Si el Gobierno pierde que nadie renuncie, que rectifique y vuelva Chávez

La posibilidad real del hecho impuso nerviosismo, el aroma de una derrota en las elecciones reclama reflexión. Hoy se habla del trastorno como nunca se habló en toda la historia del chavismo.

Ana Elisa va a un extremo y pide la renuncia del gabinete, trae a escena la posibilidad "negada y transmutada", pero tenaz en aparecer en las noches de insomnio. Esta posición puede parecer parcializada, recordemos que a la muchacha le cobraron la solidaridad con Giordani y Navarro. Sin embargo, Diosdado, libre de toda sospecha, dice que de perder se abrirá "un conflicto de poderes"; esta posición parece más política, no se rinde, plantea un conflicto y lo enfrenta.

No hay dudas de que el cielo está nublado, el sol de la victoria no termina de aparecer, el 1x10x10 no convence del todo, ni a los organizadores. Lo correcto es discutir qué hacer en caso de ganar y qué en caso de perder. Veamos.

La derrota del gobierno significaría el fracaso de la política clientelar socialdemócrata. El "lanzar la casa por la ventana", el "dakazo" continuado de los últimos días de campaña sólo habrá resultado en elevar el espíritu mercenario de la masa, ahora el gobierno estará sin posibilidades de repartir la renta cada vez más menguada y enfrentado a los obstáculos de la derecha externa alzada en la asamblea.

Si el gobierno pierde, la solución socialdemócrata sería tomar medidas cosméticas, renuncias de algunos ministros, los tradicionales enroques, algunas cabezas rodando, llamados a pacto, regateo de cuotas, forcejeo en la asamblea, ir corriendo la arruga hasta superar los posibles ataques de la derecha, los llamados a revocatorios, los obstáculos parlamentarios. Esta solución socialdemócrata entregaría definitivamente a la Revolución, todo queda en el campo de la democracia burguesa, ahonda las causas de la debacle.

La solución revolucionaria es, desde la Presidencia, recomponer el camino, volver al punto donde se extravío la ruta, regresar a Chávez, autocriticarse de verdad, verdad, revisar los errores estratégicos, evaluar la repartidera, la alianza con los burgueses, la creación de conciencia egoísta.El mapa teórico, la estrategia está allí en el Plan de la Patria, el verdadero, el legítimo, el completico, del que nos habla el Comandante en la presentación de su candidatura en el CNE.

Esta es la única manera, el último chance de no perder el sueño de Chávez. La derrota debe verse como un mandato de la masa chavista para rectificar. En estos días de adversidad se probará de cuál madera está hecha la dirigencia, será un bautizo para la dirección, se comprobará cuánto queda de la virilidad chavista. En estos días, la crítica, la discusión abierta serán la tabla de salvación de la Revolución; no discutir, escurrir el bulto, perseguir fantasmas, inventar culpables, improvisar piruetas para no aceptar la realidad es suicida.

¿Y si el gobierno gana? Vendrán los problemas de la poca credibilidad del triunfo, sobre todo en el extranjero. Se impondría la soberbia que entierra a la crítica, el gobierno seguirá navegando en las aguas del pragmatismo, del oportunismo. Entonces, la socialdemocracia tendrá excusas para mostrar el pacto con la derecha externa como un triunfo. Estarán por verse los pasos de la derecha, sin embargo, lo que impone su carácter burgués es el pacto, recomponer el pacto de punto fijo, en ese momento o más tarde cuando los militares lo permitan.

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Toby Valderrama y Antonio Aponte

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