No hay nada peor que el despertar después de una noche neoliberal. Angustia, desasosiego, temor, rabia son las sensaciones comunes en la mañana. El 27 de febrero de 1989 fue el despertar del pueblo venezolano. De allí en adelante comenzó la lucha por conquistar su independencia y soberanía, secuestrada por los centros de poder económicos que tenían de rodillas a una clase política que hacía las veces de caporal del gran campo petrolero que simplemente era Venezuela.
Pero despertamos y hoy en día vivimos, no soñando con un futuro mejor, sino con la convicción de que lo estamos construyendo. Es por ello que no podemos estar impasibles ante la noche que se le viene encima al noble pueblo argentino. Y es que faltando poco menos de una semana para comenzar la entrega por parte de Maurico Macri de los recursos de todos los argentinos a las trasnacionales, ya se comienzan a sumergir en el soponcio inicial que indica el camino hacia la pobreza, la exclusión y el hambre.
La excitación de los capitalistas argentino ya se comenzó a sentir en los escasos 10 días que han pasado desde la elección del tartufo derechista. En una escalada sin precedente a los 12 años previos, los empresarios argentinos han emprendido una escalada de precios desmesurada y sin contemplaciones del 20% en los precios, con algunos casos del 30%. Qué curioso, lo que a nosotros nos hacen operadores de guerra económica como “Dólar Today”, para el futuro (des)gobierno argentino será su política oficial. Se estima que los precios para comienzo del año que viene serán del 200%.
Lo primero que deberá hacer el flamante entreguista vestido de presidente será ir a arrodillarse en el 245 Park Avenue de New York City, donde están las oficinas de Daniel Pollack, el encargado de mediar entre la República Argentina y sus acreedores (los fondos buitre o holdouts) quienes buscan cobrar cerca de US$ 10.000 en una supuesta deuda que a ciencia cierta es un vulgar atraco a una nación soberana.
Es por ello que ha pocos días de una nueva lección de democracia participativa y protagónica, nuestro pueblo debe mirarse en el lamentable y triste espejo argentino. Nuestra revolución ha ido mucho más allá de lo que hizo Néstor y Cristina Kirchner en materia social, nuestra revolución ha protegido y revindicado la independencia y soberanía, nuestra revolución logrado plantearse una lucha cara a cara con el capital internacional y nuestra revolución no le teme hoy a ningún enemigo que quiera someterla a los dictámenes del capital internacional. Es por ello que la derecha criolla la tiene bastante difícil si cree que el pueblo va a dejar que le quiten su esperanza, sus sueños. Hoy dormimos tranquilos y nos despertamos igual porque sabemos que el futuro está asegurado solo en revolución. El espejo argentino esta allí.