El resultado del 6D desencadenó una nueva etapa de nuestra historia reciente. El desgaste del gobierno por la crisis económica, la corrupción y la burocracia, tantas veces advertida y denunciada, logró consolidar una triste victoria a una suma de siglas partidistas que creíamos que habíamos enterrado. Una vieja clase política y económica vuelve encabezada por el más desgastado de sus símbolos, Acción Democrática. Después de revisar los resultados electorales se observa que la MUD subió sólo un poco más de 300 mil votos de los obtenidos en abril del 2013, mientras el Chavismo ( PSUV-GPP ) perdió casi 2 millones de votos, los cuales desaparecieron entre la abstención y el voto nulo. Hay una simple conclusión, la oposición no tiene una gran victoria, sino la dirección del PSUV-GPP fue rechazada en una gran derrota. La victoria de la MUD fue posible sólo con el desprestigio de la dirección política contraria, triunfo el desgaste de la crisis económica del modelo rentista, patrocinado por la burocracia corrupta e ineficiente que ha dirigido al gobierno.
Este cambio en la relación de poder entre ambos actores ha producido una reacción en el movimiento popular. Entre el descontento y la crítica a la dirección derrotada y la angustia de ver nuevamente a la vieja oligarquía en el poder, se realizaron y se siguen realizando asambleas abiertas, reuniones y nuevos intentos organizativos de la base popular del chavismo. Se abre un problema de Organización para enfrentar esta nueva etapa que se nos viene encima. Han habido cientos de balances, sobre las causas y consecuencias del 6D, discusiones sobre los distintos actores políticos, sobre las estrategias y consignas correctas o incorrectas del movimiento popular, pero hay un debate que atraviesa esta situación, ¿desde donde y hacia que horizonte se plantea re-organizar el movimiento popular?
Todos estos años se han desarrollado miles de experiencias organizativas populares, se ha desplegado una militancia desde las comunas campesinas y productivas hasta los colectivos culturales y comunicacionales urbanos, pero en su mayoría con una lógica común: El Gobierno-PSUV, aunque con más o menos críticas a sus distintas gestiones, es quién marca la dirección estratégica y política de todo este gran movimiento que se llama chavismo. La burocracia estatal ha desarrollado todos estos años mecanismos de acumulación de capital desde el Estado (corrupción, fraude de importaciones, fuga de divisas, etc), generando una dirección de gobierno atravesada por los intereses de esta nueva burocracia-burguesía. Mientras tanto el chavismo que se construyó desde una identidad de clase, desde los horizontes igualitarios que surgieron en los años 90s, a pesar de críticas más o menos profundas ha puesto su militancia a la disposición a esa dirección. La militancia popular es dirigida por quienes a través de su posición en el estado, han reconstruido mecanismos de acumulación y dominación política, paradójicamente esta élite en ascenso ha podido desarrollarse por el apoyo obtenido de esa misma militancia popular. Es una auténtica plusvalía de la militancia que ha desembocado en una realidad terrible: Yo pobre, explotad@, oprimid@, trabajo políticamente, milito, para ti, corrupto, burócrata rodeado de lujos y escoltas. Incluso aunque haya un gran conjunto de dirigentes populares cooptados, que han obtenido sus respectivos beneficios, para la gran mayoría del pueblo bolivariano es una militancia a cambio de nada, a cambio de la esperanza de profundizar la revolución en la próxima gestión, de aplicar ahora sí todas las Rs al cuadrado y multiplicado por 10.
Grandes sectores del movimiento popular se han convertido en explotados políticos, pero lo increíble es que es a través de nuestras esperanzas, a través de nuestros ideales, que han logrado que sean las mismas organizaciones populares quienes voluntariamente hayan aceptado este terrible acuerdo. Mantener un gobierno cumpla o no cumpla con el mandato popular se volvió una prioridad superior a la conquista de un poder real de las organizaciones del pueblo, el movimiento popular se enajenó a sí mismo, a su misma razón de ser.
La distancia cada vez más grande entre la dirección y la base, los intereses de grupos económicos-burocráticos que desplazaron el interés popular en la dirección del gobierno, las evidencias del desarrollo de una nueva burguesía, aunque fue advertido y denunciado, pareciera que era una verdad auto-reprimida en el inconsciente popular, o por lo menos mientras había petróleo y renta que repartir. Sin embargo el resultado del 6D y peor aún la incapacidad de una mínima acción rectificadora en la dirección de gobierno, (ni investigación a la corrupción, ni transferencia del poder de la burocracia al poder popular, ni cambio de la política económica estatista-rentista-corrompida) más allá del nuevo reajuste ministerial, ha nuevamente evidenciado la realidad; No se trata de una mejor o peor gestión de tal o cual ministro, es un gobierno que aunque vive de la esperanza de los pobres, se dirige por los intereses de las nuevas élites burocráticas y económicas.
Nuestro Estado ha sabido recomponer su ciclo de reproducción rentista a costa de nuestras esperanzas, pero es verdad, también nos hemos organizado. Hemos construido comunas autónomas y productivas, ocupado fábricas, tierras, desarrollado espacios culturales populares, etc. Al igual que el trabajo asalariado se reparte entre el salario y la ganancia del capitalista, nuestra militancia se ha repartido entre la organización real de una sociedad de libres e iguales y esa plusvalía de la que viven los burócratas. Sin embargo esta misma ambigüedad es la que nos trajo hasta aquí, hasta esta crisis política, económica y a este horizonte por ahora reaccionario que anunciaron las elecciones del 6D. Es hora de reorganizar la militancia popular, sí, pero si no nos sacamos de encima esta dirección que cual burgués chupa nuestra energía y entusiasmo militante, nuestra creatividad, para seguir sus ciclos de enriquecimiento, la próxima derrota no será la de una dirección corrupta sino la del horizonte igualitario y libertario de nuestro pueblo.
Para nosotr@s hay una lección que nos dejo el 6D, el pueblo no va a seguir votando por quienes lo explotan políticamente, eso lamentablemente tiene unas consecuencias tan despreciables como ver a Ramos Allup juramentándose en la Asamblea Nacional. Lamentablemente ese es el juego burgués-electoral en el que vivimos, para que unos pierdan otros terminan ganando, pero ¿podemos romper los límites de esta absurda política de corruptos y burgueses, podemos reorganizarnos bajo nuestros principios de clase, podemos romper con el ciclo de la plusvalía de la militancia al que absurdamente accedió el movimiento popular?
El modelo económico capitalista-rentista se sigue regenerando, produciendo nuevas élites y empobreciendo a las grandes mayorías de la población. La crisis económica que crece y se profundiza en los sectores populares es tapada por casi un show mediático de los partidos políticos. El resultado del 6D abre una nueva etapa de repartición de cargos y poderes públicos. La vieja polarización de clase que significó el chavismo hoy se ha reducido a una pelea entre las viejas y nuevas élites, entre la democracia neoliberal y el estatismo corruptor. ¿Dónde se para el movimiento popular?
La rebelión contra la economía de los parásitos de la renta y nuestro trabajo, contra la explotación de nuestra esperanza, se convierte en nuestra orden del día. Pero ya sabemos que no conseguimos nada con tomar el Estado, sólo se reprodujeron la estructuras de dominación, sólo sirvieron para la formación de una nueva burguesía. La rebelión después de todo un ciclo histórico de experiencias, victorias y derrotas, se re-plantea no en la política gubernamental o en oficinas con aires acondicionados, más bien toma la forma de un gobierno directo del pueblo esquina por esquina, es el poder popular que rompe los límites del Estado. La rebelión que viene, parte de construir una hegemonía popular que pueda hacerle frente a la clase política, que aunque hoy se pelea entre sí, mañana fácilmente pudieran caminar juntos.
El movimiento popular necesita renacer del desastre actual, necesita barrer con los vicios que le ha generado el haber caminado tantos años junto al Estado y toda su estructurar clientelar, de jerarquías, corrupción y prebendas. Necesita incluso renacer generacionalmente, encontrarse nuevamente con el entusiasmo y la rebeldía juvenil y popular para que logre romper y acabar con cualquier reflejo clientelar al que grandes sectores del movimiento popular se han acomodado. Seguramente una parte del chavismo como movimiento popular ya completamente administrado por el gobierno, hagan la suerte de un grupo de burócratas su propia suerte, incluso siendo ya parte del mismo grupo. Pero si de algo han servido todos estos años de discurso, de organización y lucha, han sido para lograr introducir en parte del inconsciente popular un reflejo libertario, un reflejo de rebeldía, bases sólidas para la reconstrucción de la militancia revolucionaria.
Por ahora 3 propuestas para encausar la militancia popular fuera de los juegos de la clase política:
- Juicio y Cárcel a los corruptos y responsables públicos y privados del desfalco al país.
- Avanzar en la construcción de una economía social productiva a través del control social directo de tierras y empresas públicas.
- La re-organización de la militancia popular en función de construir estructuras de Gobierno Popular, que desde el acumulado organizativo de todas las organizaciones del poder popular rompa con la política de estado hacia una dualidad de poderes, sean quienes sean los personajes que ocupen el gobierno.
A re-organizar el entusiasmo revolucionario, ni plusvalía asalariada, ideológica o militante,
A Organizar el Gobierno Popular!
Correo del autor: migueldenis93@gmail.com