Crítica y lealtad

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Debemos recordar que a decir del gran bolivariano, José Martí: “criticar es amar”. Es decir se critica a quien se ama, o a lo que se ama. Al enemigo, sencillamente se le combate. Por ese motivo es que resulta conveniente hacer una lista de las cosas que amamos y otra,
de las que por el contrario, aborrecemos. Esto va a propósito de las reacciones que hemos presenciado en estos últimos días con motivo o luego que se conociera el documento del compatriota Jorge Giordani. La tormenta se desarrolló en ese vaso de agua que es la minoría de los venezolanos que nos ocupamos del acontecer político o cultural. Mientras, que en la calle nadie habló de eso, la inmensa mayoría del pueblo están entre ocupados y preocupados en lo fundamental, lo primario, es decir la economía. La plata no alcanza para nada, y muchos productos siguen sin aparecer. Esta es una primera y necesaria precisión a considerar para quienes amamos la libertad, la igualdad de condiciones, al ser humano, a la vida y la naturaleza. Esto quiere decir que parece que se nos olvida que la política tiene su base real en las relaciones económicas, no al revés. O sea no es la política la que crea las teorías económicas. Aun cuando muchas personas se valgan de la política para poder vivir cómodamente de ella, evadiendo así el tener que estar insertados en algún lugar del proceso productivo, ni de bien alguno. .

Insultos, rabietas, acusaciones y amenazas fueron el ruido de los truenos de esta tormenta que acabó como comenzó con unas palabras, esta vez el llamado del presidente Nicolás Maduro es a: la reunificación, la unidad, la lealtad colectiva a un proyecto y “Pasar la página de las peleas y las cartas” mas la promesa de una reestructuración global del gobierno y del sistema de gobierno. Parece, que por ahora, este es el conjuro mágico cristiano, que pone término a esta pequeña tormenta que nos azotó, un mes de junio caracterizado por la falta de lluvias.
Dice el dicho que: “después de la lluvia, sale el sol” Y por si acaso, en esta oportunidad es conveniente agregarle otro: “la esperanza es lo último que se pierde”. Ya veremos cómo se desarrollaran estas jornadas a realizarse entre el primero y quince de julio, y los resultados que arrojen las mismas. Por ahora nos queda la sospecha de que todos estos acontecimientos solo han sido una maniobra de distracción, muy bien llevada, que tiene como objetivo esconder lo que realmente le preocupa a la mayoría, el asunto económico, los acuerdos con grupos capitalistas transnacionales y la creciente tendencia a abandonar el camino trazado por el Comandante Chávez. El abandono del proyecto socialista, tendrá más que un costo en votos, un costo social que pagarán los trabajadores y los sectores menos favorecidos de nuestra patria. Con el imperialismo no se debe jugar. Muy claro aparecía el mandato de Chávez en el Plan de la Patria, en relación a que hay que desarrollar las fuerzas productivas del país con los trabajadores. Nunca mencionó que esto se conseguiría con el concurso de la burguesía.
Y es, que este tragicómico episodio de la tormenta en un vaso de agua, y que se cierra por los momentos con el llamado de ponerle fin a eso de las “carta pa´acá y cartas pa´acá”. No incluye y por supuesto que jamás a las del tipo que sean encabezadas como: “Declaración de lealtad personal absoluta” y otras muestras epistolares igual estilo oportunista que utilizan los quinta columna.

Cierro con unas palabras del Ché: “No se vive celebrando victorias, sino superando derrotas”






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