Raúl Bracho.
Una visión mecanicista del
hombre fue aquella que dividió a los intelectuales separándolos de
la clase trabajadora por el simple hecho de trabajar solo con el “intelecto”
y no con sus músculos. En una visión organicista debemos abordar el
trabajo intelectual como una mas de las partes que conforman el todo,
que no es otro que la misma sociedad y aceptar que todo trabajo manual
genera una comprensión intelectual y viceversa: que el trabajo intelectual,
es decir el pensamiento colectivo, de alguna manera determina en alguna
medida el desarrollo de la historia; de forma tal que no se puede separar
a la ”intelectualidad” como a “ese sector de opinadores de cafetín”
que pretenden criticar desde “afuera” a las fuerzas que están promoviendo
los cambios.
En la modernidad del siglo
XXI, en donde los medios alternativos ofrecen una capacidad extraordinaria
de comunicación, de difusión de ideas y de expresión individual y
colectivo a través de la red global de Internet, se visibiliza de forma
contundente el pensamiento de todas y todos, estas visiones se retransmiten
a un universo de receptores por medios veloces y globales como mensajes
por las innumerables redes existente. Los blog agrupan de forma natural
a toda la población y se convierte la comunicación informal en un
territorio que logra afectar el pensamiento colectivo. Al unir esta
forma de comunicación al proceso histórico de nuestra sociedad en
crisis, no se puede dejar de tomar en cuenta que las fuerzas en
pugna se enfrentan igualmente en este terreno, que hay expresiones regresivas
y expresiones revolucionarias, así como de forma muy solapada una terrible
fuerza que se infiltra en estas redes con la intención de desinformar,
confundir y manipular estas expresiones en servicio del predominio imperial,
en los países en donde hay crisis políticas hay laboratorios que operan
para desvirtuar la fuerza transformadora que deben de generar formas
de comunicación tan sorprendentes como las actuales.
El verdadero trabajo intelectual,
debe comprenderse desde la participación en la vida social, los colectivos
o personas que opinan o critican, no tendrán sentido si sus “ideas”
no están conectadas con la realidad de cualquier forma, los medios
alternativos deben preservar la capacidad de ser la voz de los pueblos
en su lucha por la nueva sociedad, mas humana y solidaria, sin cabida
a la explotación del rico sobre el pobre, sin el dominio de un país
poderoso sobre los países débiles, el mundo nuevo y socialista. No
se puede perder, desde los “intelectuales de izquierda” la visión
de la importancia de los objetivos que socialmente se buscan en la lucha
por la liberación, de la lucha política mundial en la que hay un enemigo
poderoso, el imperialismo.
Las recientes experiencias
suscitadas en el medio oriente y África deben alertarnos. El poder
imperial ha aprendido a manejar la opinión publica, ha logrado que
se confunda mucha gente y termine defendiendo lo que ha ellos les conviene,
generan matrices de opinión para desestabilizar a nuestros lideres
y a nuestros procesos, generan conflictos maquillados para que
se dude, para que nos confundamos y debilitemos. Mas allá del derecho
a la critica, que debe siempre enmarcarse en la critica constructiva,
se debe mantener claro el objeto final de la lucha: derrotar a una forma
de vida inhumana, explotadora y cruel que destroza a nuestra humanidad
y a nuestro planeta.
El pueblo es el gran protagonista
de los cambios, su pensamiento debe ser la fuerza que resista y logre
vencer un imperio muy diestro en el engaño y la manipulación, la sociedad
de consumo existe afuera y dentro de los seres que conforman la sociedad,
por tanto el dialogo y la expresión comunitaria debe apuntar a la liberación
exterior e interior de la especie humana.
No tiene cabida una corte de
“analistas” e “interpretadores” como si fuese la gran corte
celestial que determine lo bueno y lo malo, no es ese el trabajo comunicacional,
es el generar política, acción en lo social, conciencia en las clases
dominadas, despertar la rebelión ante un modelo perverso que nos amenaza
con la extinción.
La gran batalla de las ideas
debe abrir las puertas a la conciencia planetaria, a la unión de la
humanidad que lucha por un nuevo orden mundial de libertad y justicia,
de igualdad y solidaridad.
Venceremos.
brachoraul@gmail.com