Estimado Nelson Jesús Lanz Fuentes, apreciado Beltre, siento mucho el ver como los compañeros de la página Web de Aporrea se retiran, y se retiran hoy, frustrados al ver lo que está pasando alrededor nuestro, como poco a poco el gobierno del presidente Maduro Moros, tira por la borda lo que tanto costó a nuestro comandante eterno lograr, lo que ha costado miles de muertos, desaparecidos, torturados y encarcelados en años de históricas luchas, represión y muerte, en noches oscuras llenas de terror, hambre, miseria y sangre fresca de miles de combatientes revolucionarios, que bañaron las manos de los esbirros del pueblo venezolano.
Me duele realmente, ver como en pocos meses en el mando, del “presidente obrero” y su equipo, Venezuela es ahora otra diferente. Nuestra realidad ha cambiado como de la noche al día, errores tras errores, engaños uno tras otro, no se le dice la verdad as Juan Pueblito, este ya anda como paria por las calles de las ciudades, de los barrios de los pueblos de nuestra patria, lleno de interrogantes, sin un Norte ni rumbo fijo, le han quitado poco a poco su ilusión, su combatir diario, sus principios, su protagonismo, tal como lo hiciera aquel glorioso 13 de febrero inolvidable, cuando a pecho descubierto se lanza a las calles de la patria a rescatar a su amado comandante Hugo Chávez, ¡y vaya que lo logró!
Hoy lo han castrado.
Lamento como revolucionario de toda mi vida, la retirada de valiosos compañeros de esta página de Aporrea, que sigue dando la lucha en el combate revolucionario del pueblo. Casi la única ventana que nos queda, debemos seguir Aporreando y advirtiendo con nuestros gritos: “Que viene el lobo”, que viene el lobo, al pueblo que queda, y que nos lee en Aporrea. A ese pueblo –cada vez menos quizá por las circunstancias que se viven, pero que sigue en el combate, en contra de toda traición, y el reformismo de la derecha endógena que hoy quiere gobernar y trastocar este amado proceso de Hugo Chávez.
Proceso que aún se niega a morir y ser traicionado, queremos un socialismo de hecho y no de palabras, de un plan de la patria originario y no modificado, cambiado y trastocado, mochado. Seguimos luchando por un golpe de timón a la izquierda como el lo ordenó antes de partir Hugo Chávez.
A la izquierda y con el pueblo.
Parece que el capitán que conduce esta nave de la patria, “por ahora” no escuchó la orden.
Navegamos por aguas turbulentas, con mar embravecido , enormes olas nos amenazan en medio de esta tempestad originada por nuestros enemigos ideológicos y por quienes un día Chávez confió en su lecho de muerte, y entrego las riendas de la patria en su forzada partida.
Ellos, no han entendido nada de lo que Chávez nos enseñó, cuando desprendiéndose de su yo, nos dijo en medio de aquella lluvia del cielo. Ahora Chávez no soy yo, ahora son ustedes, cada uno de ustedes es Chávez.
¡Chávez somos todos!
Quiero seguir soñando utopías, este es mi último sueño, no me queda espacio en el tiempo para otro.
Mi decisión es seguir escribiendo desde esta trinchera del pueblo que es Aporrea.
Saludos combatientes
Un chavista confeso.