La derecha en ejercicio del poder es coherente con la aplicación de políticas de derecha (capitalistas), mientras la izquierda al alcanza el poder no lo es. Éste es el problema de la izquierda: ha perdido terreno en el área de la economía política, se encuentra sin alternativas, sin programa real y aplicando políticas de derechas. De ahí procede el desarraigo de las ciudadanas y los ciudadanos de su derecho y deber de participar y ser protagonista de la política, de la vida nacional, de su existencia: ¿cómo votar y bridar su apoyo irrestricto a quien modifica sus propuestas al alcanzar el poder?
Desde este humilde espacio proponemos la construcción de un programa real de gobierno por una izquierda protagónica, participativa, unida en el ejercicio real del poder, constituida en un gran Consejo Popular Revolucionario, contralor y ejecutor de las políticas públicas, coherente en sus planteamientos. A tal efecto, es necesario fortalecer el incipiente Consejo Popular Revolucionario, pujar para llegar a todas las instancias de la vida nacional, ser el referente mediato del pueblo organizado en todos los rincones del país, para desde esa dimensión de organización popular revolucionaria convertirse en Poder Popular y con músculo propio exigir al gobierno, al que desde ese instante será “su gobierno”, establecer un proyecto realmente de izquierdas (humanista), con una política económica diferente, encuadrada en los siguientes puntos básicos:
1. Modificar los estatutos del Banco Central de Venezuela para que financie directamente a los entes del Estado que tenga como objetivo la satisfacción de necesidades básicas que garanticen, en el corto y mediano plazo, el Buen Vivir como filosofía y práctica social: alimentación, salud, hábitat y vivienda, educación, pleno empleo, seguridad social, recreación e irrestricto acceso a la cultura, ciencia y tecnología.
2. Nacionalización y regulación estricta de la banca. Eliminar el IVA e incrementar los impuestos a la banca hasta compensar los ingresos fiscales que hoy corresponden a la recaudación por el IVA.
3. Establecer impuestos progresivos sobre las grandes fortunas.
4. Desarrollar una política salarial justa, con escala móvil de salario, igualdad de condiciones y beneficios laborales, que impida la discriminación laboral por sectores y cualquier otra práctica discriminatoria.
5. Suspender el pago de compromisos financieros del Estado (deuda) hasta tanto se practique la auditoría total de la deuda pública, tanto interna como externa. Sincerada la deuda: cancelación inmediata de la deuda interna y recuperación de pagos no debidos tanto de la deuda interna como externa. Reconducción de la deuda externa, acortando los plazos e intereses, sin comprometer ni vulnerar los derechos de la gente.
6. Control total de la actividad humana en beneficio y defensa de la naturaleza (de nuestra propia naturaleza), para poder vivir en total y amorosa armonía con Nuestra Madre Naturaleza, con la Pacha Mama, con nosotr@s mism@s.
7. Finalmente, una política de inversiones relevante, tendente a crear en el corto plazo una infraestructura agrícola e industrial que garantice las necesidades básicas de la gente, nos vincule fundamentalmente al intercambio comercial con el mercado americanocaribeño y utilice el Sucre como divisa.
La política, así practicada por la gente, consistirá en resolver los problemas de las ciudadanas y los ciudadanos que tendremos la dicha de habitar esta gran nación. Urge una gran coalición de las izquierdas venezolanas para impulsar la constitución del Consejo Popular Revolucionario, en todas las instancias y lugares del país, para arrebatarle el poder a la burocracia inepta, corrupta e ineficiente que nos mal gobierna aun teniendo en sus manos todos los recursos materiales necesarios para alcanzar y garantizar el BUEN VIVIR.
¡Sabino nos marcó el camino, nos marca el camino, me marca el camino!
¡Patria soberana, independiente y socialista!
¡Patria o muerte, venceremos!
