Lo que está en juego en Venezuela y buena parte del mundo es el mantenimiento de las libertades y conquistas sociales para quienes las tienen y para los que luchan por su mantenimiento y consecución, mientras hablamos de economía y nos batimos todos los días en una especie de defensa de la economía contra enemigos a veces invisibles, se nos olvida que lo que está detrás de toda la conspiración mundial y nacional es la democracia y en ello, las soberanías de cada uno de los países, la permanente guerra no declarada busca debilitar precisamente los Estados nacionales y en ello dedicamos casi todo el tiempo en la defensa de la estabilidad y el orden democrático, este no es la democracia del Estado del Bienestar que fue introducido a objeto de suavizar la situación que presentaba en los albores de los años ochenta.
A las oligarquías nacionales y los poderes transnacionales en el mundo poco les importa o no les importa las llamadas democracias occidentales del voto, por las que apostaron y promovieron en época de la guerra fría y que hoy no les otorgan réditos a sus intereses y por ello que han decidido dirigir sus ataques, mentiras, intrigas y financiamiento a objeto de soliviantar el poder de los pueblos hechos gobiernos progresistas y de izquierda.
La democracia es lo que hay que defender y luego viene lo demás, estamos hablando de la economía, no obstante otro tema que no quieren que saquemos a la palestra es el petrolero, donde en los últimos años han hecho lo imposible por afectar a los países productores que manejan la industria independientemente, quebrando los precios a través de la utilización de grupos bien financiados y apoyados subrepticiamente de manera tal que aparezcan como los enemigos a combatir caso del Estado Islámico y otros grupos conocidos radicados en el medio oriente que en estos momentos obedecen la orden de destruir a Siria y se la juegan tratando de cercar económicamente a Rusia y con amenazas de movilizaciones militares con el uso de la Otan, causante de millones de muertos y desolación en varios países.
Por ello, decimos que lo que hay que defender y proteger es la Democracia y con ello, la defensa de los derechos humanos violados constantemente por los países que se erigen como precursores de la libertad en nombre de la paz y la “democracia” que ellos representan. Como diríamos en buen criollo no podemos fallar ese boche dado que la cosa es bastante seria y que nos obliga a estar en permanente vigilia y acción.
Bien lo dice el primer ministro de Grecia Alexis Psipras y la ratifica en España el partido Podemos, lo que está en juego es la democracia y las libertades de comer, de recibir pensiones dignas, de atención de salud, vivienda, por allí está la gran diferencia de quienes en la derecha nacional y mundial sienten que sus privilegios pueden verse afectados por gobiernos que reivindiquen lo social.