El Presidente de la Asamblea Nacional, que si las cosas siguen como van volverá a llamarse Congreso Nacional, Henry Ramos Allup fue tajante al afirmar que lo más que puede tolerar es el viejo retrato del libertador, sí en minúscula, esa vieja imagen añeja que le recuerda a cualquiera que ese tal bolívar cumplió hace poco 185 años de muerto. Si algo sabe el viejo Ramos Allup, es que la simbología bolivariana fue uno de los referentes que utilizó Hugo Chávez para derrotar a la cuarta república y apalancar la revolución Bolivariana, por eso precisamente, generó todo ese escándalo mediático ultrajando imágenes y símbolos del pueblo, pero especialmente del imaginario chavista.
Quizás Diosdado Cabello debió retirar oportunamente y con la mayor dignidad del mundo el imaginario del chavismo del Parlamento, especialmente todas las imágenes del Presidente Chávez, para evitar la afrenta y el agravio que sobre ellas volcó Ramos Allup.
El Parlamento fue conquistado con votos por la derecha el 6D, así que esas acciones de Ramos Allup, que podrían haberlas llevado a cabo Julio Borges o cualquier de otro de los 108 peones que la derecha tienen en la Asamblea Nacional, no deben sorprender a nadie. Que nos puede extrañar que la nueva Directiva de la Asamblea Nacional coloque cuadros de Rómulo Betancour, padre del cuartorepublicanismo que ellos intentan resucitar, o incluso al lado del cuadro añejo de bolívar un vistoso retrato de José Antonio Páez, nada de eso debería sorprender al chavismo.
Pero aclaremos las cosas, la mayor parte de los que en las elecciones del 6D votaron a la MUD y sus candidatos hoy celebran ese atrevimiento y osadía de Ramos Allup, aunque en el fondo de sus corazones detesten a ese viejo adeco, para ellos tan malandro como los mismos chavista, porque ellos también, como el Presidente de la AN, están hartos de todo ese imaginario y de esa simbología que Chávez y su revolución impuso.
Si no revisemos que han venido diciendo, durante todos estos años, la pléyade de intelectuales opositores acerca de la desvirtuación que de Bolívar hiciera Chávez para atornillarse en Miraflores.
Si algo logró Chávez, como parte de un patrimonio intangible del pueblo, fue posicionar a Simón Bolívar y su ideal de Patria e independencia, pero desde la visión de un Bolívar desacralizado, un Bolívar que se pareciera más a la gente, ello explica en parte la nueva imagen del rostro que gracias a la tecnología de nuestros días se logró de Bolívar, el Libertador.
Toca a la dirigencia chavista entender que la guerra que la burguesía mantiene contra el pueblo hoy más que simbólica es real, por eso más que empeñarse en invertir energías, recursos y tiempo en librar estas guerras simbólicas a las que incita Ramos Allup, el gobierno debe invertir energías, recurso y tiempo en recuperar las "expectativas positivas de la población", parafraseando al Ministro Salas, especialmente adelantando acciones de gobierno en el campo económico que ofrezcan salida a la crisis en el mediano y largo plazo a un pueblo que sus enemigos están dispuestos a echar al "basurero", tal como han hecho con los cuadros de Bolívar, Chávez y Maduro.
Carlos Luna Arvelo.