El ya no sorpresivo Dieterich nos trae un análisis en cinco puntos que bien podría titularse el apocalipsis según Heinz Dieterich.
Según esta ave de mal agüero, que aun no tiene claro el principio ni fin de su obra, nos desmoronamos como proyecto de país pues al presidente Nicolás Maduro se le ocurrió convocar a una mesa de dialogo con los sectores del país para lograr la paz necesaria, la inevitable paz que muchos no desean.
Dieterich compara la “situación del gobierno venezolano” como la que tenia el depuesto, a través del golpe de estado organizado por Estados Unidos, en Ucrania.
Asegura Dieterich que Maduro esta acorralado por la incapacidad del gobierno chavista y en consecuencia convocó a la oposición y a la cúpula empresarial para hacer coalición de gobierno y así salvar su pellejo mas que otra cosa.
“No se pueden poner todos los huevos en una sola cesta” reza la sabiduría popular, ¿tendrá huevos Dieterich? ¿Y si tiene los tiene, los tendrá repartidos o en una sola cesta?
Ese análisis dieterichiano es digno de estudio por los analistas de Maquiavelo; pues hay que tener un cerebro vacío de ideas o repleto de tanta mala intensión para ser tan imbécil a la hora de exponer de esa manera el alcance de la propuesta de la mesa de paz; y este dieterich según tengo entendido no es corto de ideas.
La crisis económica en que estamos inmersos no es ni nueva, ni pequeña, pero tampoco insalvable; desde que se cambio nuestro sistema productor hace mas de sesenta años y cambiamos la agricultura y la producción campesina por la industria petrolera y la importación no ha sido posible salir del atolladero gigante en que estamos.
En trece años, el gigante Hugo Chavez no logró cambiar la estructura que hoy los analistas re-nombrados critican a Maduro no lograr resolver en diez meses.
El sistema capitalista que nos abriga no muere de la noche a la mañana en una revolución pacifica, pero como ese es el camino que decidimos transitar, entonces debemos estar preparados para el largo trecho que tendremos que recorrer, tendremos que armarnos de paciencia y debemos tener constancia para que Dios (el Dios en que cada quien cree) nos premie con la victoria.
La cúpula empresarial que asistió a la convocatoria nos da la razón, pues es señal de reconocimiento al presidente de la Republica, la cúpula empresarial que asistió (incluido Lorenzo Mendoza) al ser parte del problema, tienen que ser también parte de la solución.
Solo una mente obtusa o mal intencionada podrá pensar en una consecuencia negativa ante la posibilidad de sentarnos a hablar; ahora bien que nadie se equivoque, que nadie vea en eso síntoma de debilidad; el pueblo venezolano es mayoritariamente chavista, el pueblo venezolano es mayoritariamente pacifico y el pueblo venezolano es mayoritariamente conciliador.
Cuando no había ni forma ni manera de que el pueblo y la cúpula empresarial se sentaran a dialogar ocurrió el caracazo, cuando no había forma de que el pueblo y la cúpula empresarial pudieran sentarse en una misma mesa a analizar el presente y planificar el futuro de ambos ocurrió el 4 de febrero.
Ahora que el pueblo esta en Miraflores es el momento de hablar, es el momento de planificar en conjunto ¿Qué es el socialismo sino la posibilidad de que todos los sectores de la sociedad vivan bajo el régimen del respeto mutuo y la prosperidad mutua? ¿Cómo podremos salir de la crisis de producción si los empresarios se mantienen fuera de un muro que los separa del pueblo? ¿Cómo podremos tener bienes y servicios cónsonos al siglo que vivimos si el pueblo y los empresarios se dan la espalda o caminan en sentidos contrapuestos?
Las conversaciones que nos llevaran a la paz necesaria tienen que pasar por la discusión sincera ¿Se espera que el empresariado sea sincero? ¡Claro! Ese es nuestro mayor deseo pero tampoco somos tan ingenuos como para pensar que el solo hecho de que nos sentemos y nos apretemos las manos una noche significa que ya logramos el consenso necesario; no nadie cree eso, pero es un buen paso el que eso ocurra.
¿Qué tiene que salir de esa iniciativa de paz?
Aunque se fue a la reunión sin agenda (es decir con una agenda libre) de ahí tienen que salir tres puntos primordiales.
1.- La oposición debe respetar los lapsos democráticos y para ello tienen en este momento la posibilidad de hacer campaña para lograr mas puestos en las próximas elecciones para la Asamblea Nacional; también pueden trabajar bajo las normas constitucionales para en dos años recoger las firmas suficientes para convocar un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro (y luego ganarlo)
2.- El empresariado debe poner las cartas sobre la mesa, sus necesidades, sus aspiraciones y sus proyecciones, dentro del marco del proyecto socialista ¿Por qué? Porque el proyecto socialista es el deseo de la mayoría del país, demostrado en las consultas electorales desde que el comandante supremo de la revolución lo planteo como camino. (Ese es el camino).
3.- El Estado debe garantizar a la población que independientemente del apoyo o no del empresariado y de la oposición política; los problemas de desabastecimiento y de inseguridad serán resueltos.
A Dios rogando y con el mazo dando dicen por ahí, bueno entonces que se siga con la mesa de paz, que sigan las reuniones, pero que no se detenga el trabajo para corregir los entuertos que nos aquejan.
La patria no esta en una cesta y no estará en una cesta porque lo quiera un “politólogo trasnochado” en su apocalíptico y sepulturero análisis de las mesas de paz.
La Quinta Republica nació con la mezcla de las cenizas y las lagrimas de una cuarta que incendio al país.
Una Sexta Republica no tendrá motivos para surgir porque la tragedia del pasado no tiene porque repetirse y justamente síntoma es eso es que el Estado nuevo, que es el Pueblo en el poder tiende sus brazos al opositor para que a través del dialogo la transición necesaria sea pacifica y justa.
Adelante Nicolás Maduro; Sigue con la posibilidad de dialogo, esa gente no quiere hablar y se camuflan de diferentes colores y opiniones pero nada perdemos dejándoles la puerta abierta, eso si ojo pelao; sin ingenuidades que, como dije en otro articulo; cuando Lorenzo Mendoza tomo el micrófono en aquella reunión, pareció sentirse el murmullo de quienes estaban en el caney de la obra “Florentino y el Diablo” cuando al aparecer el siniestro personaje murmuraron al unísono “oye vale ese es el Diablo”.
En cuanto a Dieterich que se quede con sus huevos, si los tiene, en su cesta; deseos no empreñan.