Jamás en mi vida pude observar ni siquiera de lejos al Comandante Fidel Castro en persona, aunque él visitó varias veces nuestro país Venezuela. Sin embargo, puedo asegurar que lo conocí siendo yo muy joven, cuando ingresé a los 14 años de edad en la Juventud Comunista de Venezuela. Lo hice leyendo sus discursos transcritos o sus artículos de opinión sobre temas de interés universal, o bien mirándolo u oyéndolo, por televisión o radio, de ese modo entonces llegué a conocerlo y también a compartir muchas de sus inquietudes a favor de las causas sociales por las cuales luchan millones de seres humanos, los pobres del mundo. Conociéndolo asumí como propia la convicción que él expresó el 5 de Diciembre de 1988, al decir: “Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo.”
Segura y obviamente que así como yo manifiesto mi admiración por Fidel Castro, otros exteriorizarán su rechazo y un grupo más reducido, principalmente los desalmados, tal y como los de Miami, hasta celebran la muerte física del Líder latinoamericano de nacionalidad cubana. Caso similar sucedió con Hugo Chávez en Venezuela y la misma gente celebraba en tierras norteamericanas. Pero quienes abrazamos las luchas populares valoramos en ambos personajes, las importantes e innegables conquistas por el bienestar e inclusión social de quienes durante mucho tiempo fueron los parias en sus propias tierras. Sin duda que al ponderar sus éxitos estamos conscientes que, siendo humanos, también cometieron errores y por ello acogemos en este momento lo que José Martí señalaba sobre los próceres de nuestra Independencia, principalmente sobre Simón Bolívar: “Se les deben perdonar sus errores, porque el bien que hicieron fue más que sus faltas. Los hombres no pueden ser más perfectos que el Sol. El Sol quema con la misma luz con que calienta. El Sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas, los agradecidos hablan de la luz.”
Habría que ser muy mezquinos para negar una realidad que la inmensa mayoría del mundo reconoce sobre los importantes y significativos avances y logros inauditos conquistados por el pueblo cubano bajo la dirección y gran liderazgo del Comandante Fidel Castro Ruz, por solo nombrar Dos flagelos que agobian a casi la totalidad del planeta y en Cuba son inexistentes, cito el caso de la desnutrición infantil y el consumo o tráfico de drogas. A ello podemos agregar los avances en materia de salud, educación y deporte, todos conquistados con resistencia, voluntad, esfuerzo y tesón propio, por la población de una pequeña isla llena de dificultades y carencias, causadas por los efectos y bajo el asedio de un bloqueo criminal que sobrepasa los 50 años de duración. Ese resultado comprobado y reconocido por la Organización de las Naciones Unidas fue materializado por la singular y gran cualidad dirigente del Comandante Fidel.
A una enorme distancia del territorio y pueblo de esa Cuba que nunca he visitado pero que admiro por su indoblegable ejemplo de resistencia y progreso propio, siento como ellos la lamentable pérdida de ese gran guía revolucionario, conservo en mis pensamientos lo que Fidel escribió a la 1:32 am del día de su cumpleaños 89, el 13 de Agosto de 2015, en el artículo titulado: La Realidad y los Sueños, donde dijo:
“…no dejaremos nunca de luchar por la paz y el bienestar de todos los seres humanos, con independencia del color de la piel y el país de origen de cada habitante del planeta, así como por el derecho pleno de todos a poseer o no una creencia religiosa. (…) La igualdad de todos los ciudadanos a la salud, la educación, el trabajo, la alimentación, la seguridad, la cultura, la ciencia, y al bienestar, es decir, los mismos derechos que proclamamos cuando iniciamos nuestra lucha más los que emanen de nuestros sueños de justicia e igualdad para los habitantes de nuestro mundo, es lo que deseo a todos; los que por comulgar en todo o en parte con las mismas ideas, o muy superiores pero en la misma dirección, les doy las gracias, queridos compatriotas.”
Comparto con José Martí lo siguiente: “cuando hay muchos hombres sin decoro hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.” Y con ello no pretendo convencer a ninguno para que conceptúe al Comandante Fidel como una deidad omnipotente, pues no es esa mi intención y respeto a quienes difieran de mis opiniones. Sin embargo, la inmensa manifestación mundial de solidaridad que se ha producido para con el pueblo de Cuba y el enorme reconocimiento hacia la figura de su Líder Revolucionario nunca me quitarán la convicción martiana que: “No es que los hombres hacen los pueblos, sino que los pueblos, con su hora de génesis, suelen ponerse, vibrantes y triunfantes, en un hombre” y “la muerte no es verdad cuando se ha hecho bien la obra de la vida”… Honor y Gloria al Comandante Fidel Castro Ruz. (Santa Rosa, Biruaca.