Maduro primer presidente que sobrevive al aumento de la gasolina

¿Será eso suficiente para tomarlo como un “gobierno fuerte”?

¿Por qué el gobierno del presidente Maduro sobrevivió al aumento de la gasolina sin explosionar o implosionar y sin que haya sido traumático para la población?

No hubo explosión porque realmente no hubo tal aumento; de la gasolina regalada a la gasolina a 6 bolívares lo que hay son billetes de monopolio cambiando de manos; es decir, saliendo del bolsillo del estado a las manos de los venezolanos y regresando al mismo estado para pagar la próxima quincena.

Los 150 o 250 bolívares que cuesta el tanque ahora, así ayer costara 4bolivares no afecta a nadie pues son solo billetes sin valor. Desde hace tiempo que la economía se desdibujó de tal manera que los billetes perdieron el valor real; si en vez de billetes hubiera que pagar en las estaciones de servicio con huevos, papas, harina pan, papel toilet otro gallo cantaría. Hasta con caramelos como se estiló una vez en el país, si tocará pagar con caramelos pegaría más al bolsillo, pues estos cada día se revalorizan mientras el billete de 100 de hoy vale mucho menos que el de mañana.

No implosionó porque, en vista de que la población se lo tomó con soda (porque el agua está un poco más difícil de conseguir), no hubo malestar dentro de las filas chavistas que rodean en lo más cercano al presidente.

Pero la cuestión es, cuanto tiempo podremos soportar esta inestabilidad de la moneda, cuanto tiempo podremos soportar el peso de un dólar oscuro que cada día aplasta más al “Bolívar Fuerte”.

Cuanto tiempo podremos soportar más la inestabilidad de los suministros básicos en el hogar: el detergente para lavar la ropa, el jabón para el aseo personal, el cloro para el higiene de los hogares, el arroz, azúcar, pasta, granos, cauchos para los vehículos, medicinas y pare de contar.

El “caracaso” fue el resultado de una situación de desesperación de la población que, sin poder adquisitivo y sin billetes, fue sorprendida con una imposición que sobrepasaba con creses sus débiles músculos; de una gasolina regalada (según el precio internacional) pero que el poder adquisitivo de la época permitía que solo los ricos pusieran “full” el tanque, mientras la mayoría le decía al bombero cuanto quería comprar, a un aumento del precio del pasaje que obligó a la población a caminar para el trabajo o la escuela, solo fue cuestión de horas para que el calor hiciera que explotara el país enetro.

Ese gobierno de CAP, a pesar de la explosión no implosionó ¿Por qué? Por algo muy diferente a la situación actual: porque los militares de la época eran el brazo ejecutor de las medidas impuestas por un gobierno títere de los Estados Unidos, amarrados al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial, con Fedecamaras y su satélite antinatural la CTV imponiendo presidentes y con una Escuela de las Américas dirigiendo los planes educativos del generalato; por eso no implosinó el gobierno ante la rebelión popular.

¿Pero estaremos lejos de una explosión o de una implosión?

Hoy, fecha de recuerdos amargos, la semilla de la inestabilidad sigue viva; la diferencia, por ahora, es la abundancia de billetes en la calle. La oposición sigue golpeando la roca y si no nos movemos con estrategia será imposible evitar que la rompan.

Ahora aseguran ir por el referéndum y la reforma constitucional, eso está bien, ese es el camino constitucional para resolver cualquier conflicto; lo que no está bien es que algunos “compatriotas” asociados en agrupaciones pidan la renuncia al presidente, como si la sustitución de Maduro sirviera para algo en esta guerra económica a la que estamos siendo sometidos.

Por ahora el pueblo sigue paciente, a pesar del revés electoral del pasado 6D la situación es de esperanza y espera; Nicolás Maduro sigue luchando contra la fuerza imponente del imperio norteamericano que con sus aliados de la Asamblea Adeca están dándonos hasta con el tobo como dijo nacho que nos iba a dar él en persona.

La unión de los chavistas no está clara; la disidencia ante el gobierno de Maduro es evidente. El discurso de Maduro, tratando de ser didáctico, se pierde en la divagación y las anécdotas que aburren (cosa que no pasaba con el comandante Chávez).

Hoy 27F, día de recuerdos amargos, sentimos aun el sabor amargo de la inestabilidad y el fantasma de la derecha gobernando de nuevo nos hace recorrer un frio por la columna vertebral, la pela que el pueblo se llevó en 1989 fue tan brutal que debería ser suficiente para no permitir que la derecha agarre otra vez el poder de los fusiles de la republica, pero en estos momentos pareciera que a los venezolanos actuales se les olvidó como fue esa tragedia.

Nicolás maduro y el gobierno revolucionario sobrevivieron (y con ellos el pueblo) el aumento de la gasolina (lanzado por cierto en un febrero también) pero eso no es suficiente para que la estabilidad se haga sentir.

Los chavistas que piden la renuncia del presidente muy poco contribuyen a la paz y la estabilidad de la republica, los opositores que piden el referéndum, a pesar de esgrimir una salida constitucional, siguen boicoteando la economía para ganarlo ya con eso es suficiente fuerza negativa ante lo que debería privar es la unión de los chavistas a defender su gobierno y perfeccionarlo.

27F, Si olvidamos nada nos salvará y la oposición volverá, es mentira que el chavismo tendría la mas mínima posibilidad de retomar el poder una vez tomado por la derecha. El cierre será tan férreo que ni en cien años cuando Bolívar despierte otra vez (si vuelve a hacerlo) volveríamos a tomar las riendas.



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Oscar Jiménez


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