La Madre de todas las Elecciones

Sin manera de poder justificar a sus propias filas, y cerca del 80% de la población venezolana que se encuentran en desacuerdo con la violencia que vienen sembrado en el país, este 02 de marzo el presidente Maduro, ante las agoreras voces que acusan a su Gobierno de no tener “espíritu democrático” (cuando en los últimos 18 años que lleva el Bolivarianismo en el poder ha convocado a más elecciones que cualquier otro país en el mundo) despertó la furia y la violencia incontenible de los que precisamente reclamando “elecciones ya” contradictoriamente se oponen precisamente que éste haya, nuevamente, convocado al Poder Constituyente, a la Madre de todas las Elecciones, para dirimir los problemas del país entre venezolanos. 
 
Extraños Dictadores estos los de la Revolución Bolivariana de Venezuela, seguramente diría nuevamente Galeano con la ironía que lo caracterizaba. Cómo puede ser que esta “Tiranía”, acusada y vilipendiada por no tener apoyo popular (con más apoyo del que hoy mantiene Macri y Temen en sus respectivos países, e incluso de la que tiene el sr. Trump), se da el lujo, o el touché, de convocar una Elección que de perder irremediablemente le significaría abandonar la Constitución más Progresista y Democrática que país alguno se da el merecimiento de tener, orgullo de quien fuera su mayor defensor y proponente. Y que le ha posibilitado a la propia Oposición el marco jurídico para justificar todas las intentonas golpistas, incluso la del 2002 tras el Golpe de Estado de Carmona Estanga, cuando sin miramiento ni contemplación la derogó de un solo “plumazo”.  
 
Como puede ser, o en que cabeza cave, que los mismos que acusan al gobierno de Venezuela de no tener arrastre popular, hoy en día no acepten lo que les podría significar, mediante esta “la Madre de todas las Elecciones”, el definitivo zarpazo al Marco Jurídico que soporta los logros y los alcances de su Revolución en estos 18 años de existencia. Convocatoria que, incluso, hasta no hace mucho tiempo al unísono y con arrogante prepotencia y desafío, ellos mismos reclamaban. 
 
A pesar de que resulta sumamente peligroso y suicida estar en la mira del país que mayormente viola e irrespeta los DD.HH. en el planeta, y no existen Estado ni Tribunal en el Mundo que pueda enjuiciar ni siquiera a uno de sus soldados por delitos de Lesa Humanidad, y quien mayormente ha instaurado regímenes dictatoriales en nuestra contemporaneidad, el ahora “democrático” gobierno de Chile, que aún no ha podido engalanar una nueva Constitución diferente a la que Pinochet, a su justa medida, instauró hace 27 años, y para colmo habiendo padecido “en carne propia” lo que hoy sufre Venezuela, se encuentra dentro de los países que no solo le están dando la espalda a su Historia, sino que abiertamente apoyan a quien promovió y orquestó la más sangrienta Dictadura sobre su propio País. Y que en este momento realiza los últimos retoques y preparativos, bajo su cómplice anuencia, para también instaurar con maquiavélica frialdad una parecida o peor en la propia Patria de Bolívar.   
 
País, Chile, que irónicamente en el artículo 9 de su actual Constitución mantiene sanciones como las siguientes, las que de ser aplicadas en Venezuela seguramente mantendría a la inmensa mayoría de la Oposición tras las rejas. 
 
“Artículo 9° El Terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos. Una Ley de quórum calificado determinará las conductas terroristas y su penalidad. Los responsables de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para ejercer funciones o cargos públicos, sean de elección popular, o de rector o director de establecimiento de educación, o para ejercer en ellos funciones de enseñanza; para explotar un medio de comunicación social o ser director o administrador del mismo, o para desempeñar en él funciones relacionadas con la emisión o difusión de opiniones o informaciones; ni podrán ser dirigentes de organizaciones políticas o relacionadas con la educación o de carácter vecinal, profesional, empresarial, sindical, estudiantil o gremial en general, durante dicho plazo. Lo anterior se entiende sin perjuicio de otras inhabilidades o de las que por mayor tiempo establezca la ley.”   


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Waldo Munizaga


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