El gobierno de calle emprendido por el camarada Presidente Obrero Nicolás Maduro ha sido un éxito rotundo y le ha propinado a la canalla, oportunista y parásita burguesía venezolana un golpe mortal que no esperaba. Gracias a esta efectiva política del gobierno revolucionario nuestras bases sociales han mantenido la movilización política constante generadora de consciencia que le ha permitido soportar la arremetida rastrera de la derecha y la tragedia política por la pérdida física del Comandante Chávez.

Los objetivos que procuraron las acciones de desestabilización política y social emprendida por la bastarda derecha “venezolana” antes y mantenidas después de las elecciones presidenciales (sabotaje eléctrico, el desabastecimiento y la especulación, la arremetida fascista por el desconocimiento de la victoria electoral de Nicolás Maduro el 14-A, el supuesto audio del camarada Mario Silva) han resultado un total fracaso. El nuevo gobierno obrerista ha sido plenamente reconocido en el mundo y ha mantenido movilizado al pueblo de Venezuela desde el primer día. Maduro ha puesto en alto las banderas del eterno Comandante Chávez y promete profundizar la revolución: hacer la revolución en la revolución. Esta es la más importante tarea que dejó pendiente nuestro líder eterno, y que requiere de mucho esfuerzo, consciencia y estudio.

Sin lugar a dudas, el gobierno de calle ha permitido romper con el cerco que levanta la estructura enajenante del Estado burgués heredado de la 4ta República. La conexión mágica Presidente-Trabajadores, Presidente-Pueblo, Ministros-Trabajadores, Ministros-Pueblo, Fuerza Armada-Pueblo, Cuadros Medios – Pueblos, etc. destroza el apartheid en que vive la burocracia del Estado para procurar resolver los problemas más urgentes que se presentan en nuestras empresas estatales así como en los barrios del país.

En el gobierno de calle emprendido en el Estado Anzoátegui el día 28 de Mayo surgieron varias anécdotas que vislumbran soluciones y la continua politización de nuestro pueblo. Las palabras del Presidente Maduro haciendo un llamado a la consciencia de los trabajares tercerizados que luchan por sus justas reivindicaciones laborales en las Empresas Básicas y las reflexiones de una mujer trabajadora con discapacidad, entre otras, dieron muestra clara a todos los venezolanos de nuestra genuina democracia popular y de que sólo en revolución socialista es posible mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos.

El gobierno de calle debe mantenerse, perfeccionarse y desarrollar la estructura que permita ir solucionando poco a poco los problemas encontrados. La nueva estructura de gobierno debe terminar por abolir definitivamente con la vieja practica, por demás absurda e ineficiente, de permitir que una persona (Ministro, Gerente, etc.) acumular responsabilidades y cargos administrativos y políticos. Ha llegado la hora de que el Partido de la revolución, el PSUV, juegue un rol más protagónico en la vida política del país y se desembarace un poco de las responsabilidades de Estado y su razón; que el Gran Polo Patriótico construya el liderazgo político para la revolución y lleve adelante los debates políticos e ideológicos necesarios para profundizar la Revolución Bolivariana y colocar en alto las banderas y legado del Comandante Chávez.

El Gobierno de Calle del Presidente Maduro requiere de mayores esfuerzos políticos, organizativos y de una constante batalla de ideas (espacios para el debate ideológicos-políticos) para poder luchar con mayor eficiencia contra el mal del burocratismo generador de ineficiencia y no dejar espacios al peligroso pragmatismo que ésta política generaría. La política revolucionaria más efectiva es aprender a delegar responsabilidades en nuevos cuadros revolucionarios.