La Columna de Dante

¡No apurar el diálogo!

Muchísimas veces, en estos casi 5 años de columnas, hemos propuesto, alentado, requerido, de distintas formas, que se aplique el método del diálogo para la solución de cualquier tipo de conflictos, especialmente los que tienen que ver con el Gobierno, con los asuntos de Estado y con las relaciones entre los oficialistas y sus adversarios.

Por suerte el Papa Francisco logró algo que parecía imposible: que las partes, Gobierno y oposición, se sentaran en una misma mesa con mediadores calificados. Justo lo que pedíamos desde hace meses: seguir el modelo “Gobierno colombiano – FARC” en La Habana, que empezó a destrabar una guerra sangrienta de medio siglo.

Se formaron cuatro comisiones tácticas para temas puntuales y de esta forma se entró en otra era en la historia política contemporánea de nuestra amada patria. Apostemos a que alcanzarán el logro propuesto por el bien de todos.

Claro que para que este sistema funcione las partes tienen que sincerarse. Por lo pronto respetar las reglas del juego. Aceptar las recomendaciones de su Santidad, quien actúa a pedido de los dos bandos, y no tentarse a mover la mesa con salidas sorpresivas que irriten innecesariamente a la otra parte. Es decir, evitar los “errores no forzados”, aquellos que se comenten a sabiendas.

Esta columna, por razones obvias de requerimiento editorial, está escrita antes del 11N, por lo tanto lo que sigue es interpretación de gestos y palabras y lo que pasaría una vez que se cumpla el primer plazo de concreciones.

Las amenazas de los altos jefes de la MUD de “nos retiramos si no se aceptan nuestras exigencias” suenan, por lo menos, fuera de estilo. No apropiados cuando el término que preside todo es el diálogo. Creo que son errores no forzados que les seguirán haciendo perder credibilidad como sus fallidas “tomas de Miraflores”.

Ruego que los protagonistas de la mesa tengan claro que están siendo vistos por el planeta. En todo el mundo el conflicto venezolano, demasiado largo y dañino, es noticia de primera plana. Consideran vital que Venezuela se normalice, que retorne a la normalidad, porque saben que tenemos un potencial no desarrollado impresionante. Está todo por hacerse y estoy seguro de que esto ocurrirá en breve.

¿Qué necesitamos? Calma y serenidad en la mesa. Objetividad en los comentaristas. Paciencia y responsabilidad en los mediadores. Confianza en Francisco. Esa es la fórmula del éxito. Por favor apliquémosla. Hay 32 millones de hermanos aguardando.

A todos mi abrazo esperanzado de siempre.



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Dante Rivas


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