Estas líneas van porque hay que oxigenar el cerebro de tanta polarización política, indignación apátrida y decepción revolucionaria, y para ello, hay esfuerzos que merecen ser valorados y aprovechados. Es falso que el chavismo haya destruido el país como se nos quiere endosar; aunque algunos dirigentes, disfrazados de chavistas furibundos, pretendan endilgarnos las consecuencias de sus funestas acciones.
De antemano aclaro que ni formo parte del equipo del Centro Nacional de Historia, ni familiares míos trabajan allí, ni tengo nada que ver con ellos, porque los que se atrevan a leer estas líneas pueden pensar que le estoy haciendo la cuña gratis a esta institución, aunque realmente hasta valga la pena hacerlo, porque el conocimiento de la historia no debe ser ocultado y los esfuerzos que esta gente está haciendo merecen ser difundidos.
Pude disfrutar recientemente de dos de las sesiones que esta institución organiza bajo la figura de CÁTEDRA DE HISTORIA INSURGENTE FEDERICO BRITO FIGUEROA, que consiste fundamentalmente en un ciclo de conferencias semanales con especialistas en diversos tópicos de nuestra historia moderna, contemporánea o de la actualidad, pero vinculándolas al hecho histórico, a su evolución y las consecuencias de éstas para el devenir venezolano, y cuáles son las previsiones que pueden hacerse a futuro.
Me gustó mucho este ciclo de conferencias, no solo porque ahondan en hechos que históricamente han sido manipulados, ocultados o tergiversados (el caracazo, por ejemplo), sino que los ponentes brindan herramientas para el análisis objetivo de estos hechos y cómo se insertan en la lógica evolutiva de la sociedad humana contemporánea, es decir, el Centro no solo está divulgando nuestra historia, sino que también brinda herramientas para hacer una análisis integral, reflexivo y previsivo de estos hechos y los comencemos a ver no como un suceso aislado del acontecer venezolano, sino como un acontecimiento vinculado a las lógicas de poder, o de liberación que operan dentro y fuera de nuestro país.
Estas conferencias se vienen dictando en la sede del Centro todos los días jueves a las 10 de la mañana.
La institución cuenta además con una plantilla de historiadores en extremo capacitados, al igual que otros profesionales jóvenes y que por su expresión parecen dominar muy bien el área, y asumen con compromiso el delicado trabajo que realizan.
Así mismo, indagué sobre otras actividades y encuentro que el CNH ha diseñado una serie de programas académicos en los que destacan Diplomados y seminarios , bajo el Programa: PLAN BICENTENARIO FRANCISCO DE MIRANDA, INVESTIGACIÓN, FORMACIÓN Y PUBLICACIÓN, en él se contemplan no solo la realización de Diplomados, Cursos y Talleres totalmente gratis, sino además la publicación de artículos de interés para la divulgación del hecho histórico en algunas publicaciones que el Centro lleva o en otras del Ministerio del Poder Popular para la Cultura.
De igual manera, el plan ofrece la posibilidad de apoyar con recursos monetarios, técnicos y humanos a aquellos investigadores para que desarrollen sus trabajos, o las líneas de investigación que tenga en proyecto (para mayor información puede consultarse la página del centro: http://www.cnh.gob.ve/).
Quiero resaltar además que el Centro es responsable de la publicación de un sin número de títulos destinados al tratamiento de la historia, tanto local, regional, nacional e internacional, así como de dos publicaciones periódicas cuyo valor formativo para la población en general es inestimable y a mi juicio no han sido apreciadas como se debe.
Me refiero a las revistas “Tierra Firme” y “Memorias de Venezuela”, la primera, revista arbitrada que entiendo está destinada a un ambiente más académico y especializado, mientras que la segunda, una revista de divulgación mantiene el centro desde hace unos seis o siete años, cuya publicación ha sido medianamente regular y que desafortunadamente no se encuentra en formato impreso, sino solo como archivo descargable en la página web de la institución.
Escribo “desafortunadamente” porque a pesar de que la descarga es totalmente gratuita, aquellas personas que no cuentan un dispositivo electrónico adecuado, les sea mucho mas flexible acceder a la publicación cancelando un módico precio o esperando que la misma venga insertada en algún periódico oficial, como lo fue en el pasado reciente, cuando la revista venía encartada en el Correo del Orinoco.
En este sentido, hace casi 3 años escribí unas líneas en aporrea (http://www.aporrea.org/medios/a170631.html), sobre el olvidado “sistema masivo de revistas”, cuyo único sobreviviente fue precisamente la revista del Centro Nacional de Historia.