"Habla para que yo te conozca"
Sócrates
Ciertos camaradas me han preguntado: ¿Cómo interpretar la llamada disciplina revolucionaria? Trato de ayudar en la interpretación, de lo que aprendí en mi formación como político de izquierda antes de que Hugo Chávez naciera como político publico el 4F-92, siempre la he entendido como una autodisciplina del individuo, establecida en cualquier colectivo o sector militante, no del modo abstracto del libro rojo del Psuv, rigurosamente elaborado para una burocracia 'disciplinada'. Creo en mi humilde conocimiento, que la línea de conducta responsable de los militantes, debe ser acatada por la 'nomenklatura' en el cumplimiento estricto entre la práctica y la teoría, y no en una cínica retorica.
Sin disciplina y ética en las autoridades del partido, es imposible desarrollar cualquier acción revolucionaria seria. Las imposiciones crean indisciplina en la vanguardia revolucionaria, ya que esta aberración no la deja funcionar, porque crea la desunión, y la incapacidad de realizar las tareas revolucionarias del momento, y así poder cumplir el papel iniciador del ahora llamado proceso constituyente en la espera de una repuesta positiva por parte del pueblo venezolano.
Esto me permite analizar en forma sinóptica, la cuestión sobre el aprendizaje de la práctica revolucionaria consecuente y permanente.
Basado en la experiencia fracasada de la revolución soviética, y de toda la Europa Oriental, que no tuvo un contenido típico libertario en muchos aspectos.
Si los revolucionarios venezolanos estuviésemos sólidamente unidos en el plano organizativo, y evaluáramos con objetividad nuestras acciones, a lo mejor construiríamos una disciplina bien cimentada; jamás no hubiera derrotado la oposición en la reforma del 2D-2007. Sobre todo porque los izquierdistas de todo pelaje, y de todas las tendencias, no eran, ni son todavía grupos específicos ideológicos, una especie de colectivo homogéneo con una disciplina bien definida, lo que imposibilita realizar un exhaustivo examen político y estratégico que imponga las circunstancias revolucionarias para el llamado: "Proceso Constituyente Segundo Plan Socialista de Desarrollo de la Nación 2013-2019".
La desunión conduce a los militantes, pensadores e intelectuales revolucionarios a la impotencia política, dividiéndolos en dos categorías: la primera la que en forma sistemática y de enroque, ocupan los cargos públicos, en los cuales se alojaron desde 1999, y viven solo para su propio bienestar, y es lo que se conoce como la "derecha endógena o boliburgueses", son los conversos que van de ciudad en ciudad, con la esperanza de encontrar a quien engatusar, esparciéndose y disfrutando al máximo del confort, y el placer que da el poder.
La segunda se compone, sobre los que han militado en la izquierda plural venezolana, todos ahora con el proyecto bolivariano. Aunque algunos de ellos se hagan pasar ahora por los únicos representantes del 'revolucionómetro', y se lanzan sobre los que hagan cualquier critica a la ineficacia, en el momento mismo en que el poder raspa a los que osen criticar desde un cargo publico, y que permanecen fieles a su puesto de revolucionarios, sin denunciar ni criticar nada.
Delante de estas posiciones, se comprende fácilmente porqué se continua indiferente ante este estado de despreocupación, y negligencia que existe actualmente en nuestros sistemas de medios de comunicación públicos, ante el avance de la ineficacia.
Esta forma de actuar impide la creación de un colectivo verdaderamente constituyente, y coherente que permita a los socialistas bolivarianos con formación ideológica no-estalinista, ocupar el lugar que les corresponde en la revolución bolivariana. Por otra parte esto permite que en vez de una propuesta constituyente, se este montando una 'cháchara constituyente' con bellas frases, y grandes pensamientos retóricos, olvidándose del verdadero hacer socialista libertario y democrático.
Es por lo que este llamado 'Plan de la Patria', debe estar realmente montado en una propuesta socialista democrática apoyada sobre el principio de una disciplina solidaria. De esta manera, se conduciría al acuerdo indispensable de todas las fuerzas vivas de la revolución
bolivariana, ayudándola a ocupar el lugar real entre el Socialismo Vs el Capitalismo.
Solamente de esta manera, las ideas constituyentes llegarían al pueblo, sin alejarlos. Solamente los fanfarrones burocráticos, y los irresponsables socialistas supinos que fungen de voceros, espantan de la estructura organizativa constituyente; sobre todo a la clase media, porque no saben de lo que hablan.
La responsabilidad, y la disciplina orgánica revolucionaria no debe asustar a unos burócratas ahora predicando un apostolado constituyente sin brújulas; ellas no pueden ser compañeras de viaje en el objetivo del Programa Social de la Patria.
Percasita11@yahoo.es