IDEOLOGIA Y PRAXIS
El proceso revolucionario venezolano en esencia es constantemente mejorable, lo cual indica que día a día, paso a paso, hay que vigilarlo, cuidarlo y blindarlo, no es tan solo un proceso democrático tradicional de cambio alternativo, se opone a algo subyacente a su origen. El proceso revolucionario venezolano tiene grandes enemigos eso, lo sabemos, como tal, requiere de su defensa constante tanto interna como externamente. ¿Cómo hacerlo? ¿Qué hacer?. Es indudable que hay que identificar en primer lugar los elementos que la pueden perturbar internamente (dentro del proceso), aislarlos y tenerlos presentes.
Tenemos que apropiarnos de una gran razón y verdad, el proceso de cambios y transformaciones que vive Venezuela pasó a ser propiedad de los venezolanos que lo aceptan y defienden, situación que está cada vez mas clara, en razón de ello, se haría cualquier cosa en contra de las amenazas latentes, es una disposición, una decisión y nos debe servir de herramienta útil para la defensa y vigilancia pertinentes.
En cuanto a lo externo la práctica opositora nos ha dado la mejor información posible, eso sí, sus modalidades y condiciones situacionales son cambiantes y forman parte de una estrategia a veces fogosa e improvisada, para dar al traste con el proceso.
Uno de los principales escollos sobremanera en el inicio de un proceso de cambios es el triunfalismo. En política y esto es general, la excesiva confianza en la fuerza propia opera como un germen inacabable en su contra, tiene que haber gente preocupada por estas cosas por aquello de “la historia se repite”. Otro de los elementos tiene que ver con la prepotencia de quienes tienen la responsabilidad política organizacional, esta tendencia digamos hasta natural y humana choca con los objetivos prácticos, su contraparte la humildad, cualidad ausente en muchos casos en el ejercicio del poder cualesquiera que este sea y que le da paso al envilecimiento, por el poder mismo. No se puede permitir que se construyan “bunker” que giren alrededor de tal o cual personero, esto le haría mucho daño al presidente y al proceso en general
Es necesario mencionar que la tendencia a la expresión presidencialista se ha afincado en este proceso, pareciera que todo ha de pasar por las manos del presidente, lo que puede producir situaciones derivadas de la información que recibe el presidente del entorno que lo circunda, esto es fundamental y gravita en la permeabilidad en los casos del arribismo, complicidad y solidaridad automática, genuflexismo, ocultamiento intencional, adulación, ineptitud, propuestas para designaciones, infiltraciones, conductas zalameras y pusilámines, entre otras.
Es necesario mencionar que sectores de la oposición pueden estarle haciendo seguimiento a personeros del gobierno para tratar de descubrir desviaciones e irregularidades aun mínimas en que estos incurran, , hay que estar sumamente claros en la intención de la oposición apuntalada por los dueños de medios de comunicación que tienen a la disposición todo un aparataje dirigido a detectar fallas en todos los ordenes, éste digamos, plan diabólico incluye el poder judicial por tanto y cuanto este poder debe ser sustituido en su totalidad aunque esto arraste a la gente honesta que seguro existe, esto es necesario y debe ser una tarea inmediata a los procesos electorales de revocación en el 2004.
Ahora quiero tratar con el mayor descarnamiento y sinceridad posible la relación líder-liderazgo. Para hablar claro, no es tan solo una visión o antojo decir que el actual proceso venezolano depende en grado sumo del liderazgo individual del presidente, ¿estamos preparados para cualquier evento que se presente al respecto? , ¿hubo guía a excepción del gobernador de Táchira?, sobre lo que habría de hacerse en los momentos siguientes a la detención del presidente, aunque no lo señaló en términos precisos, el manifiesto que era un golpe de Estado, alertó a los venezolanos sobre la inminencia de una respuesta a lo que estaba pasando, por otra parte, los medios comunitarios jugaron un papel informativo que ayudó a la reacción posterior. Hubo líderes nacionales y comunitarios que se pusieron al frente de la reacción popular, pero la regla fue la espontaneidad de las comunidades sin liderazgo tradicional. Es bueno recordar que toda revolución gira alrededor del líder, hasta podríamos decir, que es necesario y útil, lo importante acá es que el líder no esté aislado, la imagen que proyecta el presidente acerca de estas cosas es, que no se deja cercar ni aislar, existe conciencia de ello, no obstante, tiene que creer en sus allegados o entorno, entonces lo relevante y acucioso es practicar la contraloría que vamos a llamar “anillo contra pillos” y quien lo puede hacer, creemos que todos y todas a través de las denuncias bien fundamentadas o que muestren una clara evidencia de que “algo huele mal en Cundinamarca”, no vamos a tratar casos que pudieran estar ocurriendo, no lo es para el presente trabajo.
Ahora bien, en el que hacer y como hacerlo, está la clave. Creemos que la revolución bolivariana aún con los esfuerzos realizados, tiene una filosofía orientadora mas no ideológica en su contenido, forma y ejercicio de lucha, el presidente lo ha alertado a su manera y convicción, fácil de digerir y viable para su aplicación, ¿es eso todo o suficiente?. Una de las cosas que llama la atención es la diversidad de medios alternativos prensa y radio comunitaria cuyo contenido está dirigido además de informar al ofrecimiento de ideología, esto es muy bueno, pero, ¿existe un medio oficial de la revolución que dicte las pautas filosóficas e ideológicas ?, creemos que hace falta, ¿ los partidos políticos que apoyan el proceso de cambios se dedican a desarrollar tales tareas en forma conjunta o separada? , el PPT en boca de algunos de sus dirigentes pareciera que tiene mas claro la necesidad de apuntalar estas cosas. De igual manera, algunos dirigentes del MVR, PODEMOS y otros que han hecho lo propio.
Debemos reforzar y apuntalar el tema ideológico, bajo el concepto constitucional bolivariano, no se trata de producir políticas sectarias, de lo que si trata es proveer a la defensa de la revolución de un instrumento que vaya más allá de la simple orientación política. Se debe producir material que coadyuve a la consolidación del proceso que contribuya al mejoramiento de su defensa. Recordemos no hay revolución sin ideología.
LA IDEOLOGIA BOLIVARIANA
El siglo XX se caracterizó por procesos ideologizantes en dos sentidos, con sus variantes y matices, la condición bipolar de dos ideologías marcó el sentido y dirección de la humanidad, la antitesis era capitalísmo y socialismo o comunismo, ninguno ha desaparecido como ideología ni praxis, el primero se presenta como triunfador, el segundo se vino a menos con pocas excepciones, mas por la mala praxis que por su contenido, sobre esto último se ha escrito poco o nada, razones hay muchas, pero una de ellas, quizás la mas importante provino de su propio seno, fallas y desviaciones y el engendro de una gran y fuerte burocracia, este es un tema a ser tratado en otra oportunidad, por los momentos es necesario precisar el contexto en el cual se encuentra la revolución venezolana.
Como decíamos estamos en presencia de un proceso revolucionario, sin discusión, apoyado en una norma aprobada por el pueblo, podríamos decir que hay una ideología bolivariana, propia, inédita y de largo alcance social, no solo en Venezuela sino que ha trascendido en América y el Caribe, con aceptación en otros continentes. Dicho proceso se enmarca en una Constitución, por lo tanto es democrático en el origen y ejercicio, ahora bien, la reflexión que ha de hacerse está referida al contenido textual y su aplicación.
Al respecto podemos afirmar que aun las instituciones vitales de la República están en mora con dicho texto y mas allá de eso, los ciudadanos y ciudadanas, los funcionarios y funcionarias, los embajadores y embajadoras, amen de algunos textos jurídicos que no han sido adaptados a la norma fundamental y para lo que creemos el principal programa social que país alguno pueda tener, un Sistema de Seguridad Social contextualizado en la Ley Marco ya aprobada por la Asamblea Nacional. Los programas sociales existentes son necesarios y vitales, obedecen a la coyuntura histórica y como tales tienden a desaparecer. Es por ello que, la Seguridad Social en una situación de alto nivel de empleo, se debe convertir en el adalid de la lucha social fundamentalmente porque atañe a toda la población, es decir, es universal, integral, con cara al futuro y ofrece en el mundo de la esperanza la certidumbre suprema de la paz interior del ser humano y el país. La Ley Marco de Seguridad Social es un instrumento suficientemente hermoso y viable que atañe a toda la población, al mundo del trabajo cualesquiera que este sea, desde la economía formal conocida hasta las amas de casa e incluye aspectos relacionados con una pensión digna hasta la necesidad de la recreación y vivienda entre otros aspectos.
Estamos conscientes que, el escribir de estas cosas, pasa por un riguroso escrutinio de lo escrito, algo nos reconforta, quien no escribe, poco o nada se equivoca, de tal manera que como toda asunción de lo que representa el algo, es legítima su corrección, ¿saben porqué?. Los hechos sociales y políticos no son estáticos ni repetitivos pero sí, cambiantes y modificables en su concepción y juicio, es el mismo juicio a la historia y su relato.
Estamos llamados todos al aporte y enriquecimiento de la definición ideológica, es la ideología bolivariana en su origen y aplicación lo que nos debe mantener ocupados un buen tiempo, mas bien, todo el tiempo posible, sin ella la lucha por la consolidación del proceso se hará imposible e inaplicable, la lucha política ideológica en esta revolución bolivariana es útil e inacabable, es decir, ya lo vemos así, su enriquecimiento está ligado inevitablemente a la práctica diaria, a los aportes que la cotidianidad vaya imponiendo.
Dicho esto podemos decir que hay que suministrar a los ciudadanos y ciudadanas que apoyan el proceso de cambios y transformaciones en el contexto revolucionario, las herramientas teóricas suficientes que conviertan la orientación política, el convencimiento político y el apoyo al presidente en ideología y revolucionaria, esto en nuestro concepto hay que hacerlo, para ello imbuir a los actores políticos en primer lugar de esta necesidad. Al respecto quiero detenerme para tratar otro asunto que es inherente a todo esto, se trata de la concepción de organización política que se quiera, no debe ni puede ser la tradicional porque chocaría contra el precepto constitucional de la participación y en esto hay que tener sumo cuidado en ofrecer el mas amplio estadio de estudio y reflexión a todos los niveles.
Dicho esto, pasemos a la definición de ideología, aunque hacemos la salvedad que ajeno a los clichés que pasearon el mundo en época de las izquierdas, la aplicación y conceptualización estuvo impregnada o lo ha estado según los intereses que le han sido inherentes, la ideología no es propiedad de nadie ni individual ni colectiva aunque seamos partidarios de la que creemos, pasa entonces o se convierte en un motivo de lucha que orienta la participación política generalmente partidista. La ideología en concepción y aplicación, per se, define dos cosas fundamentales: está contra algo y aboga por otro algo contradictorio o antagónico.
La lucha ideológica básicamente (sin entrar a analizar otras consideraciones) estuvo signada por confrontaciones de sistemas, nos referimos sólo al siglo XX, donde el papel del Estado es la gran diferencia como primer objetivo a alcanzar, esa confrontación además, debatía el uso y propiedad de los medios de producción y en tercer lugar la sociedad y el papel de las clases sociales.
Valdría la pena preguntarse, ¿es una ideología el planteamiento bolivariano? , entremos a analizar varias connotaciones que nos podrían decir si esto es cierto, toda ideología es contradictoria en si misma porque se toca lo tautológico y la utopía, es decir está llena de verdades y otras verdades y además no es realizable por si misma, este es el campo de la filosofía hegeliana que vamos a dejar hasta aquí. Ahora bien, dado esto y en razón que no estamos interesados en remover bases filosóficas de otrora sencillamente porque abordaremos la ideología bolivariana haciendo abstracción de cualquier influencia pasada. Esto, no es un antojo, el decir que evitaremos cualquier influencia o discusión ideológica en el marco de lo que dominó en el siglo XX, sencillamente porque consideramos que el aporte sería muy poco y sólo de alguna trascendencia filosófica, recordemos que lo que hemos llamado ideología bolivariana está mas allá del tratamiento de las ideologías que conocemos y se inserta en lo inédito, en lo propio, en las circunstancias particulares de un proceso de rescate de la filosofía de la independencia política propia de los inicios del siglo XIX, trastocada por los factores de poder oligárquico de la época que abandonaron al Libertador e impusieron sus trascendentales y fatales políticas de uso del poder.