La economía venezolana está atravesando una situación compleja y hay que decirlo por la calle del medio, hay un discurrir de las cosas que afectan al común de la gente y eso es lo que más preocupa amén del adolecimiento de una vocería económica que permita que los hechos económicos ocurran con respuesta inmediata.
En verdad he meditado mucho sobre la hechura de este artículo y la trascendencia de los impactos que produce en la mente y porque no en los bolsillos de la gente de este país que queremos, que de una vez por todas se detenga la vorágine del incremento de los precios inclusive los regulados que aparentemente dejaron de serlo para buena parte de la población.
No es solo por economista que escribo esto, más allá de ello, me permito exponer como luchador social y comunicador que la situación que pasa en la calle se extienda y extienda, cierto es que se han tomado medidas puntuales, luego viene un dejo al menos de información sobre el seguimiento y control de las informaciones provenientes o mejor dicho del impacto que han producido en la colectividad y la efectividad de tal o cual medida.
Vistas las cosas y el como están sucediendo las cosas y a pesar de los esfuerzos la vorágine continua en una carrera loca que algunos indican se debe a la influencia del manejo impropio y ajeno a la economía normal por parte de una página dirigida, lo sabemos, a horadar la confianza del pueblo en las Instituciones públicas, ello tiene por supuesto incidencia directa en los precios y aventura decir que sobre el bolívar el ataque está inmerso en toda la parafernalia del manejo a través del tridente Miami, Madrid, Cúcuta y Bogotá.
Coincidencialmente los precios suben al ritmo de ese marcador ajeno a nuestra economía y que a mi manera de ver no ha sido debidamente encarado y mucho menos contrarrestado en su efecto perverso sobre los precios y porque no decirlo, sobre el aparato productivo nacional. Fuerzas extranjeras se esconden en esta conspiración contra el ingreso de los asalariados fundamentalmente y es de esta manera que comienza a preocuparnos la situación, más aún no solo que se actúa reactivamente, sino que no existe una vocería única para informar sobre las políticas económicas en si mismas, sino en lo que se refiere puntualmente a la escalada del incremento de precios sin fundamento económico alguno.
Desde la intervención en Daka, se han suscitado eventos importantes sobre el desenmascaramiento de mafias dedicadas al contrabando de extracción, comiso de importantes cantidades de alimentos, medicinas, materiales estratégicos y sobre todo de bienes regulados; no obstante, la situación continúa descontrolada y al parecer fuera de control. Son muchos los episodios que se pudieran narrar en razón de lo que ha pasado y continúa pasando, pero, hay un momento de reflexión y en ello, felicitamos al pueblo venezolano que no ha caído en el juego de los desestabilizadores y por esa vía impedido que las cosas pasen a mayores desde el punto de vista social, reflexión que citamos no como advertencia, por el contrario para impulsar con el poder popular no solo declaraciones en los medios públicos, sino en búsqueda de la participación con propiedad en el control de los precios.
La vocería en materia económica sobremanera en cuanto al sistema cambiario, se hace perentorio porque se refuerza la matriz sobre los posibles cambios en la política cambiaria y monetaria, lejos de la verdad sobre la toma de decisiones que coadyuven a deslastrar la llaga del bendito dólar y la equivalencia con el bolívar. En esta materia no se debe hablar, sencillamente se toma cualesquiera que esta sea y se anuncia de un día para el otro.
Hay mucho profesional que debe ser oído y no profesionales con un alto grado de conocimiento y experiencia digno de ser consultados, debemos rescatar esa experiencia y colocarla al servicio de la solución de los problemas que esta hora presenta y más aún cuando se aproximan unas elecciones parlamentarias en nuestro concepto para garantizar la continuidad del no retorno de la Revolución Bolivariana.
En cuanto al sistema que rige la fijación de precios regulados y no regulados debe haber un giro en dos aspectos que consideramos necesarios, por una parte, creemos que llegó la hora de sincerar los precios que puede ser complementada con una congelación de los mismos para que la toma de decisiones en la materia empiecen desde la hora cero. Inclusive, si es necesario decretar la liberación de precios debe hacerse luego de los análisis de costos intro-fábrica, con vocación científica y no por simple revisión de facturas presentadas por la entidad supervisada.
Esperamos que pronto haya decisiones en dos materias importantes que hemos tocado en este trabajo: Una vocería económica única y la decisión sobre el sistema de precios y el sistema cmbiario.