Marea Socialista emerge ya que el proceso revolucionario se tiene así mismo muchas deudas. La voluntad de sumar y crecer se dejó de lado por la exclusión con el fin de preservar el poder por el poder mismo, la democracia participativa se disfrazó por las cúpulas eternizadas y autoerigidas, el socialismo se desplazó por pactos de nuevas y viejas clases sociales, la lucha contra la corrupción se apartó por la defensa y justificación de los corruptos en nombre de la “unidad”.
El Presidente Chávez el 8 de diciembre del 2012 fue muy claro:
“…si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón. Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria.”
Y Marea Socialista cumplió, convocando, movilizando y logrando junto a la mayoría del pueblo que este objetivo se lograra, a pesar de las adversidades que en su momento advertimos, y de algunos matices erráticos en el proceso de campaña electoral que condujeron a una disminución considerable de votos que puso en riesgo la elección del Presidente Maduro.
Es importante destacar que la elección del Presidente Maduro, desde la perspectiva del Presidente Chávez, nunca fue una carta en blanco, ya que cuando afirma que él debía estar: “…dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo”, está condicionando de manera clara la motivación para elegirlo. Por supuesto, el Presidente Chávez no pudo preveer todos los escenarios ni dar todas las instrucciones, pero si esto no se cumple, entonces ¿Qué debe hacer el pueblo venezolano?
Por otra parte, el Presidente Chávez en ese último discurso nos advierte:
“No faltarán los que traten de aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria. No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.”
Y Marea Socialista vuelve a cumplir, ya que esas coyunturas difíciles de restauración del capitalismo y del neoliberalismo han llegado. Cuando el mismo Presidente Maduro reconoce que dentro de su gabinete hay quien le “pela los dientes” y le hace “carantoñas” a “la burguesía”, y cuando evaluamos el conjunto de medidas, y acciones del gobierno, lamentablemente debemos estar conscientes que no ha habido una política a favor de la construcción del socialismo, sino, una acción paulatina de restauración de condiciones que con Chávez habíamos empezado a superar.
Es por eso que la “unidad” convocada por Chávez, no es a favor ni de corruptos ni de restauradores dentro del gobierno, la “Unidad” a la que convoca el Presidente Chávez es la que se da desde y con el pueblo, que hoy esta arrecho porque hemos perdido la alegría y la esperanza revolucionaria.
Es por eso que Marea Socialista emerge con alegría, para remoralizar y reavivar las esperanzas revolucionarias, para exterminar la corrupción y las cosas malas de la cuarta república y de la quinta república también. El descontento hoy tiene donde expresarse, democrática y participativamente, sin exclusión, reconociendo al adversario en el debate de ideas, sin pactos debajo de la mesa, dialogando trasparentemente, reenamorando y reconquistando con la fuerza radical del origen del proceso revolucionario, socialista y profundamente bolivariano.
Hoy me desprendo de mi rol de analista, y los invito a sumar esfuerzos para rectificar el rumbo, y lograr que las conquistas de quienes vivimos de nuestro trabajo no se pierdan.
Salgamos sin miedo a dar la cara, impidamos que los incapaces vuelvan a gobernar nuestro país. Es el pueblo capacitado y en desarrollo el que debe gobernar para sí mismo, y así lograr lo que otros países hermanos hoy están logrando gracias a la inspiración que ha dado Venezuela en el mundo.
Claro que se puede, ¡Estamos a tiempo!
Es por eso que hemos decidido iniciar un Proceso Constituyente, que permita darnos la organización que se merecen las bases revolucionarias, hemos decidido emprender la lucha contra la corrupción desde el propio Poder Popular, lanzando una Plataforma para la Auditoría Pública Ciudadana que logre desmontar toda la corrupción que nace desde algún sector capitalista, alguna burocracia desviada y una parte de la banca corrompida. Además salimos a defender a los nuestros, que han sido perseguidos y atacados por denunciar la verdad, y por último hemos asumido el reto de participar en las próximas elecciones parlamentarias con una tarjeta electoral, por lo que lucharemos por nuestro derecho a tenerla hasta el final.
¡Acompáñanos!