Observando los resultados de algunas encuestadoras medianamente creíbles, resalta la disminución en la autodefinición "chavista". Sin embargo, lo más interesante es que esta sigue siendo mayor a la identificación partidista con el PSUV y no se incrementa la identificación partidista opositora.
Esto me pone a pensar que significa ser chavista hoy, a un año y casi ocho meses de la desaparición física del Presidente Chávez, en especial cuando quienes en algún momento expresaban serlo hoy no lo dicen, aunque lo sigan siendo.
Por lo anteriormente expresado, para mi ser chavista hoy es ser anticapitalista y antiimperialista, es ser socialista, es convocar y activar la construcción de nuestro socialismo, de un socialismo propio, pero sin perder pista de los errores y aciertos de los esfuerzos anteriores por construir un mundo mejor.
Ser chavista hoy es saber sumar, hacer política para los más desprotegidos, y luchar contra la pobreza y usar todos los recursos para empoderar al pueblo.
Ser chavista hoy es seguir luchando cada día más en contra de la corrupción, de los abusos del poder, de la malversación de fondos o del peculado de uso. Para aquellos que de inmediato les asalta la idea de que pretendo negar que en su gobierno esto no existió, insisto, claro que lo hubo, pero eso no niega la honestidad de quien murió dando la vida por el país, y el constante pronunciamiento a favor de la lucha contra la corrupción, es por eso que hoy ser chavista no sólo es tomar la bandera contra la corrupción o hacer una Ley Habilitante, sino demostrar que se puede hacer política para el bien del pueblo y no para vivir de ella.
Ser chavista hoy es ser crítico y autocrítico, sin criminalizar su práctica, organizando y reorganizando las estructuras que no funcionan, y creando nuevas formas de articulación si es necesario. El mismo Chávez creo al PSUV para superar los vicios del MVR, hoy Chávez ante los vicios del PSUV, ¿Qué haría?
Ser chavista es apostar incondicionalmente por la unidad con el pueblo y para el pueblo, jamás justificaría la unidad con corruptos que defienden los abusos del poder o la violación de derechos humanos denunciada por José Vicente Rangel, ser chavista es no permitir la unidad con nuevas clases sociales que nacer y viven de la especulación financiera y del desfalco a las divisas de la nación.
Ser chavista hoy, estoy seguro es, sin negociar los principios, tocarle la puerta al vecino que se declara opositor e invitarlo al debate y diálogo fraterno, para persuadirlo que el capitalismo no es el camino, y que si hoy hemos cometido errores, no por ello el socialismo que invitamos a construir no deja de ser la mejor opción para el pueblo venezolano.
Ser chavista hoy es, debatir sin complejos con el adversario, con respeto y mucha dignidad en el escenario que sea, para demostrar con argumentos que la razón debe vencer a la mentira y el engaño.
Se chavista hoy es, hacer el mejor esfuerzo y demostrar que se puede ser coherente con el discurso y la acción, hablándole claro al pueblo sobre lo que está bien y sobre lo que está mal y lo que se debe hacer para mejorar lo que está mal.
Ser chavista hoy es, escuchar al camarada y al vecino que está arrecho por las colas y la escasez, no evadir el tema y aceptar los errores, pero más importante aún, informar cómo se va a corregir.
Ser chavista hoy es luchar por la construcción del Estado Comunal, concepto eliminado del discurso oficial, es aplicar el Golpe de Timón, con el apoyo y la legitimación del pueblo, es respetar las diferencias e integrarlas al esfuerzo de construir un país mejor.
Ser chavista es poner en evidencia a aquellos que teniendo poder y estando en el gobierno son los principales saboteadores, exigiendo la salida de los ineficientes e incapaces.
Ser chavista hoy es convocar al pueblo a impedir que se siga desfalcando las divisas de la nación, es movilizar al pueblo para determinar a los responsables y aplicar justicia de inmediato.
Ser chavista hoy implica, no ir por ahí comprando medios de comunicación y permitiendo que testaferros fieles al capital se digan progobierno para después traicionar al pueblo.
Ser chavista hoy es remoralizar a la militancia revolucionaria sin lealtades pendejas e incodicionales, sino con razones y argumentos, con cambios permanentes y pertinentes, desnudando a los disfraces y sumando a los honestos.
Que no le dé a nadie vergüenza de decirse chavista, que sea una opción política pero no un problema ético, que no sea como consecuencia de una descapitalización del legado, que quien no se diga chavista es porque se define conscientemente como de derecha. Que Chávez no muera por nuestros errores, soberbia y miserias humanas, que no muera por una colita en un avión de PDVSA, o por una comisión, que no muera por falta de democracia, por intolerancia o por falta de partido.