¿Qué puedo yo decirte, comandante?

Este 10 de enero de 2013 ha sido otra fecha inolvidable para la Revolución Bolivariana. En el pecho de miles de compatriotas palpitan corazones orgullosos y en todos los rincones de la patria sentimos que en Miraflores estaban millones asumiendo el juramento por quien no deja de estar presente en cada conversación, acto y pensamiento de quienes hemos aprendido a querer a este enviado de la providencia que ha derrochado amor y sacrificio por la patria.

Millones de voces se oyen en todo el planeta, formando un coro multireligioso, multiétnico y pluricultural para pedirle al dios de cada creencia que de fortaleza a este hombre nacido en nuestras tierras pero que ya pertenece al mundo de los desamparados y soñadores. Salud para quien ha convertido cada minuto de su vida en entrega, desprendimiento y buena obra a favor de las mayorías pretéritamente excluidas.

En Caracas estábamos todos. En cada calle y en cada esquina del Miraflores reivindicado. Convertidos en multitud. Dándonos calor el uno con el otro. Abrazados. Con la emoción y la alegría que mil veces hemos sentido con la presencia de nuestro Presidente. Sabíamos que a pesar de la distancia él estaba allí. Las aguas de nuestro Caribe, con sus historias y misterios no ha sido motivo para saber que allá, la heroica y amada Cuba te cobija y te cuida.

Así, ese 10 todos los hermanos de indoamérica y el Caribe estaban con nosotros. Una sola voz. Un solo brazo. Un solo grito. Bolívar, Sucre, Petión, San Martín, O´ Higgins, Martí, Sandino, Farabundo, Zapata, el Che, Mariátegui, Allende, Marulanda y todos nuestros héroes venezolanos asesinados y desaparecidos en la cuarta república. Todos los mártires de nuestra América. En la plaza, toda la sabiduría y el coraje de Pepe Mujica. La perseverancia y valentía de Daniel Ortega. El coraje y la humildad ancestral del hermano Evo. Del norte, centro y sur todo un chorro de líderes solidarios. Por aquí y por allá, en todos lados, el eterno Fidel junto a ti Comandante Chávez.

Es el pueblo quien te ha dado el permiso para el reposo que te mereces. La oposición que defenestró a Bolívar y pateó la Constitución en el 2002 está rabiosa, como siempre. Sus medios siguen el inmisericorde y grosero ataque. Una y otra vez el pueblo Bolivariano les está dando la lección que tú has sembrado. Con la Constitución, organización, movilización y la unidad revolucionaria para defender este hermoso proyecto llamado Revolución Bolivariana. ¡Ellos no pasarán! ¡SALUD, COMANDANTE!


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Juan Azócar


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