Para impulsar la economía venezolana, especialmente en un contexto socialista y bajo un esquema de sanciones imperialistas, es esencial tomar iniciativas económicas “cualitativas”. Estas deben estar dirigidas a maximizar el potencial de las fuerzas productivas, ya sean comunales, públicas, privadas o cooperativas. La creación y sostenimiento de estas fuerzas es solo el primer paso necesario en la construcción de una nueva sociedad socialista en Venezuela. Este esfuerzo es crucial para enfrentar las numerosas tareas económicas que tenemos por delante, siendo una de las más importantes alcanzar la estabilidad y superar la incertidumbre productiva, monetaria y comercial provocada por factores externos como las políticas de Estados Unidos.
Hay sectores que necesitan ser redimensionados para cumplir con los objetivos trazados. Aunque inicialmente se pueden haber enfocado en la exportación, estos sectores también tienen la oportunidad de atender el mercado interno, que al ser revitalizado, podría generar una demanda considerable para muchos de los bienes actualmente destinados a la exportación. Por lo tanto, es necesario trabajar no solo en los aspectos prácticos y administrativos de las empresas y unidades de producción, sino también en lo ideológico y político. Esto ayudará a evitar posibles obstáculos de conducta o pensamiento que puedan complicar la creación de importantes grupos productivos empresariales y evitar la caída en esquemas de gestión productiva poco eficientes.
El crecimiento organizativo y productivo es una tarea que debemos aceptar y enfrentar, a pesar de que algunos puedan considerarlo difícil. No debemos conformarnos con la pequeña empresa socialista, sino aspirar a más.
Además, estamos inscritos en círculos productivos mundiales donde la dimensión de las organizaciones es un factor clave para su participación en proyectos y programas que definen muchos destinos y desafíos. Por eso es esencial dimensionar desde ya las instituciones productivas socialistas, superando la producción en pequeña escala, que es solo el paso inicial necesario para movilizar las fuerzas productivas del país.
Debemos recordar el contexto internacional en el que está ubicada Venezuela. Estamos rodeados por grandes conglomerados económicos que buscan apropiarse de nuestras riquezas de la manera más barata posible. Por lo tanto, al estado fuerte deben agregarse empresas fuertes para enfrentar estas amenazas. Con empresas grandes y poderosas, estaremos enviando un claro mensaje: ¡Cuidado conmigo!
También debemos considerar que, al ser aceptados en los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), podremos mostrar empresas y unidades de producción que reflejen un enfoque en el crecimiento, lo cual será bien recibido por los integrantes de este grupo internacional. Además, podremos ayudar a otros a crecer en un modo antiimperialista.
El crecimiento, con políticas realistas y proyectos viables, es un reto en el que debemos esforzarnos. Todas las instituciones y líderes deben estar claros en esto para mostrar sus mejores esfuerzos. Trabajando con empeño, colectivamente, dialogando y siguiendo las indicaciones del Presidente Maduro, podremos mejorar toda la economía, romper esquemas y alcanzar autonomía estratégica en lo industrial, agropecuario y servicios, logrando así un socialismo popular y democrático.