En una reunión de profesionales de la docencia en Maracaibo-Zulia, a objeto de analizar una problemática de interés nacional. Como no es cosa del otro mundo, la asistencia fue precaria. Sin embargo, a objeto de aprovechar el tiempo, se hizo una lista para los que querían hablar. Algunos de los profesionales asistentes se anotaron y otros se justificaron, porque asistieron y no sabían cuál era la temática. Uno a uno fue exponiendo lo que consideraban, cual era las causas de la problemática y como debería de resolverse. Al final se concluyó en volver hacer otra reunión, para tomar acciones y otros adquiriendo compromisos.
Con mucho pesar, a los pocos días leí en un periódico regional, al que fungía de líder exponía en un escrito, la gran parte de lo que se expuso en esa reunión. No se ha hecho otra reunión, o al menos no se ha informado. Aunque me cuesta creer que la intención, sea, la que se obtiene por deducción. Sin embargo, esta experiencia motiva hablar como se busca y como se construye el poder, a través del liderazgo.
El poder individual se logra, mediante la acumulación de recursos e informaciones, y la relación con las personas que están dispuestos acondicionarse con la finalidad de acceder a esos recursos, ya sea mediante compra bajo ciertas condiciones o gratis, para optar por beneficios futuros. Pero para que un solo individuo haga esto, se le hace costa arriba. Para eso se crean grupos, que reciben migajas, mientras que el que tiene recursos va afianzando poca a poca el poder. Mientras que el poder colectivo, muchas veces es una componenda, ya que el que no tiene recursos, trata de vender la experiencia y la capacidad de arriesgarse. Y en la mayoría de los casos, el líder le conviene, pero no lo atesora.
El poder colectivo, los hay los que comparten el poder y los que no lo comparten. La forma más idónea para ejercer el poder para cualquier mortal, es compartirlo. Para eso el líder debe estar dotado de valores morales y sociales, y con credibilidad incuestionable. El ejemplo irradia confianza y los seguidores confían y son capaces de dar la vida, para alcanzar un objetivo común. Los líderes que no comparten el poder, conocen las debilidades que le agobia y se rodean de hombres con capacidades de interés, y con debilidades que se pueda manipular.
En Latinoamérica, el liderazgo que ha abundado hasta ahora, es el de Status. Cualquier profesional que se destaca en cualquier disciplina, está en la espera de un liderazgo de este tipo. Con un golpe de suerte y de necesidad de sus cualidades profesionales, los hacen elegibles. Sin embargo, existe el liderazgo en sentido general, que no es otra cosa que un liderazgo colectivo, requiere una formación integral. No obstante, se puede rodear de profesionales que lo complementen, pero muchas veces los aspectos emocionales afloran y la racionalidad paga por los desaciertos.
Un líder nace, no se hace. Los muchos profesionales con alta capacidad y preparación no indican que sea un líder. Es inminente reflexionar en que consisten las altas capacidades y preparación que necesita un profesional de excepción en una disciplina. Y pensar sobre las altas capacidades y preparación que debe tener un gobernante. Se puede inferir, para ser un buen gobernante, es necesario conocer cómo piensa y como siente la gente que gobierna o aspira a gobernar. Estar impregnado de sentido común, alta sensibilidad humana, capaz de desprenderse de lo que posee, para el beneficio de otros, en condición de minusvalía. Así como un ingeniero de mecánico debe saber de los sistemas, subsistemas mecánico, de los riesgos, de los factores de controles, de las señales de entradas y de los objetivos de salidas. Del mismo modo el gobernante debe tener saberes en sentido general.
Un buen gobernante redunda en humildad de Liderazgo, con fortaleza de sentido común, porque tiene que tocar a la mayoría de los habitantes de un país. Esto permite a diseñar políticas humanitarias que busque el beneficio colectivo. Que sea capaz de entender y comprender el sufrimiento y las actitudes impotentes, que no permite alcanzar el bienestar de la población, creando facilidades. Que sepa entender que los recursos del mundo real sensible, está impregnado de temporalidad. Y los momentos de beneficios, es para el disfrute y no para que otros los almacenen y acaparen; con propósitos inconfesables y concomitantes
Es difícil de creer que el liderazgo que necesita el Mundo Real Sensible para alcanzar el máximo nivel de realización humana, se logra con características físicas individuales. Se puede inferir que los líderes que requiere la humanidad, tienen que nacer con cualidades místicas impregnadas de verdades y capaz de tocar los corazones con el sentimiento del amor, de todos los seres humanos; como por ejemplo Jesucristo. Y los esfuerzos de los líderes colectivos, son meramente esfuerzos de aproximación altamente apreciada con esperanza de acceder al Mundo Inteligible.