“Un obstáculo capital del progreso del género humano es que la gente no escucha a quienes hablan con sensatez sino a quienes hablan más alto.”. Arthur Schopenhauer…

Dentro de la actual crispación política en Venezuela, cientos de miles de venezolanos convocados por la actual inflación de gran influencia en la pobreza de la clase media, demandan más sensatez a los políticos para solucionar esta crisis. Esto lo escribo porque en el debate de ayer 26/12/2014 en la Asamblea Nacional para elegir los magistrados del TSJ, lo que se promovía era el pánico perpetuo con esos discursillos mediocres de baja estofa.

El año 2015 por las elecciones de la nueva Asamblea Nacional, va a ser una coyuntura político-electoral marcada por tonos extremistas de la derecha y la izquierda, y lo que muchos consideraran un debate político y mediático que bordeará hacia la locura.
En la Venezuela de las colas, la escasez, la especulación, la inseguridad, y la impunidad sin precedentes, no existe un mensaje serio, el pueblo ya se burla del discurso político ramplón que ha invadido esta coyuntura pre-electoral, sobre todo los que promocionan el temor.

Hay que restaurar la sensatez, buscar la cordura y la tolerancia con un mensaje simple invitando a la mesura. Pero las críticas positivas emitidas por muchos articulistas, para desmontar la ironía han logrado ser más radicales al desnudar la retórica del temor, la amenaza constante hacia el que disiente, la homofobia que ha contaminado el debate político y mediático en el país.

“Me decía un paisano que: cuando los políticos son payasos, los cómicos son los únicos serios”.

Esconder el enorme descontento popular reinante en el país por el caos económico y social, ya es algo que expresa una enorme ausencia de la confianza popular hacia toda la gama de las instituciones políticas, mediáticas y sociales venezolanas. La inflación, las aberrantes colas, la escasez de todos los rubros, hasta el más sagrado como es el de los medicamentos, es ahora la figura del mundo noticioso nacional que goza de mayor preocupación y desconfianza entre el pueblo. Estamos en tiempos difíciles, pero no apocalípticos, donde se ha roto la relación entre el debate para buscarle salida a la crisis, por la enemistad.

El alto costo de la vida atenta contra nuestro sistema inmunológico. Su sobrerreacción, nos enferma más, el torrente de noticias sobre la creación de estados mayores económicos, las amenazas, las catástrofes de la guerra económica, las pugnas politiqueras las 24 horas del día. Si todo se magnifica, nada se resuelve, ya que existe un ciclo mediático, y político que promueve un pánico colectivo.

De hecho, la mayoría de los venezolanos ante este despelote de controles de precios, y de cambios, están coincidiendo que este es el mal que no los deja convivir juntos todos los días, a pesar de sus diferencias, así no se logrará salir nunca de la oscuridad.

La confianza hacia la restauración del aparato productivo nacional solo se logra con argumentos positivos, no sembrando el temor, desde la constante amenaza imperialista, y los paramilitares colombianos, hasta los virus de las chinkungunyas, y otras estupideces más, insisto en que los venezolanos, jamás podremos convivir en paz, porque se nos induce a odiarnos entre sí.

A muchos altos funcionarios no les importa lo que decimos o hacemos aquí, sino cómo es el estilo como reportamos la verdad. Los opinadores trasnochados ideologizados muestran otro trato, al ofrecer opiniones opuestas sobre la realidad económica, desde el mismo lugar, y hacia la misma gente. No se puede seguir glorificando el crimen controlado desde las cárceles por los pranes, las drogas, la inseguridad, los mafiosos judiciales y policiales.

Interrumpí momentáneamente mis vacaciones por la sensatez, para disipar el temor. De hecho: Preguntándole al alto gobierno ¿están listos para la sensatez en el 2015?

En medio de tanto ruido de politicuchos por la caída del precio del petróleo, la improductividad, y los medios sobre las incontables amenazas dentro y fuera del país, de acusaciones de traición a la patria, del griterío de galleras que se disfraza de discurso en mediocres programas de radio y televisión, que son la vergüenza cotidiana en este país llamado Venezuela, Muchos venezolanos esperan una respuesta firme de un sí por la sensatez este 2015. Ahora si apago la computadora por este año.