(Los antecedentes inmediatos)

¿Es posible el impulso y desarrollo de la economía comunal? (I)

Existe un aspecto relevante del proceso bolivariano que toma mucha distancia (teóricamente) de lo que fue la experiencia socialista del Siglo XX. Efectivamente, La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) recogió en su texto, la propuesta de democracia participativa y protagónica y ese principio constitucional, ha servido de fundamento para desarrollar un cuerpo de leyes que tiene como fin consolidar el Poder Popular. A finales del año  2010, la Asamblea Nacional aprobó  cinco leyes, que unidas a la Ley Orgánica de los Consejos Comunales, la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y su Reglamento, se han constituido en un marco jurídico perfecto o casi perfecto para el impulso de iniciativas socioproductivas, que es una de las dimensiones del principio (o línea) de la democracia participativa y protagónica consagrada en la Constitución y en el Proyecto Nacional “Simón Bolívar (PNSB)

 La Asamblea Nacional aprobó y ya están publicadas en la Gaceta Oficial N° 6.011 (Extraordinario) la Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Planificación Pública y Popular, Ley Orgánica de las Comunas, Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal y la Ley Orgánica de Contraloría Social. Todas estas leyes tratan de colocar en manos de las comunidades organizadas asuntos de importancia para la concreción de esta propuesta de democracia protagónica y participativa.

Antes de meternos en el tema y tratar de responder la pregunta que utilizó como título de esta nota, conviene y es necesario puntualizar que se viene de un cierto nivel de improvisación  y mal uso de este principio de participación protagónica. Una de las evidencias más importantes son los recursos que se utilizaron para financiar “proyectos” a través del denominado “gabinete móvil”, que fue una propuesta formalizada y ejecutada por Chávez con el objeto de promover iniciativas socioproductivas que se identificaran con los planteamientos teóricos del desarrollo endógeno. Los supuestos proyectos aprobados en estos gabinetes móviles, se identificaron como Núcleos de Desarrollo Endógeno (NUDE).

Chávez de buena fe y pensando (tal vez) que se habían entendido los lineamientos y las razones de este apoyo financiero, intentó apalancar estas iniciativas y lamentablemente, gran parte de este proceso de apalancamiento, fue muy desordenado y en muy pocos casos; los recursos que se solicitaron y asignaron, no fueron aprobados bajo la constatación del respectivo proyecto. Hubo ideas, pero no proyectos y casi ninguna de las propuestas respondió a la condición de ser una idea para promover un desarrollo endógeno. En el mejor de los casos, se ofrecieron ideas para construir algo (Planta, vialidad, mercado, centros de acopios) pero sin proyectos y por consiguiente, no se presentaron para el momento  los estudios  y análisis que la formulación de un proyecto reclama o exige.

Transcurrido caso seis años de esta experiencia, los muy pocos proyectos que están en fase de operación tienen muchas limitaciones porque no respondieron precisamente a esa condición de proyectos endógenos. Hay plantas procesadoras de leche por ejemplo, que se construyeron y en el área de influencia no se estimuló el desarrollo de proyectos conexos para incrementar la producción de leche y las plantas están operando por debajo de su capacidad instalada. Se impuso la improvisación y las ganas de lograr recursos para realizar negocios. Se desvirtúo totalmente una iniciativa del Presidente y se ha perdido un tiempo valioso en el proceso de aproximación a  al modelo socialista del siglo XXI.

Se aprobó en el año 2009 la Ley Orgánica de los Consejos Comunales y en esta ley, aparece la figura del Plan Comunal (Art. 23) que resume una interesante propuesta para ordenar las políticas y entrega de recursos. Una interesante iniciativa sin lugar a dudas, pero mal entendida porque los recursos a los Consejos Comunales bajaron sin los planes. Más recientemente se aprobó la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno y su Reglamento y ahí se estableció la  figura de los Distritos Motores de Desarrollo (Art. 3 y 21) para canalizar las inversiones en correspondencia con los desequilibrios territoriales y luego se observó una total improvisación en el uso de la figura del Distrito y aparecieron “planes” en zonas o áreas urbanas (densamente pobladas) donde no prevalecen desequilibrios territoriales. A pesar de reunir unos lineamientos y orientaciones interesantes; la improvisación y la falta de planes continúa imperando.

En este lapso, se propusieron, promovieron y apalancaron también, las experiencias de las cooperativas. Este “movimiento cooperativistas” creció aceleradamente, pero al final, las “cooperativas” no ofrecieron los resultados esperados; no porque el cooperativismo sea una opción de participación inadecuada. Nada de eso; el cooperativismo un excelente opción, pero aquí fracasó por un improvisación que floreció aun con la existencia de un conjunto de entes responsables de su conducción y orientación. En este caso, creo que se juntaron la viveza del venezolano y el burocratismo.

evaristomarcano@cantv.net



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Evaristo Marcano Marín


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