Debemos aclarar que Colombia es víctima de una violencia generalizada desde hace un siglo. Por tal razón, el paramilitarismo colombiano creado por el Estado colombiano para combatir la guerrilla viene promoviendo violencia en los Estados fronterizos como: Venezuela, Ecuador y Brasil desde el siglo XIX. Ocasionan migraciones de campesinos colombianos hacia sus países vecinos. Desde que el Presidente Chávez llegó al poder en 1999, estas acciones se han incrementado.
Algunas acciones armadas contra nuestra patria han realizados los paramilitares colombianos y algunos venezolanos opositores al gobierno del Presidente Chávez durante el mes de enero 2004, lo reveló el general Miguel Eduardo Rodríguez Torres director de la Disip desde el 2002 al 2006. El 09/05/2004, dentro de la finca Daktari en Baruta, propiedad de Robert Alonso se detuvieron 156 paramilitares colombianos que trajeron y entrenaron para atacar el Palacio de Miraflores y asesinar al presidente Chávez. Las relaciones de Uribe Vélez con grupos paramilitares y narcotraficantes son públicas y notorias denunció el general Rodríguez Torres, en el libro titulado La Invasión paramilitar, escrito por Luis Britto García y Miguel Ángel Pérez Pírela.
A todos estos paramilitares detenidos, se le reconocieron sus derechos humanos y posteriormente fueron deportados a su país. Si hubiera ocurrido en la IV república toditos tuvieran muertos. Esas mismas conexiones con los paramilitares se realizaron en las acciones subversivas llamadas por los partidos de la oposición como “la salida” dirigida por Leopoldo López y María Colina Machado entre otros, desde el 12/02/2014 las cuales denominaron posteriormente como “las guarimbas” ocasionando 43 muertes de venezolanos. En todos estos actos fascistas actuaron mercenarios colombianos dirigidos por Uribe Vélez y el gobierno de los Estados Unidos.
Quedó plenamente comprobado que los paramilitares colombianos controlan todo el negocio del contrabando de gasolina, droga y la extracción de alimentos y medicinas hasta Colombia. El último atentado político cometido en Venezuela fue contra el diputado más joven de nuestro parlamento el abogado Robert Serra y su asistenta María Herrera el 08/10/2014, con saña y tortura, prácticas usadas por el paramilitarismo colombiano. El ex presidente colombiano Ernesto Samper denunció valientemente que ese asesinato del diputado venezolano tiene como método el desarrollado por el paramilitarismo colombiano. Además, esa muerte coincide con unas declaraciones de jóvenes opositores venezolanos Lorent Gómez Saleh y Gabriel Valles expulsados por Bogotá a principios de septiembre por realizar actividades conspirativas en territorio colombiano, donde aparece en un video declarando que su objetivo era asesinar a veinte “muñecos” para aterrorizar a la población. El Estado venezolano y la mayoría del pueblo le han solicitado a la oposición venezolana que condene enérgicamente todos los atentados fascistas perpetrados en los últimos meses entre ellos el asesinato del diputado Serra.
Es urgente para restablecer la paz de Venezuela que la oposición respete el Estado de Derecho, de lo contrario el gobierno está en la necesidad de seguir llevando a los tribunales a las personas responsables. Para evitar que se ocasione una guerra civil que permita la intervención de los Estados Unidos para apoderarse de nuestro petróleo, debemos tener presente lo que denuncia el poema de Bertolt Brecht.
“Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por mí, pero para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada”.
