En verdad debo confesar, que los hechos políticos vividos en los últimos meses, a partir de ausencia física del –Comandante, me han trastocado la cosmovisión del mundo. Ahora siento que el piso de mis convicciones se mueve de un lado a otro y a veces me siento revolucionario progresista-nacionalista y en otras conservador apátrida.
Voy a tratar de explicarme con tres ejemplos, para ver si lo logro expresar lo que pienso y siento:
1.- EL CASO DE LOS OBREROS DE SIDOR: En tiempos atrás y por ser yó miembro de la Clase Obrera, nunca hubiera dudado en darles mi apoyo y expresar mi solidaridad ante los hechos de represivos de la GNB contra ellos. Automáticamente hubiera expresado mi condena contra el régimen. En éste momento dudo que esos trabajadores dirigidos por una banda mafiosa de sindicaleros, que ellos apoyan, sean no merecedores de represión y cárcel por atentar contra la empresa que les da de comer y contra la ciudad en la cual viven. Haber llevado a SIDOR a la situación en la que actualmente se encuentra es un crimen de lesa patria y los responsables y culpables deben pagar por ello. Eso de que los únicos culpables son los funcionarios del gobierno, enviados allí como gerentes o presidentes y que los distintos Sindicatos que allí operan, son unas pobres víctimas, no se lo puede creer nadie. Si ser de Izquierda, en este momento, es apoyar a los Sidoristas y ser de Derecha es estar de acuerdo con el Gobierno, me declaro derechista.
2.-EL CASO DE LA GASOLINA: El subsidio , que todos los gobiernos desde 1958, han dado a los miembros de la clases ricas dominantes regalándoles la gasolina, para que estos disfruten de la renta petrolera a sus anchas, se pasa de inmoral. Reconocer que se la están regalando y que además PDVSA paga para regalarla, es el colmo del cinismo.
No atreverse a Ajustar los precios para cubrir los mínimos costos, por miedo a un estallido social, es una confesión de cobardía y una infeliz falacia, pues todos sabemos que el precio de venta al público de la gasolina, no tiene ninguna incidencia en la escalada inflacionaria que estamos viviendo. Desde mi óptica politológica, si me muestro de acuerdo con la comercialización de la gasolina y los derivados del petróleo para que estos ingresen y sean comercializados en el mercado, regulándose por las leyes de la oferta y la demanda, indudablemente soy un tipo de Derecha. Pero si me pronuncio porque la distribución de la Gasolina deba ser otorgadas a las Comunas, para que éstas fijen el precio al público, en función del dinero necesario para operar y desarrollar proyectos de bienestar colectivo; me anoto en ser partidario de transferirle Poder al Pueblo, entonces paso a ser Izquierdista Radical.
En tiempos del Comandante no me asaltaban las dudas; todos los domingos, en su "Aló Presidente" yo recibía una Cátedra en Política Nacional e Internacional que alimentaba mis convicciones revolucionarias. ¡Cómo te extrañamos Comandante!
3.-EL CASO DEL DESABASTECIMIENTO Y LA INFLACION: Aquí si no tengo dudas. Soy Izquierdista Radical. No comparto esos pañitos calientes de "Ley de Precios Justos" (¿Cuándo el Capitalismo se ha sometido a leyes justas?). De control e inspección de tiendas. De persecución a contrabandistas y acaparadores. De subsidios para los alimentos y mercancías que consumen los ricos. Todo eso me parece son acciones de gobiernos derechistas. Pienso que si el Gobierno tiene el poder de posesión y control de las Divisas generadas por el petróleo, debe tomar las decisiones de transferirlas al sector poblacional excluido de los beneficios que estas riquezas producen y que los sectores históricamente beneficiados se las arreglen por su cuenta. Cero subsidios y dólares para la burguesía parasitaria. Esto me hace sentir Radical y de Izquierda.
¿Entiende el lector, por qué digo que el gobierno me tiene desequilibrado?.
