Revolucionando la educación

Revolución a ritmo y sabor tropical

Últimamente me he cansado de escucharme diciendo tanta tontería, y me he propuesto intentar aprender a observar y escuchar un poco más. No ha sido nada fácil, porque si bien en boca cerrada no entran moscas, el zumbido del moscardón mental sigue tan tranquilo como si nada. Sin embargo lo poquito que he logrado me ha permitido observar y escuchar cosas curiosas.
Me he dado cuenta por ejemplo que hay miradas superficiales y profundas. Si paseas por la superficie de nuestro planeta, podrías creer que es plano y estático. Quizás tuvieses la impresión de que esa delgada capa biológica es todo cuanto hay.

Sin embargo en las profundas entrañas todo es fuego que corre cual ríos bajo la superficie, irrumpiendo cíclicamente por diferencias de tensión, explosivamente en la aparente estática superficie. En este sentido podríamos llamar a las rocas fuego sólido y a la lava piedras incandescentes, líquidas, porque solo las diferencia una condición de temperatura y presión.
Y lo mismo podría sucederte si observas al ser humano dentro del contexto de una época, sin darle dimensión y movilidad histórica, temporal. También la historia es recorrida por ríos de fuego subterráneos que irrumpen cíclicamente a la superficie, revolucionando las pacíficas apariencias del atareado y rutinario transcurrir cotidiano.

Ya en el principio de los tiempos el ser humano se diferenció del animal, al sentirse magnéticamente atraído por el fuego mientras aquél huía. Desde el principio ese fuego forma parte de su historia, es el centro de sus templos, asentamientos, de su hogar, de su alquimia culinaria, de su arte, ciencia y religión. Pero también hay muchos tipos de fuego.
Por ejemplo en la transición del Medioevo al Renacimiento te encontrarás con la luz de un Copérnico, que con una sola ecuación matemática rompe con toda aquella concepción estática de la creación. Con la pasión de un Colón que demuestra en los hechos que la Tierra es redonda, y con las hogueras de una inquisición que quema a los representantes del naciente libre pensamiento, por cuestionar su dogmatismo paralizante de la vida.
Así pues cuando rompes el aparente transcurrir superficial rutinario, te encuentras con otros ritmos y ciclicidades mayores, que parecen sugerir diferentes modelos de expansión y desarrollo de la vida.

Desde este modelo el nacimiento de un nuevo ser, sería una inyección o irrupción de energía al sistema, liberaría una gran energía o curva ascendente cuya inercia sería lo que llamamos niñez, juventud y madurez. Luego comienza la curva descendente hasta su agotamiento o extinción, cerrando el círculo donde comenzó. Esto se correspondería con el ritmo día-noche.
Mientras que en un ritmo más amplio como el de primavera-invierno, tendríamos los saltos cualitativos económicos y culturales que rompen el ritmo habitual o cuantitativo, a los cuales llamamos revoluciones.

Este modelo a diferencia de la concepción de evolución o tiempo que fluye linealmente, es coherente con el modelo universal y atómico, y también con la ecuación einsteniana de la relatividad. A la dimensión del espacio-tiempo le agrega la de acumulación, concentración y aceleración de energía a grandes ciclos, que posibilita el salto cualitativo.
Tras la descarga o liberación creativa se proyecta una curva ascendente, que podríamos llamar iluminismo, luego de la cual comienza a decaer o enfriarse. A esta desaceleración le podemos llamar oscurantismo, y en términos de energía diríamos que se produce una pérdida o disipación.
Desde el punto de vista histórico y social hablaríamos entonces de etapas niñas, jóvenes, de una raza o civilización, en que predomina la inteligencia motriz, la experiencia, el arte en todas sus formas, y el fuego en el centro de su cultura y religión. Hay un gran derroche de energía vital para realizar cualquier tarea, una gran vehemencia y apasionamiento.

Luego comienza a decrecer la vitalidad y a predominar la inteligencia intelectual, la vía abstracta de la imaginación, el sentido común, la razón. Entonces se busca el ahorro energético coherentemente con una civilización o raza cansada. Predominan las instituciones y las personalidades sobre la actividad y se va deteriorando la identidad, cohesión y red social.
Desde el punto de vista geográfico-climático, tendríamos el predominio de las culturas de adaptación a la zona tropical o el de las zonas frías. Sabemos gracias a modernas tecnologías que cíclicamente el planeta ha pasado por etapas previas donde predominaban los volcanes y por otras de glaciación, y a cada una correspondieron diferentes adaptaciones de fauna y flora.
Para este modelo la historia social iría produciendo acumulaciones crecientes de energía por la vía de la experiencia y el conocimiento, del movimiento y el intelecto, de las artes y las ciencias, hasta que por aceleración se produjese un salto cualitativo o religioso, una síntesis de diferencias genéticas y culturales. Ese sería el corazón de una nueva raza y civilización.

Esta nueva raza y civilización sería la síntesis de toda la historia, el destino histórico que algunos presienten como un nuevo mundo posible y otros como el Apocalipsis. Una raza nueva es también lo que presienten los que hablan del planeta Tierra como el hogar de la gran familia humana, así como la libertad, justicia y fraternidad proclamada en la revolución francesa.
Venezuela es madre tropical de generosas y apasionadas entrañas, que ha encarnado sueños de libertad continentales, ha parido libre pensadores que reinventaron su época, rompiendo las cadenas que oprimían la vida. Hoy que las explosiones solares se intensifican, ríos de fuego activan los volcanes y la temperatura planetaria aumenta, vuelve a despertar nuevamente.
En Venezuela todo está conmocionado, trastocado, revolucionado, la fiebre de primavera que se apoderó de ella no ha dejado piedra sin remover. En todas partes reina una creatividad y actividad inusitada. Todas las instituciones se cuestionan y se renuevan para ponerlas al servicio de la correntada vital creciente.

Hay una característica de la vida joven que te puede ilustrar el panorama que estamos viviendo. Cuando la vitalidad fluye poderosa por tu organismo, no hay impedimento por grande que sea que te impida acudir a donde deseas o hacer lo que te has propuesto. En otras palabras puedes convertir las tormentas en un vaso de agua y tomártela sin ahogarte.
Por el contrario cuando la fuerza vital decrece, parece que el mundo y los impedimentos se agigantan en la misma proporción. Te sientes pequeño, impotente y víctima de los acontecimientos convirtiendo el vaso de agua en una poderosa e invencible tormenta. En realidad no haces más que proyectar tu menguante fuerza sobre las circunstancias.
La educación no podía ser una excepción dentro de lo que se ha puesto a revisión a impulsos del poderoso movimiento de renovación. Lo primero que se hizo evidente fue que toda educación tenía un trasfondo intencional. Es decir, educas con una visión o modelo del mundo en mente, educas dando una dirección conciente o desapercibida a las conductas.
Básicamente educas para el egoísmo personal que compite con miras a lucrarse a costa de los demás, o para la creatividad solidaria que comprende que aportando al conjunto es como más se beneficia.

Son dos modelos, el primero es mecánico, corresponde a las épocas de difusa vitalidad. El segundo es orgánico, sabe que en el torrente sanguíneo vuelcan todos los órganos su aporte para que este los distribuya a todo el cuerpo. A su vez todos reciben sus estímulos inteligentes y afectivos a través del sistema nervioso central que los conecta con el cerebro y entre si.
En Venezuela se ha revertido el proceso de privatización y se ha descentralizado la educación. Ahora no solo todos tienen acceso gratuito sino que las aulas, al igual que los consultorios de medicina y el expendio de víveres, se desplazan hacia las zonas residenciales. Se ha retornado a los horarios de día completo y se han vuelto a incluir las artes y deportes.
Se han convertido los colegios y liceos públicos a bolivarianos, incluyendo alimentación, atención médica y sicológica, uniformes, libros y todo el material pedagógico necesario. Se ha comenzado la alfabetización tecnológica, instalando sistemas de computación en todos los centros educativos. No se cobran matrículas, es más, se pena por la ley la pretensión de hacerlo. Todos los servicios son realizados por cooperativas de madres y vecinos.

Todos los edificios han sido o están en proceso de renovación para recuperarlos de su total abandono anterior. Se han construido infinidad de planteles nuevos para poder incluir a casi el 50% de la población estudiantil que estaba excluida en todos los niveles. Se han creado los “Simoncitos” que reciben a los niños de cero a seis años. Todo con la última tecnología.
Se ha creado y construido la universidad Simón Bolívar, y además universidades iberoamericanas de deportes y medicina. Para que puedan acudir becados desde todas partes del mundo los jóvenes de bajos recursos, que no podrían cursar estudios superiores de otro modo. Se están construyendo en todos los estados “ciudades estudiantiles” que incluyen todos los niveles de educación.

Pero era tal la ineficiencia de las instituciones burocráticas heredadas, la deuda social y la exclusión de la periferia discriminada de la educación, que para equilibrar poco a poco la asimetría fue necesario crear “misiones sociales”.
Fue así como surgió “Robinson 1”, que con ayuda del personal y programa cubano “yo si puedo”, en año y medio alfabetizaron un millón y medio de personas. Luego vino “Robinson 2” para promover la lectura y escritura y cursar la primaria. “José Félix Rivas” para culminar la secundaria y “Sucre” para prepararse a ingresar a la universidad.
También se creó la misión “cultura” para ayudar a difundir desde las mismas bases la cultura popular. Esta misión imprime millones de libros selectos que se reparten gratuitamente entre la población. Entre sus muchos logros está la construcción de “la Villa del Cine”, con todos los estudios y tecnología última para producción nacional de cine y TV.
También se hicieron leyes de protección a la producción artística cultural, mediante las cuales se les exige a los medios de comunicación que utilicen y promuevan un porcentaje creciente, que se va ajustando a medida que aumenta la cultura popular. Hoy las frecuencias sonoras y televisivas ya se consideran un bien popular como el agua, y se discute su administración.

Todas estas misiones se complementan con otras como “Vuelvan Caras” por ejemplo, que está más enfocada a la capacitación productiva para generar desarrollo endógeno y empleos. Allí se dictan múltiples cursos, se organizan cooperativas, se les asesora para realizar su proyecto, y se les asigna los recursos y herramientas necesarias para comenzar a producir. La más nueva es la misión “Ciencia” que difunde el conocimiento a nivel popular, para integrarlo a la cultura. Además tecnifica el nivel de los proyectos de desarrollo endógeno para hacerlos cada vez más productivos respetando la ecología del ecosistema. Promueve a todo nivel la creatividad e innovación de ingenios, siempre dentro de mecanismos comunitarios.
Lo esencial de la revolución educativa, es que se da dentro de una refundación creativa de las instituciones. Sería contraproducente y de nada serviría, brindar una educación ideal de cómo deberían ser las cosas, si realmente no tienes donde aplicarla. Del mismo modo que sería inútil refundar las instituciones desde arriba, si la gente no está ejercitando una participación protagónica. Es necesario impulsar todo más o menos al mismo ritmo, armónicamente.
Ahora las instituciones van a los lugares de residencia, y los participantes practican en sus comunidades desde el mismo principio lo que aprenden. Por tanto la educación ha de ser actualizada y ajustada a los lugares donde se imparte y sus necesidades particulares.
La educación en consecuencia es comunal, se da dentro del marco del plan estratégico de desarrollo de la nación, y el aprendizaje se orienta al diseño de proyectos de aplicación directa a las comunidades de que forman parte. Cada Consejo Comunal es independiente políticamente, recibe y administra directamente los recursos a ellos asignados por ley.

Realmente sería insuficiente un libro completo para relatar todas las iniciativas que se emprenden simultáneamente y como se van recreando sobre la marcha. Corrigiendo lo que no resulta apropiado, reformando leyes y constitución inclusive, para ajustarlas a las necesidades que el desarrollo del movimiento social va evidenciando y exigiendo.
Más imposible aún resulta transmitir la dinámica de todo lo que está sucediendo simultáneamente, y como el impulso político del gobierno a la sociedad ahora se vuelve un movimiento social acelerado que exige y discute al gobierno, que toma decisiones y asume responsabilidades.
He tenido el gusto y el privilegio de asistir a cursos de la misión Sucre, donde ya no hay profesores sino facilitadores, que abren espacio a la participación de los alumnos, ya que además ellos mismos están aprendiendo esta nueva modalidad de construir juntos. Así el monólogo autoritario va siendo sustituido por el diálogo enseñar-aprender en simultaneidad.
Me emocionó enormemente el entusiasmo, la solidaridad, el respeto y la responsabilidad de los asistentes. La mayoría de ellos son trabajadores, madres que asisten en la noche y utilizan los espacios que deja libres el liceo de los jóvenes. Lo más cercano que puedo decir es que me parecía estar viviendo el sueño que tenía cuando yo estudiaba.

La cultura sale de los espacios virtuales privados, para volver a convertirse en la actividad natural, libre, espontánea del pueblo. Un arco iris de colores de piel, múltiples y musicales lenguajes alegran otra vez las calles al ritmo caliente de tambores, salsa y merengue tropical.
¿Qué podrá contener este alegre carnaval creativo de solidaridad, que se sacude el sueño y el polvo del tiempo? ¿Qué insignificante criatura podrá ir contra los designios de la vida que manifiesta su más elevado ideal incubado por siglos? No solo no hay nada ni nadie capaz de detenerlo. Sino que el mundo completo comienza a resonar crecientemente sus ecos y ritmos, desprendiéndose de los viejos sueños y dejándolos atrás para siempre.
¿Qué podrá salir de este caldo genético y cultural de cultivo en ebullición? Pues no tengo la menor idea. Lo único que puedo decirte es que no te quedes sentado mirándolo pasar desde fuera. Ven, canta, ríe y baila con nosotros, deja que esta marea de alegría te lleve y te traiga, disolviendo en su calidez tus tristezas y preocupaciones. ¡Sabor! Oye mira como va, mi ritmo, bueno pa´gozá, mulata….


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Michel Balivo


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