El país no puede esperar hasta el 2019 para que usted haga la transición que le ordenó el Comandante Chávez, en aquel programa que denominó “golpe de timón”, antes de despedirse de nosotros. Allí le ordenó que el gobierno nacional debía hacer una transición hacia El Poder Popular y terminar con esa burocracia gubernamental que impedía el verdadero ejercicio de la Democracia Participativa y Protagónica del pueblo venezolano en el proceso revolucionario hacia el Socialismo del Siglo XXI.
Aquí, ciudadano presidente, no hay término medio creando Consejos de Gobierno o invitando a un pueblo a participar en la gestión del presidente para hacer a “un pueblo presidente”. Usted me disculpa mi atrevimiento, pero las condiciones están dadas para jugarnos a Rosalinda y no para continuar con las políticas de los cambios lampedusianos de hacer “cambios para que nada cambie”. Si alguien ha criticado al camarada Toby Valderrama, he sido yo, por sus críticas a su gobierno acusándolo de Socialdemócrata, cuando las condiciones no estaban dadas para profundizar un proceso revolucionario socialista. Pero con todo lo que nos está pasando y ante el avance del imperio yanqui hay que cambiar la estrategia.
El asunto es camarada Nicolás, (entrando en confianza) que prefiero morir luchando en un proceso, como el intentado por Mao Tse Tung con la Revolución Cultural China, que bajo las botas de un tirano como Pinochet en Chile. Estamos en el momento de reflexionar el llamado de José Felix Ribas: “aquí no podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer”. Las imágenes de las ciudades Libias destruidas, los millones de muertos ocasionados por los ataques aéreos y los ejércitos mercenarios pagados por las potencias imperiales, contra los pueblos del medio oriente, no nos dejan otra opción: “inventamos o erramos”.
El sólo hecho de ver en la ciudad de Mérida a los grupos de oposición, recogiendo firmas ( y que haya gente que firme) para terminar con los chavistas y exterminarnos como si fuéramos ratas, por querer construir una sociedad de convivencia y solidaridad, donde impere la justicia fundamentada en la igualdad y en la equitativa distribución de las riquezas que a todos pertenece, es un alerta que no podemos eludir y hacer como los avestruces. Esta es una señal de que no hemos avanzado lo suficiente para hacer irreversible a este proceso revolucionario y que todavía, como dijo Napoleón, no hemos cruzado el Rubicon.
¿Qué hacer?. Le propongo camarada presidente obrero, a iniciar el proceso de transición mediante una Ley que obligue a los gobernadores a transferir las Prefecturas Parroquiales a los Consejos Comunales o Comunas que puedan estar existiendo legalmente en las parroquias. Transferir en este caso significa toda la estructura física, equipos, funcionarios, bienes muebles e inmuebles que cada Prefectura posea, así como las facultades que tengan asignadas por Ley. Por allí podríamos comenzar.
Hecho lo anterior, mi presidente, entonces transferirles a estos entes comunitarios, la ejecución de los planes y proyectos(con funcionarios, oficinas y todo) que tengan previsto realizar en las áreas geopolíticas de cada parroquia. O sea en dos patadas: “Darle Poder al Pueblo”, como decía el Comandante Chávez. ¿Qué algún otro o cual Consejo Comunal esté dirigido por gente de la oposición?. Eso no importa, más bien le da mayor legalidad a la Transición que usted promueva.
Ya nuestro Comandante Eterno le transfirió al pueblo el “poder del saber” con las Misiones Educativas y le transfirió el “poder de la salud”, con las Misiones de Barrio dentro, ¿Por qué no pasa usted a la historia y da el paso cualitativo de transferirle al ´pueblo el “Poder político real”; no a través de Consejos de Gobiernos sectoriales, sino a través del Poder Popular Organizado?.
Si señor presidente: convoque usted al gran: “ACUERDO NACIONAL PARA LA TRANSICION”. Y haga la transición que no pudo realizar, por falta de tiempo, nuestro Comandante Eterno.