El que se va no hace falta, hace falta el que vendrá

Vivimos en el tiempo y el espacio social de la complejidad, en el que las sociedades se revuelven, se reorganizan y se orientan en la búsqueda de mejores condiciones de vida y respeto a sus derechos humanos, por lo que exigen a sus autoridades, a las instituciones , al estado, nuevas políticas y estrategias económicas, para satisfacer sus aspiraciones y necesidades. Esto lo vemos evidenciado en las protestas y las huelgas que se mantienen en los últimos años en el mundo.

Por eso, definitivamente, el proceso revolucionario ,económico político y social que se vive en Venezuela, desde la llegada al gobierno del amado presidente Hugo Rafael Chávez Frías, y continuado con el presidente Nicolás Maduro, impone una actitud revolucionaria sostenida, decidida en el tiempo y deslastrada de atavismos, de egoísmos, de antagonismos y de sectarismos.

En este sentido, el revolucionario chavista, tiene en sus manos la continuidad de un fenómeno político y social, que se esparce, como única alternativa en este momento, en el mundo, para hacerle frente al depredador capitalismo, neoliberalismo, al sistema mundo que quiere imponer los Estados Unidos y sus aliados europeos de la mano del Fondo Monetario Internacional, que quiere comprar a precios de gallina flaca nuestras riquezas, o arrebatárnoslas de la manera más vil.

Tenemos el reto de mantenernos unidos, amparando con nuestras acciones, responsablemente, así como la madre naturaleza que nos sostiene y nos acuna para protegernos. Está en juego, la continuidad de la patria que nos dejó Chávez. Somos hermanos, herederos de una raza indomable y libertaria, que ha protagonizado increíbles desafíos ante la plaga colonizadora, para hacerle saber, que amamos lo nuestro, nuestra soberanía y la paz, y que estamos dispuestos a enfrentarnos a quien venga y como venga , para que se nos respete.

La práctica de la democracia participativa y protagónica, nos impone la unión y la tolerancia para trabajar unidos guardando nuestras diferencias, pero con la firme convicción, de que nuestras acciones están destinadas a querer ser, a dejar ser y ayudar a ser, a esta revolución que tiene planteado darnos todo lo necesario para que la tan anhelada justicia social de igualdad, solidaridad y de mayor felicidad posible, como lo dispuso el presidente Chávez , alcance a todos.

Por eso, estimados amigos, compatriotas, si ustedes creen que a estas alturas del modelo, o del proceso, lo que se está dando en el país, no lo llena, no le parece, porque a tongo le dio burrundanga, y porque al otro le pican los pies, o por lo que a usted le venga en gana, ¡DÉNLE CHAMOS, DENLE DURO Y VAYANSE PÁ EL COÑO!, que les vaya bien!, porque a nosotros no nos hacen falta, nos hacen falta los que vendrán, cuyas acciones descansen en las escalas, en todos los lugares del país, mejor dicho del pueblo chavista, que está allí , trabajando y esperando que todo se estabilice.

Ahora si deciden irse, simple y llanamente se van, ¡pero , por favor!, no vengan a moralizar con su partida, porque, no es necesario, no lo necesitamos. Aquí no hay modelos, ni recetas que se deben cumplir. Ni ustedes tienen por qué venir a imponernos sus maneras de pensar, egoísmos y discursos de por qué no se hicieron las cosas como ustedes pensaban, porque no queremos saber más de eso. QUEREMOS SABER de unión, de tolerancia, de pertenencia, de cooperación, de solidaridad, de hermandad, de inclusión.

Ahora, si existe una crítica constructiva, que nos ayude a crecer en esta misión de la lucha tan difícil, por una vida mejor para todas y todos, bienvenida, venga de donde venga. En esta construcción, necesitamos de todos, pero no de los que se despiden indiferentemente, porque se cierran a comprender el curso de las cosas de esta revolución y les parece mejor huir, abandonar el barco, irresponsablemente, antes de que cese la tormenta.

Para finalizar, quiero dedicar este artículo al amado inmortal en la dimensión donde se encuentre y al consecuente presidente Maduro y a su tren ejecutivo, para agradecerle tanto esfuerzo, tanto trabajo agotador, porque si algo ha probado esta revolución es el trabajo , trabajo duro y agotador de hombres y mujeres que junto con el pueblo, se han dado por entero a cumplir decididos, un sueño, el sueño de la Patria, como lo soñó Chávez.


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Moraima Rodríguez Alcántara


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