Supongo, que para este momento en el cual escribo esta nota, cientos de miles de venezolanos ya le habrán dado una lectura a la propuesta que Chávez presentó este 11 de junio, día en que formalizó su inscripción como candidato a las elecciones presidenciales. No tengo dudas del cumplimiento de esta tarea, porque una de las tantas cosas positivas que ha concretado esta revolución, es haber hecho visible al pueblo y esa visibilidad, toma sentido o se concreta en el debate y discusión que se genera en el seno del pueblo.
Esta propuesta que Chávez y su equipo presentaron al país se compone de cinco objetivos históricos: a) Independencia, b) Patria Socialista, c) País Potencia, 4) Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica y 5) Contribuir con la Preservación de la vida en el planeta.
Finalicé una primera lectura de este documento y voy a permitirme levantar una primera opinión, que no me fue fácil armar porque la estructura del documento lo hace un poco difícil. Tengo dos grandes observaciones muy generales de esta primera lectura. Una hace referencia a la un falta de explicación y justificación de los objetivos calificados como históricos y la otra observación, se expresa en la dificultad para hacer una lectura más analítica del documento por la cantidad de objetivos calificados como estratégicos y generales. En esta parte, hay prácticamente una selva de objetivos que a veces se solapan. Una mejor organización de estos objetivos estratégicos y generales, puede conducir a una integración y así ofrecer una mejor visión y lectura de la propuesta.
El primer gran objetivo histórico, hace referencia a la defensa, expansión y consolidación de la independencia Nacional. Creo que en esto hay pleno consenso en todas las voluntades que promueven el proyecto bolivariano. Observo que este objetivo histórico se descompone en 6 objetivos nacionales y aquí hay que hacer una distinción entre un objetivo y una premisa o supuesto. Si no se mantiene en el poder el proyecto bolivariano, la independencia se hace muy vulnerable. Más que reconocer a este objetivo nacional como tal, vale revisarlo y entenderlo como un supuesto. Si no existe el proyecto bolivariano; la independencia política y económica tambalea.
Por otro lado, el objetivo nacional planteado como “preservar y consolidar la soberanía sobre los recursos petroleros y demás recursos naturales estratégicos”; puede asumirse como un gran objetivo nacional porque es el asunto que motiva los planes desestabilizadores y de intervención, pero vale preguntarse: ¿Qué nos da seguridad en esta preservación de los recursos petroleros?
Como una posible respuesta a esta pregunta, está el objetivo identificado como 1.6 enunciado: “Fortalecer el poder defensivo nacional como un mecanismo para proteger la independencia” y en esto caben unas reflexiones adicionales: ¿En verdad se preserva y asegura la independencia con esta objetivo? ¿Qué tiene ahora mayor importancia, la alianza que se está construyendo a través del ALBA y UNASUR o este énfasis en el poder de defensa? Este objetivo 1.6 más que objetivo, cabe mejor como una estrategia. Sin un interés por complicar las cosas y confundirlas, entiendo lo histórico de este objetivo sobre la preservación de la independencia, pero en procura de una mejor estructuración de la propuesta, hay objetivos nacionales e históricos que pueden o caben como estrategias.
Pienso además, que en este asunto de materia de los recursos petroleros y naturales se ha avanzado bastante legal y políticamente. Creo también, que la suerte de este proyecto no se reduce a un problema interno básicamente, sino al fortalecimiento de la alianza que el proyecto viene adelantando. Viéndole de esta manera, este objetivo histórico (La Independencia) exige la profundización de esta alianza y este aspecto que está en otro objetivo histórico, puede ser planteado como una vía para preservar esta independencia.
¿El petróleo nos garantiza la
independencia?
Creo que el petróleo no dejando de ser una fuente principal de recursos para tener capacidad y solvente económica, es un punto de atracción para la amenaza principal: Desestabilización e intervención. Claro hay que cuidar esta riqueza, pero históricamente nos ha hecho dependiente en un doble sentido. Insisto, que en materia petrolera se ha avanzado bastante, no así, en la condición de país que mantiene mucha dependencia interna y externa en el plano alimentario y esto obliga a ser más preciso en el planteamiento de los objetivos estratégicos y objetivos generales. No basta ya, proclamar la “soberanía alimentaria”; es tiempo de ir más al detalle del asunto.
En el caso de los objetivos estratégicos y objetivos generales nacionales contabilice en esta selva de objetivos un total de 54 para el área petrolera y minera, en la cual se ha avanzado bastante y es posible decir hoy que no dependemos de un país para venderé petróleo; sin embargo, en la parte que tiene que ver con el desarrollo agrícola alimentario, contabilicé 52 objetivos, pero observé muchos situaciones generales que deben estar más en un plano específicos. Así como hay precisiones en la parte de energía eléctrica con proyectos concretos[i], debe hacerse lo mismo en el área de soberanía alimentaria porque sin lugar a dudas, este tema es un lado débil en este proceso y es fundamental para preservar la independencia.
¿Es histórico o no es histórico el planteamiento del Poder Popular?
Estoy plenamente convencido que el Poder Popular es un objetivo histórico y fundamental para el Estado Socialista. Es una de los elementos emblemáticos de este proyecto. Es el antídoto para salvarnos del Estado burgués, de los peligros que tumbaron el socialismo del siglo XX y asechan el desarrollo del socialismo del siglo XXI. Este tema está incluido en la propuesta, pero no como objetivo histórico. Esta como objetivo Nacional y sobre él no hay mucha concreción. Ya existe un marco legal y es tiempo (creo yo) de hacer de este hecho una de las más importante referencias del socialismo del siglo XXI.
Cuando comienza a leerse la propuesta y en la presentación se encuentra con lo que a continuación se expresa, se toma confianza en el lugar que ocupa el tema. “Partimos del principio de que acelerar la transición pasa necesariamente por, valga la redundancia, acelerar el proceso de restitución del poder del pueblo. El vivo, efectivo y pleno ejercicio del poder popular protagónico es insustituible condición de posibilidad para el socialismo bolivariano del siglo XXI. Por eso mismo, es la base fundamental y el vértice principal del Proyecto Nacional Simón Bolívar” (remarcado es nuestro)
Al leer este texto en la presentación del documento, se forma uno una idea sobre la importancia del tema del Poder Popular y del espacio que ocupara en la propuesta, pero al finalizar la lectura, terminé por preguntarme: ¿Por qué este punto no se calificó como un objetivo histórico? Hay suficientes razones para haberlo hecho, en tanto, el documento en su presentación lo califica de un factor para “pulverizar el Estado Burgués” y un vértice de ese proceso. No lo digo yo, está escrito. Sin poder Popular no será posible erradicar el Estado burgués y construir la patria socialista. La Patria Socialista es entonces una consecuencia (producto) de la potencialidad del Poder Popular y por esa condición debe asumirse como un objetivo histórico con propuesta concreta para desmontar el estado actual.