Pág., 7
En varias ocasiones el líder fundamental de este proceso ha dicho que el documento de las cinco líneas Estratégica de Acción Política del PSUV, tiene su sello. Es decir, es documento concebido o elaborado por él[1]. Este hecho por ninguna razón entra en contradicción con la función de líder que ejerce en el PSUV, por el contrario, es un elemento que lo fortalece, pero no deja de ser un acontecimiento que nos obliga a otras lecturas.
El Presidente y Líder fundamental del movimiento (no líder indiscutible[2]) debe estar siempre dando su orientaciones, Ya lo expresé en una nota anterior[3], pero en el acto del 03/03/2011 de juramentación de los nuevos miembros de la Direcciones estadales, nos habló de la necesidad de un equipo y que no hay nada mejor que un equipo. Estamos de acuerdo con esto. Un equipo es como una palanca que le trasmite fortaleza y capacidad a una organización, pero en este caso de autoría del documento y la idea de equipo hay un “corto circuito”. Si el Presidente fue el autor del documento, tal y como lo ha reconocido y su distribución bajó inmediatamente a los colectivos estadales, municipales y parroquiales para su discusión; la idea de equipo y de Dirección Política Nacional se desvanece.
La idea de Equipo de la Dirección Nacional nos remite a un grupo de camarada con posibles diferencias (¿?) pero que tienen entre otras funciones, la responsabilidad de institucionalizar las iniciativas que se produzcan individualmente en los altos niveles. Es decir, creo que el documento elaborado por el líder fundamental ha debido pasar por la Dirección Nacional y que después de una discusión a ese nivel con sus aportes; el documento institucionalizado debe bajar como una expresión de la institucionalización para la respectiva discusión. Así como el líder asume la autoría del documento de la cinco líneas, no he visto registrada una información en los medios ni en la página del PSUV una información que nos diga que el documento fue considerado, analizado y aprobado en una reunión de la Dirección Nacional.
Dudas quedan sobre la capacidad y la autoridad del PSUV. No quedan bien parados y más bien trasmiten la sensación de un equipo con un cuarto bate, que a su vez manda las señales desde de “dogaut”, juega la posición de pícher, acapara la atención de la madrina y no hay para más nadie. En una nota que publicamos recientemente con el título de: “Chávez, Steve Ellner y el balance del proceso”[4], que preparamos en función de un artículo publicado por este investigador de destacada experiencia en la Revista Cuadernos del CENDES, comenté ligeramente algo que contenía el artículo de Ellner, donde se observa críticamente como “el papel omnipresente de Chávez y la tendencia a depender de él para formular las posiciones oficiales desalientan el debate interno y la creación de mecanismos bien definidos y viables para la toma de decisiones”. Esa situación que puede ahora resultarnos simpática, que comunica un total y absoluto “consenso”, no sólo trasmite una sensación de dependencia de la Dirección Nacional, sino que a futuro puede convertirse en una falta de iniciativa y creatividad.
No es bueno tener un partido así, totalmente plegado a las ideas y sugerencias del líder fundamental, porque el equipo comunica mayor solidez y fuerza. Hemos estado reivindicando la necesidad de que cada venezolano y venezolana se reconozca conscientemente como persona y si esto es una conducta revolucionaria, cada miembro de la Dirección Nacional debe hacerlo, sin desconocer por supuesto, que Chávez es el líder fundamental y favorablemente tienen buenas ideas. Los camaradas de la Dirección Nacional deben también reconocer que tienen sus neuronas y pueden ponerla a disposición del PSUV para fortalecer la institucionalidad del partido.
Sin soberanos y soberanas, muy difícilmente exista patria soberana.
[1] Puede entenderse, que posiblemente Chávez comisionó a un equipo de su entorno para preparar el documento, pero en cualquier caso; el Presidente ha asumido su autoría
[2] Darle a Chávez esta condición de líder fundamental y no líder indiscutible se fundamente sobre la siguiente idea: un liderazgo fundamental “mira” mejor la condición del proceso. Podemos y debemos discutir las ideas y propuestas del líder fundamental, que afortunadamente siempre son buenas, pero pueden mejorarse.
[3] Disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/a118927.html
[4] Disponible en: http://www.aporrea.org/ideologia/a118749.html