El hombre no es libre en ninguno de los instantes de su vida (…) No es dueño de sus ideas o de las modificaciones de su cerebro, que se deben a causas que, a pesar suyo y sin saberlo, actúan continuamente sobre él (…) No es libre de no deliberar cuando está inseguro de los efectos que los objetos producirán sobre él. No es libre de no elegir lo que cree ventajoso. No es libre de actuar de otro modo del que actúa en el momento en que su voluntad es determinada por su elección.
D`Holbach – Sistema de la naturaleza –
El madurismo busca afanosamente recuperar una popularidad perdida. Ha sido tal el desastre de este gobierno que no existe forma en el corto plazo, es decir, para cuando constitucionalmente deberían realizarse las elecciones presidenciales en 2018, que cualquiera sea su candidato, logre captar la mayoría del pueblo, fundamentalmente por los altos índices de rechazo, el agravamiento de la crisis económica y social y, sobre todo, porque conforme viven pregonando que en la oposición y sectores del chavismo (mal llamada disidencia) no existe liderazgo, la verdad es que ellos, o sea, desde la cúpula del prostituido Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) no existe nadie, quien en lo absoluto pueda volver a unir lo que una vez consiguió Chávez, cuando menos para el momento de realizar cualquier elección, es decir las regionales (vencidas), así como las municipales (2017) y presidenciales (2018), cuyo cronograma electoral, ya debería estar precisado por las autoridades respectivas.
¿Y por qué tanta preocupación en el madurismo? Ellos viven diciendo en cada una de sus cadenas e intervenciones por los medios de comunicación que tienen el apoyo del pueblo. Sí es así, entonces ¿por qué negarse a fijar como único punto en una mesa de diálogo la fecha de las elecciones? La respuesta es obvia. En defensa, intentan movilizar por la fuerza, por no decir, desde la política del miedo y del chantaje, un determinado número de gente, tal y cómo lo hicieron en la fracasada campaña de la Asamblea Nacional, la cual de haber sido por las imágenes de los diarios oficialistas, Venezolana de Televisión, y todo lo que llaman red de medios públicos, que sólo buscan impactar psicológicamente a la población con tomas evidentemente editadas, una realidad virtual, que sólo existe en la mente de quienes piensan que la inflación, la escasez, los robos, los secuestros, los asesinatos, la corrupción y la degradación en el nivel de vida es lo que apoyamos los venezolanos. En otras palabras, cuando Maduro y sus crápulas nos llaman a una concentración, levantamos el Tricolor Nacional y nos llenamos de alegría y expresión de sonrisas por tanta "felicidad".
Tal realidad, el madurismo la conoce perfectamente. Por eso tampoco podemos obviar cuando Arendt (2004) planteaba que sería erróneo olvidar que los regímenes totalitarios mientras se encuentran en el poder, y su dirigencia se encuentra con vida, sólo la "mayoría de ese pueblo" es lo que sintetiza cada uno de sus discursos. De hecho, la propia Arendt (ob. cit) toma una cita de Hayes (1940) sobre los sistemas totalitarios cuando éste sentencia que sus cúpulas "gobiernan y se afirman con el apoyo de las masas". Y son las masas las que hoy, para perturbación del madurismo, son las que más lo rechazan en cada rincón del país, aunque desesperadamente intenten mostrarnos lo contrario.
Arendt (ibídem) también recuerda que sobre este tipo de Estados, Mussolini quien se mostraba complacido del nombre de "Estado Totalitario" se conformó con establecer un sistema unipartidista, por supuesto, bajo el yugo de la dictadura, y cuya "suavidad" de su gobierno se habría basado en establecer un número pequeño de condenas políticas, las cuales para la época, entre 1926 – 1932, se situaron desde escenarios conocidos como "tribunales especiales" para delitos políticos. En consecuencia, las sentencias fueron distribuidas en siete penas de muerte, 257 con 10 o más años de cárcel, 1360 con 10 o menos años de presidio, incluyendo aquellos que por razones obvias estaban en el exilio. Asimismo, fueron declarados inocentes unos 12 mil casos, hechos que cuando son comparados con los regímenes nazi, o bolchevique, éste último, especialmente después de la muerte de Lenin, no hay dudas que en el plano "jurídico", Mussolini terminó siendo un benefactor al lado de Hitler y Stalin.
Por eso cuando, nos hemos referido sobre el madurismo como lo peor del fascismo, el nazismo y el estalinismo, lo hacemos amparados en diversos aspectos que terminan por dejar a quienes integran este escenario, como una mácula cuyo pensamiento en quienes integran tan perversa cúpula política, jurídica y militar es irreversible en su forma de contrastar no sólo los tiempos históricos, sino pensar que conforme atacan al imperialismo para "salvarnos" de ellos en sus malas intenciones, piensan que tienen en Rusia o China, bastante lejos por cierto de nuestra ubicación geográfica, su salvoconducto para perpetuarse en el poder, en el nombre de ser nuestros benefactores.
¿Acaso piensan Maduro y sus panegíricos que en el momento de una eventual caída de su gobierno, bien sea por votos (hecho que dudo, porque el gobierno evitará las elecciones mientras sepa que no puede ganarlas) o por una acción sobrevenida, los líderes de la nación transcontinental y de Asia Oriental no van a sentarse con un nuevo gobierno y sus socios del norte ante lo que han invertido en Venezuela? ¿O de verdad piensa la cúpula madurista que su eventual caída va a generar la gran guerra latinoamericana? ¡Dejen la soberbia y la prepotencia!
Venezuela no va a salir de la crisis en el corto plazo. Es simple. Los precios del petróleo siguen estancados (sin menospreciar que los Estados Unidos siguen explotando al máximo sus capacidades de crudo), pese a los recortes de producción de las naciones asociadas con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) así como productores independientes. Verbigracia, un petróleo que no logra subir sus precios con tales medidas, aunado con los ataques terroristas en el mundo, así como los conflictos geopolíticos en el denominado "Medio Oriente", es una situación de alteración mundial sin incidencia favorable para Venezuela, la cual se agrava con la situación interna y de rechazo político en la región.
Ante semejante realidad, el gobierno busca neutralizar a sus adversarios por cualquier vía, incluyendo las inhabilitaciones políticas ¡Craso error! Entre más actúe en ese camino protagonizado por sus zascandiles, más se hundirá en su bazofia política. Inhabilitación a opositores no evitará derrota ni caída del madurismo. Así ha sido la historia de los regímenes totalitaristas. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.
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Referencias
Arendt H. (2004) Los orígenes del totalitarismo. Cuarta edición. Buenos Aires. Taurus
H. Hayes, C. (1940) La novedad del totalitarismo en la historia de la civilización occidental. Actas de la Sociedad Filosófica Americana. Traducción del investigador. Pp. 84 - 102
Kohn, B. (1945) Dictadura y Policía Política. La técnica de control por el miedo. Traducción del investigador. Londres.
Onfray, M. (2009) Antimanual de Filosofía. Madrid. EDAF