Los números no dan, las colas destruyen al presidente Nicolás Maduro Moros, y a pocos días para las elecciones parlamentarias el gasto del gobierno es excesivo, mientras la población no encuentra en los anaqueles los alimentos básicos. No basta ser una persona honesta y de trabajo, se debe confiar en un equipo de gobierno, cuya clave es la buena imagen ante su adversario. Existe una percepción clara, existe descontento en la base electoral.

Los componentes dramáticos ahora se reflejan, a pocas horas de los comicios y las tendencias son difíciles de cambiar por la poca aceptación de los candidatos a la Asamblea Nacional, las conversaciones vienen siendo tensas y los simulacros electorales prosiguen para visualizar una capacidad de maniobra.

Los discursos del presidente Maduro, poco llegan a nuestra militancia, solo les interesa ir al abasto para comprar sardinas, en oportunidades un pollo.

Los rostros diligénciales se tornan tensos y las estrategias de campaña se dan a conocer por propagandas en situación personal o familiar, hay nuevas advertencias por los números, hoy, la sociedad venezolana rechaza los términos de nuevas confrontaciones.

Las vivencias dentro del Gobierno hablan del zafarrancho que produjo el resultado electoral pasado  dentro del partido por la imposición de candidatos. En Economía todo se viene paralizando, nadie detiene la guerra  bacteriológica y química, económica. Hay menos gente en las oficinas y las cocheras están oficiales se encuentran vacías. Marea Socialista fue  casi excluida del proceso electoral.

Gane quien gane la elección, lo cierto es que desde el día siete, Venezuela es un país distinto: nadie tendrá el poder absoluto, por lo que quien llegue al gobierno deberá negociar acuerdos con las otras fuerzas. Esa necesidad de acuerdos es la que representa el fundamento de la democracia y de la república, porque según el Legado de mi Comandante estamos en una transición al socialismo, Maduro estuvo más pendiente del Reino Unido, Cuba y Estado Unidos que su país, gracias a sus asesores socialdemócratas, franceses e ingleses.

Un tiempo bien perdido de la República Bolivariana de Venezuela. Maduro hace un gran esfuerzo, pero quienes ejercen presión desde adentro, por ejemplo, exigió que no se le pidiera partida de nacimiento para la entrega de pañales desechables y que hicieron en Farmatodo y Los Madeierense, exigir éste documento y la GNB aplaudió la medida, claro es un gran negocio tras puertas.

Es un saboteo constante y progresivo de anclaje terrorista y subversivo y no se respeta las orientaciones del ciudadano presidente.

En ese sentido, las elecciones son cada vez más minirrevoluciones. No se trata de que se cuestione el régimen político en su fundamento, sino de que cuando se vota, todas las pretensiones de liderazgo y representatividad son desmentidas o desafiadas por la expresión popular, sustento de toda vocación a definir un rumbo. Nuestros candidatos oficialistas no están presente en donde está el pueblo, solo los de Marea Socialista y mini grupos del derechismo.

La expresión ciudadana ha sido inesperada, desconcertante, pese a que la fluctuación electoral ha sido recurrente y pronunciada a lo largo del ciclo madurista, y ajena a muchas clasificaciones que suponen una cautividad del voto que, si existe, es limitada, todos los votos son de Chávez, no de maduro, solo existe un 22% de aceptación.

Por otro lado. La calidad ambiental en Venezuela se encuentra en un continuo deterioro progresivo y, en las épocas de sosiego, como de vacaciones, las bacterias se propagan, porque, las personas tienden a agruparse en un solo grupo. En os análisis biotecnológicos aparecen indicadores de contaminación fecal, microorganismos e indicios de metales pesados que deben considerarse para una evaluación.

Aunque el Estado dicta normas para que se instalen dispositivos para el consumo de mariscos y pescados.

Hay una especie de bioterrorismo en Latinoamérica, se vienen utilizando agentes biológicos y sustancias tóxicas en la industria alimentaria para producir alimentos básicos para el consumo humano, el ejemplo clásico es el atún. Las transnacionales juegan en el Continente Sur con la alimentación de los pueblos y existe un impacto de los microorganismos en la salud pública, mientras solo prevalecen los intereses políticos, sociales y económicos.

El aumento de aerosoles es progresivo  para contaminar productos alimenticios y el agua, (casi privatizada y cuyo costo por botellón es de 160 bolívares fuertes), pero, son difíciles de detectar a simple ojo por las nuevas tecnologías.

Los agentes químicos, matan o incapacitan a los ciudadanos del mundo, al ganado. Destruyen cultivos agrícolas.

En este sentido, hay una gran debilidad en los países del Sur. La existencia de armas químicas invoca de nuevo a los fantasmas y nos hace recordar el asesinato de Pablo Neruda  y Hugo Chávez Frías, donde los anillos de seguridad de ambos, nunca fueron un resguardo para un gran escritor latino o presidente.

Hay un flagrante pacto en los países nórdicos y europeos para intervenir en el Sur, utilizando a Colombia, Perú y Guyana, en éste sentido, subrayar nuestras debilidades y satisfacer el consenso internacional de intervención a nuestro país.

La guerra fría, refleja una abierta rivalidad entre EEUU y la Unión Soviética, junto a sus respectivos aliados, tras la segunda guerra mundial y, de allí se generaron grandes conflictos de las relaciones internacionales, donde se libraron  fuentes políticas, económicas y propagandistas. Pero, de una manera muy limitada en el frente militar, ahora resurge este tema por la aparición de ojivas nucleares y la guerra bacteriológica. Elementos de perturbación, intimidación, propaganda, subversión y guerra local mediante los aliados interpuestos.

Las bacterias por lo tanto podrían convertirse en un problema cada vez mayor. Por ejemplo, en el mar Báltico en Julio de 2013 un equipo internacional de investigadores informó de que en veranos calurosos cada vez más personas se infectan con el Vibrio Vulnificus, un bacilo que prospera en agua marina de zonas cálidas y que provoca infecciones por el consumo de marisco y pescado crudo, aunque también puede penetrar en el organismo a través de heridas, siendo los antibióticos efectivos en las primeras fases, aunque más adelante puede ser necesaria la amputación.

Iniciada de forma clara y definitiva en 1947, tras un rápido proceso de deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, la guerra fría alcanzó su cenit en 1948 a1953. 
Tras diversos períodos de distensión y enfrentamiento, la llegada de Gorbachov al poder en la URSS desencadenó un proceso que culminaría con la desintegración de dicha nación en 1991. 
La “guerra fría” había concluido, pero recordemos que durante su duración, a pesar de que predominó el concepto de lo que se ha denominado como “ceguera nuclear”, visión definida como la actitud de que el poder de destrucción nuclear es tal que nada más puede ser tomado en cuenta, Estados Unidos continuó con un programa de armas biológicas, al igual que Rusia y estas armas son diferentes de las armas convencionales o nucleares porque el poder destructivo de las armas químicas o biológicas no reside en su fuerza explosiva.

En 1995 una secta religiosa realizó un atentado en el sudeste de Tokio, matando a 13 personas y afectando a varios cientos. Esto alertó la atención de la comunidad internacional, lo que llevó en 1997 a la firma en La Haya de la Convención de Armas Químicas (CAQ o CWC en inglés), por la cual se prohíbe el desarrollo, producción, almacenamiento y uso de armas químicos. 
La misión de esta organización es la de implementar las provisiones para lograr un mundo libre de agentes de guerra químicas y que se fomente la cooperación en la utilización de la química para propósitos pacíficos.

En la memoria de generaciones el término ántrax está ligado a terror y mucho de éste ha quedado plasmado en más de una serie de televisión o película, para retrospectiva de todos, es quizás la muestra más conocida a nivel civil de los que puede generar un ataque          biológico.   El Sur es fumigado constantemente con elementos biológicos no saludables bajo la mirada complaciente de las transnacionales y los gobiernos locales.