Los procesos sociales en si mismo son vulnerables fundamentalmente porque son obra de seres humanos, todo hecho social necesariamente no es revolucionario, por tanto en este caso no tiene ideología, esta es inherente a los hechos cuando se plantean cambios y transformaciones que rompan con lo establecido, esto no quiere decir que se produzcan de manera instantánea, es una experiencia que como ejemplo debemos traer para cualquier análisis, la revolución soviética en sus albores presentó luchas intestinas hacia el donde y el cuando y la profundidad de las medidas a tomar, igual ocurrió con la revolución cubana, ahora dos hechos sociales y transformadores en el ejercicio de la fuerza del poder real político y militar que no dejó aristas para la toma de la decisión final del hacia el que, aplicar las medidas, esto por supuesto con el acompañamiento mayoritario de los pueblos y su participación de manera protagónica y decisiva.
Como fuerza de choque que es todo proceso revolucionario que alcanza el poder por medio de la lucha armada, los supuestos anteriores por más decisiones que se hayan tomado no hubieran tenido el contenido y la disposición a asumirlos con ausencia de la entidad ideológica que como guía y acción permitió el avance hacia formas superiores del ejercicio del poder revolucionario, no es casual que la revolución sea incompatible con las viejas formas del ejercicio del poder y en función de que o quienes se ejerce, es una tarea de pensadores e ideólogos, del líder y del liderazgo colectivo. En la hora de la toma de decisiones para asentar la dirección que se busca es necesario que la claridad y convencimiento sean totales y sin ambages de ningún tipo.
Hablemos ahora de la revolución venezolana, de los avances y retrocesos, de logros y resultados, para ello, es suficiente que recordemos los planteamientos teóricos originales como es el caso del árbol de las tres raíces, comencemos por definir el área programática desde el punto de vista estrictamente político, cuál fue el planteamiento inicial y si este hubo de modificarse en función de gobierno. En principio para explicar lo que ha ocurrido hasta la fecha es indispensable decir que en este caso no se reúnen las mismas condiciones de poder real revolucionario y militar, es decir no se llega al poder por medio de las armas, por el contrario ha sido un proceso revestido por las características permisivas de la democracia burguesa, utilizadas de manera magistral y bajo condiciones adversas y con una característica adicional al resto de muchos movimientos que han alcanzado el poder por medio del voto popular y que han sido barridos por una casta militar advenidos por el enemigo de la humanidad como lo es el imperialismo norteamericano, porque ya no solo se trata de adjetivizar el imperialismo como el dominio a toda costa, sino que para alcanzar sus objetivos de mantenimiento de una sociedad carcomida por el individualismo y el egoísmo recurre a la barbarie como modo de alcanzarlo y mantenerlo, convirtiéndose desde siempre en el opresor de los pueblos por excelencia con una diferencia a la fecha actual, no encuentra el ropaje suficiente para ocultarlo y seguir engañando a los pueblos.
Decíamos que el caso de la Revolución Bolivariana es diferente, aunque el intento del 2002 es un fiel reflejo de lo señalado al final del párrafo anterior, lo que le otorga a este proceso condiciones y características propias de los nuevos tiempos y en la oportunidad de llegar al poder ante algo nuevo e inédito, que es, el cansancio de la gente y los pueblos ante la terrible imposición derivada del ejercicio imperial, es por ello, que esta lucha habría que darle elementos nunca vistos desde la óptica de las luchas populares y por ende la construcción del modelo que se quiere debe ser inventado todos los días, coexistir con el enemigo interno y externo supone guarecer la vulnerabilidad que fundamentalmente aún persiste en la mente de mucha gente inclusive dentro de las filas del proceso.
La declaratoria del socialismo del siglo XXI en el año 2004 por el ciudadano presidente y líder del proceso incluye luego de cinco años en el poder, que la filosofía de vida de la revolución tiene nombre y apellido o dicho de otra manera que la revolución es bolivariana y orientada en la vía del socialismo, a su vez señala que este socialismo hay que proponerlo, debatirlo y construirlo todos los días, al respecto si hacemos un balance desde entonces podemos concluir que se ha hecho muy poco desde la organización partidista y militante y se ha adelantado en la orientación del gobierno a través de la aplicación de políticas públicas orientadas de manera inequívoca hacia las grandes mayorías, es esto suficiente, indudablemente que no, los procesos electorales distraen lo suficiente para llevar a cabo plataformas de lucha ideológica sencillamente porque no se ha propuesto o incentivado a la gente para encarar el asunto de la ideología del socialismo del siglo XXI, que lógicamente no se podrá parecer a otra experiencia de aplicación política social como las conocidas independientemente de su éxito o no.
De los estudios realizados a través de la realidad socio política, la situación partidaria del pueblo, los partidos políticos del cambio, la gestión gubernamental, los diferentes programas y misiones, observamos que es necesario y urgente blindar la revolución venezolana con el contenido ideológico como garantía de la consolidación definitiva del mismo, la ideología forma parte de la vida revolucionaria, es cierto la revolución requiere de una ideología y para ello, es conveniente que se le de la palabra a quienes demandan la profundización pertinente simultáneamente a que se defina el alcance de que lo queremos que sea el socialismo del siglo XXI, creemos que luego de finalizada la elección presidencial es el momento oportuno e inaplazable para ir tomando decisiones al respecto como por ejemplo la propiedad privada, las relaciones de los agentes económicos, la política económica, las relaciones de poder, el papel de los medios de comunicación, la propiedad de la tierra y la propiedad de los medios de producción.
Mientras tanto que hacemos, masificar la creación de la conciencia revolucionaria necesaria para fortalecer estos procesos venideros, apoyar con toda fuerza la constitución de Centros de Formación Ideológica CFI, papel que en estos momentos realiza el compatriota William Izarra y que ha devenido en la formación de cuadros revolucionarios dispuestos a esparcir por todo el territorio la fortaleza, las oportunidades que la historia nos tiene reservadas.
Son muchas las cosas que se pueden decir sobre esta materia, no obstante, es bueno recordar que el inicio de ellas, debe estar en consonancia con el accionar diario, con la labor y gestión gubernamental a todos los niveles, decantando a quien haya que decantar que tenga elementos de decisión en sus manos pero que no ofrezca garantías suficientes para entender la profundización por venir.