Desde nuestro ingreso a la universidad podemos percibir el aislamiento de la realidad los distintos gremios. Cada uno tiene un papel indispensable para el funcionamiento de nuestra casa de estudio, pero pareciera que no hay ninguna razón para que estudiantes y trabajadores tengan perspectivas en común. Sin embargo ambos padecemos el sistema antidemocrático de la universidad, tenemos problemas en común frente al Ministerio de Educación Superior como los bajísimos salarios y becas respectivamente, además de los problemas cotidianos con el rectorado de la UCV por el desastroso estado de los servicios y de la administración de la universidad que nos afecta a todos y todas.
Las consignas de unidad obreroestudiantil han sido construidas a lo largo de la historia en los momentos en que han coincidido en un mismo caudal político y social ambos gremios, avanzando a grandes pasos en la construcción de una universidad al servicio del pueblo.. Universidad SOBRE LA ALIANZA OBRERO-ESTUDIANTIL DE CÓMO SER ESTUDIANTE Y NO PODER TOMARSE UNA CERVEZA EN LOS CHINOS El Impuro.
Desde siempre ser estudiante se ha vuelto sinónimo de "pela bola", de no tener, para, de hacer una "vaca" para comprar el jugo, la curda, de pedir prestado para las copias, el pasaje, el café, entre tantas otras cosas que uno con una bequita no se puede costear. Pero hoy en día, ser estudiante es una especie de milagro divino; pues a la vista parecería más fácil escalar desnudo el Himalaya, o subir descalzo el pico Bolívar.
Ya la juventud no se puede costear las cervezas en los chinos de la esquina, ya hay que comprarse un cigarro entre dos, ¡adiós! a los tiempos que cada quien tenía su cajita de Consul y te ofrecían una cigarrito después de un examen o aquellos días donde alguien llegada de sorpresa con los litros de un buen ron. La crisis como un huracán se lo ha llevado todo. Hoy para hablar de filosofía de la miseria ya no hará falta consultar a Marx, bastará con sentarse en las puertas de las universidades y observar atentamente esos seres vivos que entran y salen, con poca esperanza en sus miradas y a paso nostálgico.
El estudiante que no piensa en irse, piensa en no seguir estudiando; ya todo el mundo habla que si: "de apostillar el título", "que yo tengo un familiar en tal país y para allá me voy", "este país es una mierda", "aquí me voy a morir de hambre", "yo me voy a estudiar pero vuelvo" y, así siguen un sinfín de comentarios, que dejan ver una juventud angustiada, no motivada, nostálgica y sin posibilidades de formularse un perspectiva de futuro porque la crisis mata todo proyecto antes de que nazca.
La crisis existencial que vive la juventud venezolana, ha llevado a refugiarse a muchxs en el mundo de ensueño de las drogas (esto lo digo sin ánimos de puritanismos), pero cada vez es más común el consumo en aquellos que se negaban hacerlo y se ha vuelto más continuo en los que ya lo hacían de manera usual. Los estudiante se han ensimismados, generando mundos fuera de las realidad, quizás esta ha sido la mejor forma que han encontrado muchos para alejarse de caos de hoy, y para negar eso que sucede a diario en la calles de nuestro país.
La crisis está construyendo una juventud aislada, postmoderna, solitaria, que se lanza sin pensarlo en los brazos del Tío Sam , o en las ensoñaciones del "American way of living"; mucho queda por hacer, y ha muchxs hay que despertar, pese a que la realidad sea peor que una pesadilla.
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