El derrumbe del denominado socialismo real y el subsiguiente auge del neoliberalismo, entre otros fenómenos, derechizó en diversos grados y con ciertas peculiaridades, las fuerzas políticas situadas en el centro-derecha, centro, centro-izquierda e izquierda del espectro político-social, salvo honrosas excepciones.
· Transfuguismo inducido.
En el contexto de ese fenómeno se desató una especie de transfuguismo inducido de la izquierdas hacia las derechas; mientras los ideólogos mas hábiles y los equipos más inteligentes del viejo y del nuevo campo neoliberal, diseñaron y racionalizaron políticas de atracción y cooptación a estructuras del sistema, de incorporación a sus partidos y entidades conexas y de designación en cargos estatales… de figuras públicas emblemáticas y/o simbólicas de las izquierdas.
Tales políticas, en los casos donde la capacidad de simulación y el maniobrerismo político audaz lograron romper records en la materia, incluyeron la utilización y manipulación de gestas, héroes y heroínas preteridas por los viejos Estados de derecha sumergidos en la bipolaridad mundial.
La idea era adornar los nuevos Estados de la era neo-liberal, especialmente aquellas administraciones influidas por fuerzas de origen centristas y centro-izquierdista, que fueron seducidas por el discurso posibilista.
Aquí, en nuestro país, sin obviar ciertos antecedentes significativos durante la administración PRD-Jorge blanco, ese ejercicio fue potenciado hasta el “éxito sublime” por las administraciones del PLD-Leonel Fernández, su FUNGLODE y otros mecanismos útiles para esos fines; continuando su despliegue en este gobierno de Danilo Medina, que incluso más allá de lo estrictamente político y del tema de las izquierdas, ha logrado incorporar a su staff a lo mejorcito del empresariado mientras gobierna a favor de lo peor.
· Motivaciones: unas espurias, otras sinceras.
Además de ciertos/as izquierdistas de fila, que tempranamente hicieron vida política en el Partido Revolucionario Dominicano-PRD y luego en el Partido de la Liberación dominicanas-PLD, se agregaron en grande las nuevas cooptaciones y crecieron los casos de transferencias internas, unos protagonizados por renegados sin tapujos y otros por ex-militantes de izquierda o de la causa anticorrupción, que se cuidaron de no negar ni avergonzarse de su origen, ni resignar ciertas posiciones éticas.
Los móviles en esos “saltos de talanquera” fueron diversos en sus esencias, espacios y tiempos:
-El ascenso económico moderado que les permitiría dejar atrás fuertes limitaciones materiales respetando ciertos principios morales.
-El afán de hacerse ricos/as sin inhibiciones ético-morales.
-El interés de una mayor prestancia o notoriedad política al margen de lo económico.
-El atractivo del reconocimiento de méritos históricos individuales y colectivos relacionados con la gesta o el capítulo de lucha en que se participó.
-El afán de promoción social o política, independientemente de las características del régimen y del instrumento político; en periodos de mayor o menor evidencia de su degradación política y moral y, en consecuencia, más o menos condenables; en cargos o posiciones de mayor o menor responsabilidad.
No han faltado en una parte de ese abanico de actores sociales y políticos las frustraciones sinceras, los repliegues temporales, las inhibiciones… como han abundado también los/as que perduran impertérritos/as farsa tras farsa, corruptela tras corruptela, ajustes tras ajustes neoliberales, sumándose a todas las bellaquerías…
Los primeros tienden a reactivarse de nuevo cuando el relevo aparenta tener vocación de adecentamiento y corrección de males.
Los segundos permanecen siempre activos para lo peor y se queman por no despegarse jamás de los desgobiernos.
· De Leonel a Danilo.
El desplazamiento del ex-presidente Leonel Fernández por el actual Danilo Medina le posibilitó a este último relanzar la política de reclutamiento de “adornos”, tanto recurriendo a la cantera de los/as frustrados/as o inhibidos/as por Leonel, como al sector de los que -sin esos antecedentes- lo creyeron capaz de “corregir lo que está mal” y de “hacer lo que nunca se ha hecho”.
Danilo le dio efímeros nuevos aires a la dictadura morada; mientras los “bonsáis”, incorporados primero a la campaña y luego al nuevo tren oficialista, le dieron oxigeno temporal a él
Adornos de “izquierda” o centro-izquierda que le ayudan a crear una buena imagen a un gobierno de derecha recién estrenado. Bonsáis que lustran temporalmente el neoliberalismo empobrecedor y la partidocracia corrupta.
Adornos que… o se “queman”, o se frustran. Unos, oportunistas de tomo y lomo; otros, todavía apegados a ciertos principios morales y a visiones progresistas dentro del capitalismo.
A unos los “quema” la permanencia y la subordinación plena al neoliberalismo, más cuando eso se traduce en notables privilegios y fuentes de enriquecimientos, no importan los grados de silencio o de apoyo abierto a la maldad.
A otros los frustra la contradicción entre sus principios morales e ideas políticas y las prácticas del gobierno y del Estado en que participan. Y si la frustración es real, muchas veces concluye en ruptura soterrada o abierta.
Y los hay que ya no adornan, pero que si confunden a los más incautos cuando al tiempo de apoyar a Danilo -comprobado protector de los insignes ladronéeles y su gran mentor- se presentan de buenas a primeras como acusadores de los corruptos más vulnerables del gobierno anterior.
· Simulación vs. Reivindicación.
La reivindicación deseable no se logra con pequeños gestos o pequeñas poses referidas al pasado, a la herencia revolucionaria, o al martirologio familiar.
Exigen posturas y acciones sintonizadas con la nueva creación heroica, sobretodo si a esas personas se les ha visto acompañar por 17 años la podredumbre gubernamental y sistémica, y el neoliberalismo atroz…
Si coherentemente han medrado a la sombra del “intocable” Leonel Fernández y al corrompido y corruptor Comité Político del PLD…
Si los silencios frente a múltiples fechorías de las elites políticas, empresariales y militares, la aceptación de privilegios en el ejercicio de las funciones de Estado y de jugosas canonjías personales o familiares… se han tornado ofensivas a la inteligencia de la sociedad.
· ¿Cómo apelar dignamente a las herencias históricas?
No me cansaré de decir que el compromiso revolucionario es como el amor de pareja: se reafirma cada día y se nutre de la coherencia entre palabras hermosas y hechos de similar belleza.
Apelar al pasado ejemplar, a méritos históricos acumulados, a vínculos con la “raza inmortal”, al heroísmo de “abril del 65” o a las luchas libradas durante los “doce años” de Balaguer… para usarlas exclusivamente como barniz o recurso de exculpación de un presente cuestionable… no solo no es elegante, sino francamente inaceptable.
Las apelaciones a hermosas herencias políticas personales, familiares o de grupos, solo son éticamente válidas cuando se emplean para impugnar el presente que las niega. Jamás podrían serlo si se usan desde la colaboración con ese presente impugnable para hablar de sueños y luchas que no se practican.
A nuestros próceres, héroes y heroínas, debemos asumirlas/as con la carga subversiva de su ideario inconcluso y su condena prospectiva de las nuevas raíces y nuevos protagonistas de la explotación, opresión, corrupción e inmoralidades políticas de hoy.
Las células trinitarias, los batallones restauradores, las gloriosas “gavillas” del 1916, las “trincheras del honor”, los comandos constitucionalistas, las expediciones heroicas, las “escarpadas montañas de Quisqueya”… no están hoy radicadas en las bajas cortes, en los curules de este infame Congreso y sus barrilitos, en la degradada JCE…
No están en el todopoderoso Comité Político del PLD y sus mecanismos subordinados. Ni en las facciones corrompidas y neo-liberalizadas del PRD. Ni en los partidos garrapatas. Mucho menos podrían servir para avalar la contemporización con esos espacios putrefactos.
La era neoliberal ha potenciado al extremo la capacidad de simulación en la política, convirtiéndose en recurso muy usado por la nueva derecha representada por una izquierda metamorfoseada por el sistema.
La doble moral abunda en los nuevos inquilinos del poder neo-liberalizado y muy especialmente en una parte de sus componentes atormentados por un pasado digno y heroico que los persigue y acusa al verse pisoteado por sus actuaciones recientes.
Y proceden de esa manera porque perciben que ese pasado y sus herencias siguen rentando, cuando no dinero, prestigio y respeto bondadoso e ingenuo de un pueblo agradecido; y cuando se agotan sus emanaciones, sienten que por lo menos les ayuda a prolongar el “benéfico de la duda”, presente en el corazón de los demás.
Por eso, a todo el mundo hay que valorarlo, más aun a los “adornos” o “bonsáis” de “izquierda” dentro de este Estado de derecha, por sus hechos, no simplemente por sus discursos.