El Proyecto socialista bolivariano y el Proceso político bolivariano, son dos conceptos bien distintos, el primero establece las bases conceptuales y teóricas que definen el rumbo de la revolución venezolana a ser desarrollada en el siglo XXI, posee como referentes al marxismo, el humanismo, el cristianismo, el pensamiento de los dos Simones (Bolívar, Rodríguez) y Zamora, el indigenismo y la contribución de muchos pensadores y autores revolucionarios de Suramérica y el Caribe, incluidos políticos e intelectuales revolucionarios nuestros, y por supuesto el legado en materia política y ética que nos dejo el comandante eterno Hugo Chávez Frías; mientras el Proceso, lo constituye la acción y gestión del Gobierno bolivariano y el Partido (PSUV) en muchos casos se evidencia el divorcio entre el Proyecto y el Proceso referidos, lo cual pone en riesgo la permanencia de nuestro Proceso político bolivariano, además de la incongruencia que supone el mencionado divorcio, debemos agregar las amenazas externas (oligarquía parasitaria y depredadora, imperialismo y sus lacayos) e internas (infiltrados, corruptos y burocracia ineficiente), que se han venido incrementando progresivamente.
Sectores críticos como Marea Socialista, y otras tendencias del PSUV, y del Polo Patriótico, así como muchas individualidades comprometidas con el Proyecto Bolivariano hemos venido alertando al efecto, sobre las inconsistencias y las amenazas presentes que revisten peligrosidad y que pudieran reversar el Proceso instaurado por voluntad popular, expresada democráticamente desde hacen 15 años, forjado por el Pueblo venezolano y nuestro gran líder Hugo Chávez Frías.
Entendemos que sólo con la elevación de la conciencia política del pueblo venezolano, con el fortalecimiento del poder popular organizado y la crítica constructivas y propositiva que conlleve a las rectificaciones necesarias de la gestión del Gobierno será posible brindar al Proyecto y el Proceso revolucionario, socialista y bolivariano, también entendemos que el PSUV, como principal, pero no única plataforma partidista de apoyo al Gobierno, debe ser expresión de verdadera democracia participativa y protagónica, y no un instrumento manejado por cúpulas desde las instancias del Gobierno al servicio de factores o grupos de poder, que intentan confundir al pueblo chavista entre la defensa del proyecto con la defensa de los cargos.