"Ante la crítica, lo que existe es intolerancia, autoritarismo y retaliación política"
Oly Millan Campos
"El hombre libre procura unirse a los demás hombres por la amistad"
Baruj Spinoza
I. Nota Introductoria
El filósofo holandés de origen judío Baruj Spinoza (Benito Espinoza) (1632-1677) goza de gran relevancia y vigencia en la actualidad. Esto constituye un fenómeno anómalo, al igual que lo fue en su momento y lo ha sido hasta ahora todo lo relacionado con su vida y su obra. De ahí el carácter sorprendente y prodigioso del ‘caso Spinoza’, porque en realidad, no es de ningún modo uno de los filósofos más populares, aunque sí de los más admirados. El conocimiento que se tiene de su filosofía queda relegado a unos pocos profesionales del mundo académico y a algunos intelectuales y artistas que han quedado fascinados por sus ideas. Y, sin embargo, la fuerza o potencia de esos pocos revierte en una avalancha de publicaciones notables, que más de uno de los pesos pesados de la filosofía hubiera deseado tener en estos momentos. Spinoza continúa siendo un autor minoritario, pero muy estudiado en estos últimos tiempos, en los que se valoran desde numerosos frentes la lucidez, profundidad y originalidad de su pensamiento. Se le ha considerado pionero en muchos aspectos: desde el laicismo y la reivindicación democrática en política, hasta ideas avanzadas interpretadas en clave ecológica, o chispazos visionarios en el ámbito afectivo, que han reconocido el psicoanálisis de Freud o las investigaciones neurológicas de Antonio Damasio. Spinoza se inserta en una corriente racionalista, la cartesiana, que él conocía profundamente y con la que rompió de modo impecable. Anuncia ya la rebeldía y agudeza mental de Nietzsche, sin renunciar a cambio a la tradición renacentista y a los hallazgos científicos de su época. No tuvo que pagar el precio de la locura, como le ocurrió al filósofo alemán, sino que los trágicos avatares de su vida, con la nota siempre presente del extrañamiento, lo hicieron más fuerte, más activo y más libre. Ni la pérdida de la mayoría de sus familiares a edad temprana, ni la escandalosa expulsión de la comunidad judía, ni las críticas de las iglesias, ni las iras del populacho, ni siquiera un intento de asesinato, pudieron romper la creación de un pensamiento fuerte y único, aunque fuera acallado por muchos en su propio tiempo y en épocas inmediatamente posteriores, o malinterpretado. Publicó muy poco en su vida, apenas dos libros: uno sobre Descartes firmado con su propio nombre, Principios de filosofía de Descartes con el apéndice Pensamientos metafísicos (1663); y el Tratado teológico-político, de manera anónima (1670). Solo unos pocos amigos de su círculo más cercano tenían acceso a sus escritos. A pesar de ello, resulta curioso que sus ideas tuvieran cierta resonancia en su época, como lo prueba el hecho de que un filósofo mundano y exitoso como Leibniz hubiera oído hablar de la ÉTICA (todavía manuscrita) y quisiera conocer a su autor en persona. La Ética de Baruj Spinoza es un libro raro. La Ética es una de las grandes obras de la Filosofía. Obra difícil en su elaboración y en su comprensión, dada la multiplicidad de significados que pueden surgir de ella. Spinoza tardó catorce años en escribirla: el período que va de 1661 a 1675.Está plagado de toda la jerga de la geometría euclidiana: definiciones, axiomas, proposiciones numeradas, corolarios y escolios. Sin embargo, si se supera este intimidante aparato técnico, se halla un intento fascinante y profundo de comprender nuestro lugar en el universo. El título completo del libro es Ética demostrada según el orden geométrico. ¿Por qué, escribiría alguien un tratado filosófico en formato de geometría? La Ética de Spinoza, es uno de los textos más complejos y abarcantes de la historia de la filosofía. Puede considerarse como un tratado general de metafísica, ontología, epistemología, y filosofías social, política y ética. Integra toda esta diversidad de perspectivas de una manera sistemática y profundamente coherente. La riqueza temática, unida a la tremenda originalidad de sus enfoques, da al texto una vitalidad tal que permite a través suyo establecer fuertes puentes reflexivos con su propia época, con la filosofía clásica, pero también con el pensamiento moderno y contemporáneo. La actualidad del pensamiento de Spinoza estriba ,entre otras cosas, en que ha sabido entender la relación entre afectos y razón .Su filosofía esta plena de sabiduría emocional, lo que algunos llaman hoy "inteligencia emocional", lo que los antiguos llamaron "saber practico", lo que es hoy en nuestro país más necesario que nunca y lo que Spinoza convierte en el objetivo central de su Ética.
Las abreviaturas utilizadas en este escrito son las generalmente aceptadas por los estudiosos de Spinoza, tal como aparecen en, por ejemplo Studia Spinozana. La Ética siempre se cita por "E" seguida del número de parte y del número de proposición. Así "E5P20" significa: Ética parte quinta, proposición 20. Se citará esta obra por la traducción al español de Atilano Domínguez.
II. Menos Hobbes, más Spinoza
En un autor de tanta reciedumbre metafísica resulta extraño, o, cuando menos, inesperado encontrase con una teoría política y, además, con una teoría que cabe calificar como muy elaborada. Spinoza teoriza sobre la política en un ambiente donde resuenan todavía muy cercanas aquellas frases de Tomas Hobbes, según las cuales la vida de los hombres pueden ser "una guerra de todos contra todos", ya que "el hombre es un lobo para el hombre". A pesar, de la influencia parcial de Hobbes, Spinoza está en otra onda. Hay dos pasajes de la Ética absolutamente reveladores a este respeto:
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"Para el hombre, pues nada hay más útil que el hombre, digo que los hombres no pueden desear nada más excelente para conservar su ser que el que todos convengan en todo, de tal suerte que las mentes y los cuerpos de todos vengan a componer como una mente y un cuerpo común, y todos al mismo tiempo, en la medida de sus fuerzas, se esfuercen en conservar su ser, y todos al mismo tiempo busquen la utilidad común de todos" (E5P18).
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"Lo que acabamos de demostrar lo certifica también la experiencia cada día con tantos y tan ricos testimonios, que en boca de casi todos están: que el hombre es un dios para el hombre…, verdaderamente la situación es tal de que la sociedad común de los hombres se siguen muchas más ventajas que daños. Ridiculicen, pues, los satíricos cuanto quieran las cosas humanas, detéstenlas los teólogos, alaben cuanto puedan los melancólicos la vida inculta y agreste, desprecien a los hombres y admiren a los brutos; sin embargo habrán de experimentar que los hombres, auxiliándose mutuamente, se procuran con mucho mayor felicidad las cosas que necesitan, y que sólo juntando las fuerzas pueden evitar los peligros que los amenaza" (E4P35).
Dos frases lapidarias, antípodas de las de Tomás Hobbes, encabezan estos textos: que para el hombre nada es más útil que el hombre (homini nihil homini utilius) y que el hombre es un Dios para el hombre (hominem homini Deum esse). Estas dos frases nos hacen ver al hombre desde una dimensión distinta, aunque no contraria, a la visión del hombre como simple conjunción de modos de los atributos de extensión y pensamiento de la única sustancia. Somos modos, ciertamente, pero esto no nos impide ser ciudadanos y, como tales, necesitamos unirnos y ayudarnos. La sociedad, pues, es un ámbito necesario para la vida del hombre. El dilema del prisionero (DP) es un dilema bastante conocido en Ética y Teoría de los juegos. Nos pone frente a la alternativa de si optar por el individualismo o por la cooperación. En Venezuela todos los juegos(los "diálogos") hasta el momento jugados por el oficialismo y la oposición, son versiones extremas del (DP), que atienden a un particular y muy subjetivo punto de vista, ignorando que el DP no es iterativo y, por tanto, desconociendo que dentro del dilema mismo no hay alternativa, porque los resultados, cualesquiera que sean, conllevan la manipulación del contrincante con medios no racionales y por ende la negación de cualquier solución civilizada. ¿Qué es lo que se observa en nuestro país? Que al contrario de lo que generalmente ocurre en los juegos de salón, en los demás juegos de nuestra vida tanto cotidiana y privada como pública y política, somos eminentemente retaliadores: "el que me la hace me la paga", "échenle gas del bueno", "no pasaran a Libertador", "perdonamos pero no olvidamos", "no volverán" que es equivalente a no perdonar, es común entre todos nosotros. Para saber más sobre el DP ver: https://www.aporrea.org/actualidad/a245483.html
En efecto, de la anterior lectura de la parte III de la Ética podemos constatar su confrontación con Hobbes, pues Spinoza proclama al "hombre dios para el propio hombre" (Hominem homini Deum esse) (E4P35S) y, en consecuencia, en oposición a la tesis hobbesiana del Homo homini lupus. Se construye de esta manera una alternativa al DP del estado natural hobbesiano. De cualquier forma, este dilema ilustra el hecho de cómo la no-colaboración o la delación resulta "más racional", en cuanto beneficiaría más provechosamente a los comprometidos en el dilema. Sólo que al hacerse simultáneamente las dos jugadas, culmina trágicamente; que es lo que eventualmente ocurrirá en Venezuela.
Cuantos y cuantas todavía creemos en la viabilidad de un proyecto ilustrado en nuestro país no podemos renunciar a la obligación de buscar alternativas que propicien la cooperación, la conciliación y la convivencia. La civilidad es la única alternativa posible para superar el DP y garantizar la máxima aspiración de perseverar en el ser. Civilidad que en Spinoza no se puede concebir como un estado acabado, de acuerdo indefinido, de leyes fijas e inmutables, sino un orden cuyos acuerdos serán siempre revisables, siempre susceptibles de mejoramiento. Porque su existencia no supone la eliminación de los afectados que lo hicieron posible, y el cálculo egoísta se manifestará en algún momento del "juego" de la interrelación política-social. De ahí la conclusión sobre el carácter provisional y temporal de dichos acuerdos. En esta dirección, hallamos en Spinoza la idea de un pacto temporal, revisable, modificable en la medida que la sociedad política evoluciona. Para Spinoza democracia no es sinónimo de ausencia de conflicto y que la paz no es ausencia de guerra. Sino que paz y democracia significan la posibilidad de construir acuerdos siempre revisables, siempre susceptibles de mejora mediante el logos, mediante la palabra. Logos y ratio, palabra y razón, son las claves, si el juego que queremos jugar no es el dilema del prisionero (DP) en cualquiera de sus variantes.
III. Alxerod y la teoría de la cooperación
Cuando las personas interactúan repetidamente a lo largo del tiempo, las amenazas y las promesas sobre acciones en el futuro pueden influir sobre su forma de actuar en el presente. La teoría de juegos distingue, según el número de movimientos de cada jugador de los que conste el juego, entre juegos de una tirada, donde sólo hay un movimiento, juegos repetidos, donde hay un determinado número de movimientos superior a uno, y juegos de infinitas repeticiones, donde hay un número de movimientos no determinado. A continuación vamos a exponer brevemente y con grandes dosis de simplificación los planteamientos de Robert Axelrod, que; pueden ser considerados los mejores estudios existentes sobre dilemas del prisionero iterativos, apoyados en pruebas realizadas mediante computador. Robert Alxerod, ha investigado el problema de si la cooperación es teóricamente factible dentro de un mundo en el que todos sus habitantes se guían según sus propios intereses. El dilema iterativo del prisionero (DPI) resulta interesante porque incorpora la dimensión de proyección de futuro. Como es previsible que en largo plazo los dos jugadores interactúen con frecuencia, al tomar la decisión en un caso concreto se ha de valorar si un beneficio en un instante puede suponer un perjuicio en el futuro. Para el autor, su estudio muestra que es apropiado, racional, cooperar en el, momento presente para asegurarse una cooperación en el futuro.
Axelrod somete diversas estrategias, desde las más sencillas (como "desertar siempre", "cooperar siempre" "cooperar y desertar aleatoriamente") hasta las más complejas, a una simulación por computador cómodamente los resultados que todas las estrategias obtienen en un número determinado, más o menos largo, de ocasiones, enfrentándose -lógicamente de dos en dos- todas contra todas. La experimentación dio como resultado que la mejor estrategia era una tan simple como "toma y daca" (o, "donde las dan, las toman") que "consiste sencillamente en comenzar cooperando, y a partir de ahí, hacer en cada jugada lo que el otro jugador en la precedente". Esta estrategia parece resultar "victoriosa" porque asume cuatro tipos de actuaciones que contribuyen al éxito de toda regla de decisión que las tenga en cuenta, pues la hace sólida y robusta frente a las demás, en contextos diversos:
(1) evitar conflictos innecesarios, ser decente o amable: comienza cooperando y no deja de hacerlo mientras el otro no deje de cooperar, no toma la iniciativa de la defección nunca;
(2) ser provocable por defección ajena, ser vindicativa y capaz de defenderse: responde con la defección automáticamente y sólo cuando se ha producido la deserción del otro jugador;
(3) mostrar indulgencia, ser capaz de perdonar: no es una estrategia rencorosa, olvida la defección ajena en cuanto le responde con la propia y vuelve nuevamente a cooperar;
(4) claridad: por su sencillez, esta estrategia es rápidamente captada por el otro jugador.
Apoyado en estos resultados, Alxerod ofrece una serie de recomendaciones o sugerencias de actuación que se derivan de su estudio para quienes se encuentren en situaciones de DP: no envidiar éxitos ajenos, pues la envidia resulta ser autodestructiva; no ser el primero en no cooperar o, lo que es lo mismo, ser decente; devolver con la misma moneda o practicar la reciprocidad y, por último, no ser demasiado listo. Axelrod realiza una nueva experiencia de la cual también se obtienen interesantes resultados para la teoría de la cooperación.
Crea unas "sociedades" formadas por varios individuos de distintas estrategias y los hace interactuar, estudiando la capacidad de supervivencia que tiene cada una de ellas. Esta "selección natural" provocada artificialmente lleva a nuestro autor a formular unas conclusiones muy positivas, como por ejemplo que la cooperación, "puede llegar a surgir en un mundo de egoístas no sometido a una autoridad superior, a partir de un pequeño núcleo de individuos que basan su cooperación en la reciprocidad".
Profundizando en este tipo de conclusiones se puede llegar a establecer tres etapas en la evolución de la cooperación.
1) origen: la cooperación se puede iniciar en un mundo que tenga por norma la defección incondicional;
2) desarrollo y crecimiento: la reciprocidad tiene éxito en un mundo de estrategias plurales;
3) pervivencia: la reciprocidad cooperativa se defiende de la invasión de estrategias menos cooperativas.
De todas las propuestas que se exponen para promover la cooperación, como son las de incrementar la importancia del futuro (la iteración fomenta la cooperación, por lo que hay que hacer más frecuentes y duraderas las interacciones), modificar los pagos asignados a los jugadores (basta con que el incentivo por la cooperación a largo plazo sea mayor que la defección a corto), mejorar la capacidad de reconocimiento (del otro jugador y de las estrategias que ha empleado anteriormente) y enseñar a los jugadores determinados valores (como el altruismo o la reciprocidad), desde la perspectiva ética nos interesa especialmente esta última. Axelrod considera que la moralidad queda más sólidamente fundada sobre la reciprocidad (representada por la estrategia "toma y daca") que sobre la cooperación incondicional (que es la que plantea la norma moral más aceptada, la llamada Regla de Oro). Una moralidad basada en la reciprocidad no parece intuitivamente una moral muy elevada e incluso nos resulta algo repulsiva por insistir en cobrar golpe por golpe, en ser vengativa (en aplicar la llamada ley del talión). Sin embargo, se puede afirmar que es mejor que la basada en el egoísmo. No solamente sirve para ayudarse a uno mismo, sino también a los demás. Bien mirada, es una estrategia muy justa, pues uno no exige para sí más de lo que está dispuesto a conceder a otros; en vez de triunfar explotando al débil, promueve el interés mutuo y además con buenos resultados ¿se puede realmente actuar de una manera moralmente más elevada? La estrategia "toma y daca" tiene sus deficiencias desde la concepción de la racionalidad que maneja la teoría de los juegos, pues en realidad no aprovecha la ventaja de jugar contra quien no reacciona inmediatamente ante las defecciones. Por eso, se puede decir: no hay ninguna estrategia buena o mala -en términos de racionalidad- fuera de contexto.
IV. Reflexión ética a partir del dilema del prisionero: ¿egoísmo (DP) o cooperación (Toma y Daca)?
Según Douglas J. Den Uyl [Power, State and Freedom: An Interpretation of Spinoza's Political Philosophy] es posible rastrear en Baruj Spinoza un claro antecedente de la estrategia de la cooperación. A partir de E3P27 se puede constar que la tendencia de la imitación de los afectos en Spinoza se inicia con un acto cooperador. En otras palabras, con una "acción" que tiende a aumentar la potencia de obrar. En el libro III de la Ética a partir de E3P27 y en las proposiciones subsiguientes, podemos encontrar la confirmación de esta tesis. El ser humano tiene una tendencia a identificarse con las pasiones del otro o de los otros. Aun cuando el conocimiento sobre sus afecciones o pasiones sea de primer género, es decir, tenga ideas inadecuadas y confusas sobre su cuerpo y los cuerpos exteriores que lo afectan, aun así, está siempre presente una identificación con el objeto que causa aquella pasión, con el sentimiento que despierta y con el conocimiento que le corresponde. En los escolios y corolarios subsiguientes de esta misma proposición va a mencionar otras afecciones que aumentan o disminuyen la potencia de obrar, tales como la tristeza y la emulación (E3P27S1), la alegría (E3P27C1), la compasión que implica la imposibilidad del odio "según esta hipótesis" (E3P27C2), conduciéndonos a liberar de la miseria toda aquella cosa que compadecemos (E3P27C3), manifestándose una voluntad de hacer el bien (E3P27S2 y E3P27). Así, tendemos a identificarnos con los afectos de amor u odio, gozo o tristeza, por una relación de simpatheia hacia los demás.
Esta mecánica de las afecciones demuestra claramente cómo las afecciones positivas pueden anular sus contrarias, oponiéndolas en una relación sumatoria y, a la inversa, tendemos a identificarnos con los afectos de amor u odio, gozo o tristeza, por una relación de simpatheia hacia los demás. De esta manera, siguiendo esta tendencia mecanicista, la fuerza de una pasión sólo puede anular o neutralizar con la fuerza de su contraria, tal como señala en E3P32, cuando se anula el gozo ajeno por la posesión de una cosa esforzándonos en lograr que no lo posea. De tal forma que el amor aumenta con el amor, el odio aumenta con el odio, pero, a su vez, la única forma de eliminar la tristeza es oponiéndole la alegría, y la manera de eliminar el odio es con el amor. Una lectura atenta hace evidente que sólo después de la enumeración de estos deseos que aumentan la potencia del ser va a hablar de aquellos que disminuyen la potencia del obrar, y por consiguiente, conlleva padecimiento, convirtiendo a sus sujetos en esclavos o de sí mismos o de las afecciones externas, tal como se observa en el conjunto de proposiciones que van desde E3P38 hasta E3P47.A partir de E3P48 se va a advertir el retorno a las afecciones que aumentan la potencia de obrar, siendo las más ilustrativas en esta dirección E3P53 y E3P54.En Spinoza se asienta en esta teoría de la imitación de los afectos una confrontación con las tesis hobbesianas y no sólo esto, sino que en la teoría de la simpatheia se puede encontrar el sustento a variantes que resuelven el DP.
Sin embargo, desde la teoría de los juegos hay otras estrategias de juegos iterativos que son una alternativa al DP, y que, como en el caso de la encrucijada en que se encuentra Venezuela no se reduce a un simulacro entre fanáticos de las matemáticas, la lógica y del azar, sino que podríamos contribuir a conocer y reflexionar sobre otras alternativas que signifiquen la supervivencia espiritual, física, intelectual, moral y política en un país como Venezuela, para todos los ciudadanos y ciudadanas que lo conformamos.
Una de estas variantes en la teoría de los juegos que responde de una manera diferente al DP es la estrategia del Tit for tat ("toma y daca"), fundamentada en el estudio de las afecciones que Spinoza presenta en la parte III de la Ética.
Esta estrategia se basa en unos principios totalmente contrarios a los del DP. Su punto de partida:
1. Es racional; en otras palabras, al menos uno de los jugadores sabe que el resultado que pretende es mucho más que ganar la partida.
2. Es iterativo; es decir, tiene una proyección hacia el futuro, hacia la prolongación indefinida del juego.
3. Es altamente gratificante por sus resultados.
¿En qué consiste esta estrategia? Su punto de partida será siempre la cooperación, tiene tres momentos:
Primer momento: la cooperación.
Segundo momento: a) la defección; b) la retaliación.
Tercer momento: a) indulto; b) retorno a la cooperación.
El primer movimiento, el de la cooperación, es muy claro: si no estamos dispuestos a cooperar, a jugar, no habrá partida. El segundo movimiento es el que torna interesante el juego porque por cada Tit o "toma" que haga A, se producirá similar respuesta por parte de B, hasta que una de las dos partes decida desertar, haciendo cualquier trampa o aplicando una regla jamás acordada. ¿Cuál es la respuesta del contrincante? La retaliación, es decir, por aquella interrupción del tit, un tat, por este "toma" un "daca".
Una vez respondida la sanción, se llega al tercer movimiento que es el del indulto, para restablecer inmediatamente la continuación de la partida. En otras palabras, se restablecen las condiciones de la cooperación. ¿Hasta cuándo? Hasta cuando se presente una nueva defección por cualquiera de las partes; en ese momento, se replicará con la retaliación, pero se procederá una vez más al indulto, para proseguir indefinidamente el juego.
Contrastando este principio de la cooperación planteado por la estrategia del Tit for tat se puede encontrar, en efecto, una coincidencia con la teoría de la simpatheia de Spinoza.
Den Uyl sustenta la remisión a Spinoza de este principio de la cooperación por cuanto, a partir de E3P27 va a hablar, en primer lugar, de aquellas afecciones y deseos que aumentan la potencia del obrar y, por tanto, hace de los seres humanos sujetos activos, que son dueños de sus propias pasiones, afecciones o deseos, porque conocen su origen y sus consecuencias.
Sólo después de la enumeración de estos deseos que aumentan la potencia del ser, va hablar de aquellos que disminuyen la potencia del obrar, y por consiguiente, conllevan padecimiento, convirtiendo a sus sujetos en esclavos o de sí mismos o de las afecciones externas. En resumen, cada vez que me responden con un "toma", respondo "toma" (amor con amor se paga), pero cuando me dan un "daca", "daca" devuelvo, momento de la retaliación. Por cada tit, un tat.
Como anota Spinoza (E3P54), hay una tendencia a imaginar todo aquello que asienta la potencia de obrar y a actuar en su consecución. En esta medida y con mayor razón, el ser racional buscará siempre eliminar el odio con el amor, el daño con la benevolencia, para asegurar los términos de una asociación cooperadora. Pues, hemos de tener presente que opuestamente a la idea hobbesiana de que el hombre es lobo para el propio hombre (típico del DP), para Spinoza el hombre es dios para el propio hombre (E4P35S). De esta manera se puede advertir en la Ética spinoziana tanto un fundamento de la cooperación, como uno de los antecedentes más explícitos de su necesariedad. Un elemento adicional que reafirma la tesis spinoziana de la simpatheia o imitación de los afectos es que aquel que ha sido beneficiado del acto altruista de la cooperación, continúa la cadena, repitiendo la acción cooperadora en el momento inmediatamente propicio.
Y como en el conjunto de la Ética spinoziana se puede constatar, su ejecución aumenta la potencia de obrar, porque esta acción cooperadora es altamente gratificante, fuente de satisfacción y emulación, tanto para quien obra en conformidad, como para quien la recibe. Pero una consecuencia importante de este estudio es proyectar la posibilidad de entender y extender la aplicación práctica de este principio de la cooperación a la sociedad política. Porque, como vimos anteriormente, el DP jugado reiterativamente en el ámbito de la asociación política conlleva a un estado permanente de defección que es el que se da, por ejemplo, en el estado de naturaleza hobbesiano, en el que, enfrentados sus miembros unos contra otros, el único aliciente en la constante defección es encontrar otro más débil a quien explotar. Por ello la resultante del DP, jugado en la política, es el equivalente a un estado permanente de guerra que conduce a la destrucción.
Otro ingrediente que tiene como ventaja esta estrategia es que hace de cada jugador un participante activo. Somos cada uno(a) de nosotros(as) quienes decidimos iniciar el proceso cooperador, sin defeccionar a la siguiente jugada si no se nos corresponde. Y cuando esta característica se amplía al ámbito de la actividad política, hace a cada uno de los concurrentes participantes activos. Rompe con la pasividad de aquellos ciudadanos o sectores que siempre se han quedado en la actitud contestataria, que sólo se ven ante el Estado y las instituciones políticas como meros beneficiarios del orden político y social, y abre la posibilidad para todos los protagonistas de convertirse en ciudadanos y ciudadanas activos que aportan soluciones y son parte de las acciones que a ellas conducen. Una estrategia como la del Tit for tat se podría convertir en estrategia de cooperación que no sólo puede ser aplicada en las relaciones humanas a cualquier nivel, sino que podría ser maximizada en el dominio de lo político, como un juego de n personas en la cual una parte de ellas está representada por un líder. Esta estrategia, sería una herramienta útil para la disyunción de los problemas de vida o muerte, de soluciones extremas a las que por lo visto nos estamos acostumbrado, y en las cuales no hay posibilidad de negociación y acuerdo viable, razonable y civilizado.
Volviendo a Spinoza, esta imperiosa obligación de superar el estado de indefensión típica del estado natural es la que lleva a construir un orden en el cual, superado el cálculo egoísta que no prevé las consecuencias de las acciones, sino sólo la satisfacción de los apetitos individuales, los seres humanos puedan vivir en concordia. En la IV parte de la Ética, a partir de E4P35, va a concluir su tarea de construcción de un Estado civil en el cual los apetitos y la ciega pasión estén sometidos a una ley común acordada por todos.
V.CODA
Entregados al juego más extremo de las pasiones, en el estado de guerra y retaliación que se perfila en Venezuela, no se ha podido advertir por parte de cada uno de los antagonistas que si de lo que se trata es de jugar no un simple juego, sino el juego de vida como contrincantes inteligentes, hemos de recurrir a nuevas formas de cooperación. Y para ello no hay otra alternativa que la construcción de una verdadera civilidad. La cooperación supera aspectos íntimos del ser humano como el egoísmo, del cual nos atrevemos a señalar una vez leído e interpretado los aportes de Spinoza, en su libro III de la Ética, a la luz de las modernas conclusiones presentadas por Alxerod. La dinámica de los acuerdos, impregnada por la temporalidad de las sociedades que históricamente van cambiando, es también un legado de Spinoza en su idea del pacto temporal.
PARA SABER MÁS……….
Alxerod, R. (1996).La evolución de la cooperación. Madrid: Alianza.
Duran, R. (2007). La simpatheia en la teoría de las afecciones de Spinoza y el principio de la cooperación. En: Fernández. E. y Cámara, M. (Comp.). El gobierno de los afectos
Fernández. E. y Cámara, M. (Comp.) (2007). El gobierno de los afectos en Baruj Spinoza. Madrid: Trotta.
Gutiérrez, G. (2000). Ética y decisión racional. Madrid: Síntesis.
Poundstone, W. (1995), El dilema del prisionero, Madrid: Alianza.
Spinoza, B. Ética demostrada según el orden geométrico. Madrid, Trotta, 2009, traducción de Atilano Domínguez.
Den Uyl, D.J. Power, State and Freedom: An Interpretation of Spinoza’s Political Philosophy. Assen: Van Gorcum, 1983.
Warburton, N. (2002). La caverna de Platón y otras delicias de la filosofía. Barcelona.
https://www.youtube.com/watch?v=CBbXeCTZPPs
https://www.youtube.com/watch?v=_v455fhimuc