Esta muy bien que la juventud tengan las oportunidades de aportar la fuerza y dinamismo al proceso de construcción de la patria nueva y buena, por supuesto, eso no debe ser el todo, necesario es, compromiso y comprobado fehacientemente grado de lealtad y en especial el conocimiento sobre la tarea encomendada; no obstante, hay algo que no aparece en los curriculums vitae, ni escrito en ninguna parte, se trata del accionar diario y la fiel balanza para interpretar al de arriba, como y muy importante al de abajo en la escala laboral. Se trata de lidiar con los vicios imbuidos de quienes “cholitas de gato”, tejen las marañas engañosas en el devenir de la administración sin contar con personajes ocultos que echan vainas sin dejar rastros visibles.
Digamos este tercer ojo, si no se tiene la experiencia dada y comprobada deja de tener efecto, ante lo cual tendríamos una desventaja respecto al funcionario(a) que solapadamente ejerce labores en oportunidades de dirección y/o supervisión.
Son muchos los camaradas que infructuosamente han intentado ingresar a la administración publica sin resultados concretos, con larga experiencia y sintonizado con el tercer ojo, no podría creer que se trata de una política particular sobre los hombres y mujeres con hojas de servicio ejemplares y no lo menos importante con una larga trayectoria de luchas inclusive antes de instalarse la revolución bolivariana. Siempre hemos hablado de las dos áreas de suma importancia como lo son: Recursos Humanos y Planificación y Presupuesto, donde se concentra la responsabilidad vital de un organismo público por ser superlativos, es decir de primer orden, en un reciente estudio que hicimos, pudimos constatar que el 69,5% de estas áreas en la administración publica están dominadas por gente adversa al gobierno y por ende a la revolución, no es exageración es la realidad, aunque podría aumentar porque un 9% , se desconoce su orientación política, dado que fueron colocados directamente por ministros, etc,etc.
En las universidades no tradicionales de reciente creación, la cuestión no es nada distinto, un dato: la jefe de ingresos de la UBV es opositora y un gran número de docentes igualmente, hay muchos ejemplos, no los voy a mencionar por esta vía, salvo que alguien esté interesado en modificar este entuerto. Como prueba en un ejercicio al voleo, escojamos un egresado de esta Universidad e interroguemosle sobre su visión de aplicación de la carrera culminada en función del desarrollo productivo del país y nos llevaremos una sorpresa.
No se trata sino de una actitud pasiva ante la característica aviesa de la descalificación a priori por causas a veces fútiles, por ejemplo cuando se solicita entregar o enviar una hoja de vida laboral (curriculum), se entra en una encrucijada de la cual dependerá de los ojos escrutadores de quienes lo solicitan o requieren, al respecto, la experiencia me dice que pasan varias cosas entre las cuales señalaremos apenas dos o tres; un caso patético es que la historia de vida sea eminentemente superior de quien la recibe y por supuesto no la escruta por aquello de la competencia profesional, de una vez el interesado queda apartado y jamás le indicarán porque fue rechazado; otro caso, aquel que depende del área para el cual se supone que se requieren los servicios, igualmente la competencia entra el juego y la excusa es no conocemos el nivel de compromiso y la posible lealtad y finalmente ante el hecho, la pregunta del que toma la decisión, alguien conoce a este ciudadano o ciudadana, lo que de una vez descalifica la historia laboral presentada.
Lo doloroso de todo esto, es que sucede a menudo en el contexto donde el concurso de todos y todas es valioso; el empuje de la juventud y la experiencia hecha razón para llevar por delante la tarea de una mejor y eficiente administración, deben complementarse de manera razonable y efectiva.