Luego de superar la más cruel violencia política, el sandinismo fue derrotado electoralmente en 1989. Una Revolución que consiguió dar bienestar en educación y salud al pueblo, no pudo hallar la fórmula para sostener sus avances.
Fue genial en crear un nuevo marco legal, pero incapaz de darle al estado una fuerza económica que apalancara el proceso. La economía siguió estando en manos de la burguesía y las importaciones no dejaron de ser la primera fuente de origen de los bienes.
La agricultura no dio el salto esperado. La mitad de la población permaneció en las ciudades abultando el sector servicios junto con una adormecida burocracia gubernamental y una clase media temerosa a ser desplazada.
La Revolución expropio y nacionalizó, pero no arrojó los vicios de la corrupción, el clientelismo y las malas gestiones.
Por aquí se coló el enemigo. La falta de claridad ideológica obligó al liderazgo, cuando empezaron a escasear los productos a distribuir los bienes esenciales por cadenas privadas al no disponer de suficiente personal honesto. Por otra parte, los revolucionarios no habían llegado a acuerdos en cuanto a que sectores de la productividad activar. Lo cual es sencillo, si se opta por la cesta básica. El otro gran debate fue el de que subsidiar, siendo la respuesta la misma, incluyendo salud y educación y por último ¿Qué política cambiaria adoptar?
La principal causa de la caída sandinista
En unas palabras del Comandante Daniel Ortega quien presidió por vez primera a Nicaragua de 1979 a 1990 está la principal razón del ataque contra su gobierno, que es el primer argumento de agresión contra toda forma de gobierno distinta a las clasificadas por EEUU y Europa: “Nosotros somos un país pequeño, no somos una potencia militar, somos una potencia moral, hemos sido un ejemplo, hemos sido inspiración para la lucha de los pueblos en América Latina y en el mundo.”
Por esa causa bañaron de sangre a la Revolución Negra de Haití, muy temprano en la primera mitad del siglo XIX.
Que pasó luego de 1989
El ataque económico y las acciones de desestabilización a baja intensidad no cesaron. Junto a ello una intensa campaña internacional para aislar al gobierno de Nicaragua, que solo con el apoyo cubano, dado que la Unión Soviética entraba en su fase terminal.
En las elecciones de 1989, la primera oferta electoral de la oposición nucleada en torno a una sola candidatura fue la de revertir los problemas económicos y respetar la obra de gobierno. No obstante, la situación económica del país no mejoró con el gobierno de derecha y los alcances sociales en educación y salud se detuvieron y agravaron.
El sandinismo continuó en la vida política desde 1990 a 2006, lapso en el cual se revisa y obtiene varias elecciones municipales y legislativas.
En 2007, con Daniel Ortega, gana las elecciones presidenciales, a pesar de una intensa campaña sucia del oposicionismo, en sus primeras acciones de gobierno se decreta de nuevo la gratuidad de la educación y acceso a servicios médicos. Se toman medidas para asegurar el aumento de la productividad y la inserción favorable de Nicaragua en la economía internacional.
En América encontró un ambiente favorable por las revoluciones en Sur América y la aparición del ALBA. Ortega fue reelecto en 2011.
@BolivarReinaldo