El Gran Partido Histórico de la Revolución Bolivariana o su Estado Mayor

Con sólidos argumentos, el Presidente Chávez ha hecho la propuesta de avanzar, el año que viene y a partir de un Congreso Político, Ideológico, Doctrinario y Organizativo a mediados del 2007, en la constitución y organización del Gran Partido Histórico de la Revolución Bolivariana que represente a la República.

Antes de examinar las tesis del Presidente, conviene hacer una aclaración sobre el sentido y alcances de dicha iniciativa, para deslindar campos con las distorsiones que ya el tóxico mediático de la ultraderecha ha puesto a circular a fin de generar confusión entre las masas populares y la opinión sobre supuestos planes totalitarios y antidemocráticos.

Lo que el Primer Mandatario ha sugerido es crear el Gran Partido Histórico de los Revolucionarios Bolivarianos, no el partido único de todos los venezolanos, como venenosamente lo insinúan analistas y politologos asociados con el pensamiento escuálido. Los capitalistas, los grupos religiosos, ciertos segmentos de clases medias y hasta algunos delirantes de la extrema izquierda disparatada podrán crear sus partidos y movimientos políticos, los cuales funcionaran en completa libertad, siempre y cuando respeten las reglas de juego fijadas en la Constitución y las leyes de la nación. Aquellas facciones (Ver Sartori) que se gesten para conspirar, sabotear y bloquear el socialismo y el ejercicio de los derechos fundamentales del pueblo, deberán ser tratadas como verdaderas agrupaciones delincuenciales, depredadores del interés público.

Veamos en primer lugar los argumentos del Presidente Chávez.

Primero. Es conveniente crear dicha organización unificada porque la gran cantidad de partidos políticos atenta contra los intereses de la revolución y contra la unidad popular. Cada día nacen más partidos, eso marca el sentido contrario de la revolución y sus intereses. ¡Unidad popular debe ser nuestra divisa bolivariana por encima de todo!. Con el Gran Partido Histórico Unificado de la Revolución todas las tendencias deben sumar esfuerzos, compartir escenarios y tomar responsabilidades, en el contexto de la unidad, la solidaridad y el respeto, para integrarse en una plataforma popular que garantice que el Presidente Chávez lidere con el pueblo, al tiempo que profundiza la revolución y refunda la República.

Segundo. A su juicio, la profusión de partidos y movimientos crea ideas de dispersión y es fuente de divisiones, por lo que este nuevo partido engrana, consolida y dirige a todas las organizaciones populares.

Tercero. Como parte de la nueva fase de la revolución, Democracia Revolucionaria, estructuremos el partido único de la revolución, del pueblo venezolano y que acabe la dispersión.

Cuarto. El objetivo es estructurar una “gran maquinaria” (es la metáfora esbozada por el Presidente) que vaya mas allá de la mecánica electoral, para que desempeñe funciones políticas, organizativas, ideológicas, de defensa popular, tácticas, estratégicas e internacionales como expresión política cabal de nuestro pueblo (obreros, campesinos, jóvenes, funcionarios, expertos, desempleados, intelectuales informales, mujeres, indígenas, etc.).

Quinto. Hay que mantener la organización y la maquinaria, más allá de lo electoral, para "elevar el nivel ideológico, el nivel moral, el nivel combativo, la capacidad de movilización, de acción, de reacción, de defensa, de ataque y contraataque.

Sexto. Se trata de un partido nuevo, desde abajo, desde las bases populares de nuestra nación, resultado de la organización, de las movilizaciones, del alto nivel ideológico y de la activa participación de las masas populares

Séptimo. Se necesita una sola gran estructura para darle mayor fortaleza a la revolución, así como terminar con discusiones internas. Vamos a unirnos todos, el enemigo es grande, es el imperialismo norteamericano.

Octavo. Al argumentar la necesidad de la unidad en un Gran Partido Histórico de la Revolución, el Presidente, recordó que Simón Bolívar, en su última carta, le pidió a un amigo general suspender sus diferencias con el general Rafael Urdaneta porque de esa unión dependía el futuro. La división, expresó, fue una de las grandes causas del fracaso del sueño bolivariano. El Presidente insiste, una y otra vez, en la cohesión. En la unión para ser libres, invencibles y así triunfar siempre

Noveno. Se hace indispensable transitar por dicho proceso unitario para hacer avanzar la Revolución hacia la concreción de las bases de la futura sociedad socialista.

Décimo. El Presidente plantea, igualmente una metodología para darle curso a su propuesta. Propone debatir hacia adentro, con altura, con ideología, con tesis.

Estas son las consistentes razones del Presidente que, a mi juicio, deben servir de guía a este debate, central para los desafíos que tenemos ya y hacia el futuro inmediato y mediato.

Se trata, ni mas ni menos, que de decantar la infraestructura política de la revolución. Los procesos revolucionarios aparentemente son caóticos pero en su naturaleza y esencia son profundamente organizados, disciplinados, inteligentes, parte de lo cual es la existencia material y espiritual de una institucionalidad colectiva (el partido), encargada de darle racionalidad a los actos y movimientos de los seres humanos empeñados en superar las relaciones capitalistas de explotación (marcadas por el caos y la anarquía) y construir unas relaciones humanas de solidaridad, fraternidad, libertad, igualdad y bienestar para todos, es decir, el socialismo

Es evidente que el primer destinatario de este proyecto político fundamental son los partidos y movimientos políticos que apoyan y respaldan al Presidente y su liderazgo revolucionario. Obviamente todo el pueblo, sus organizaciones gremiales y profesionales, los medios masivos de comunicación populares, hacen parte de esta crucial iniciativa.

Por lo pronto, ya el Partido Comunista de Venezuela, en la palabra inteligente de su Secretario General, Oscar Figueras, ha esbozado los criterios de aproximación a este asunto.

Veamos sus reflexiones y propuestas.

Primera. El Partido Comunista de Venezuela (PCV) respalda la propuesta del presidente Hugo Chávez de crear un partido único entre las organizaciones que respaldan el proceso de cambios que encabeza desde 1999.

Segunda. El planteamiento realizado por el Presidente Hugo Chávez de avanzar a la constitución del Gran Partido de la Revolución es uno de los planteamientos, que junto a la definición socialista del proceso bolivariano, constituye una de las propuestas más trascendentales realizado por el líder del proceso. El Presidente Chávez ha puesto para el debate político, los dos grandes temas que para los comunistas son fundamentales, trascendentales, el tema del Socialismo, que es uno de los objetivos fundamentales del Partido, es la razón de su existencia y el del Partido de la revolución.

Tercera. Este es un debate que corresponde a la necesidad y las demandas de la revolución venezolana. Es un debate que los pueblo latinoamericanos, los revolucionarios y revolucionarias, han estado esperando de nuestra revolución, ya que el proceso que vivimos en Venezuela se ha convertido en una referencia necesaria, importante para las luchas por la libertad y la construcción del nuevo mundo socialista.

Cuarta. Al Partido Comunista no lo toma de sorpresa la iniciativa, tiene absoluta pertinencia el debate. Ya en la época del Comando Ayacucho propusimos la necesidad que tiene el proceso revolucionario venezolano de contar con una dirección colectiva y unificada, un Estado Mayor de la Revolución.

Quinta. El Partido Comunista considera que el nivel actual de agudización de las contradicciones de la nación venezolana con el imperialismo norteamericano y sus amenazas y acciones hacen pertinente la propuesta de crear el Gran Partido Histórico de la Revolución.

Sexta. La construcción del Gran Partido Histórico de la Revolución, que involucra principalmente la unidad de los y las revolucionarias, es un proceso. Es una gran movilización ideológica que necesita mucha fuerza, madurez y voluntad política para transformarse en revolucionarios, militantes de un Partido Histórico de la revolución.

Séptima. Este proceso, implica la maduración de fases bien precisas que deben desarrollarse, como las siguientes: i) La definición del carácter ideológico del partido, ii) de su programa, iii) de la forma organizativa, iv) del carácter de masas y de cuadros del partido, v) su disciplina y vi) su carácter revolucionario. Esos son aspectos fundamentales que debe darse en el debate que ha planteado el Presidente Chávez.

Octava. Con estas fases hipotéticas del proceso conviene iniciar una etapa de caracterización (definición, marco teórico y práctico) del partido de la revolución que se quiere y que ya Chávez adelantó asumiría las banderas del socialismo, uno de los objetivos estratégicos de los comunistas.

Novena. De la misma manera se considera que la propia composición del partido exige un nivel de depuración, pues no es posible aceptar gente con conductas corruptas o ajenos al proyecto estratégico de país, que es el socialismo.

Décima. Para el Partido Comunista, la iniciativa presidencial dada la naturaleza democrática de la organización, exige el mayor debate interno dentro de la organización, de los colectivos de la Juventud Comunista y fuerzas amigas del movimiento popular y revolucionario para tomar una decisión final en un Congreso nacional partidista.

Undécima. El Partido Comunista considera posible la realización en 2007 del Congreso propuesto por el Presidente Chávez, si se inicia un proceso de debate de las tesis de los diversos movimientos, para conformar los espacios de articulación. Constituir una organización con activistas de diversas agrupaciones exige un nivel de encuentro en lo concreto, reconocimiento e incluso construcción de afectos mutuos. Si avanzamos en ello hay condiciones par realizar ese Congreso en el 2007. Este evento puede ser previo o posterior a los congresos de los partidos, pues puede ser de carácter ideológico, para definir el rumbo de la nueva organización, su carácter y forma organizativa para dar paso a los debates internos de las agrupaciones.

Estos son los puntos de análisis, bastante precisos por cierto, que la iniciativa presidencial esta propiciando en esta etapa inicial de un debate que se extenderá a otros temas como el de la profundización de la revolución para concretar el socialismo.

En desarrollo de este sustancial proceso político conviene examinar lo que ha sido la experiencia histórica del movimiento revolucionario y comunista internacional en este campo.

Sugiero examinar lo ocurrido en la revolución de 1848 en Europa; en la Comuna de Paris; en el pensamiento y la practica de Lenin y los revolucionarios rusos al iniciares el siglo XX, en los sucesos de 1905 y los de la revolución de octubre de 1917; el ¿Qué hacer? de Lenin propone múltiples líneas de análisis y prácticas en la organización del Partido de los revolucionarios y la revolución socialista; la acción y gestión del Partido Comunista de la Unión Soviética debe ser un referente central, por encima de los prejuicios y distorsiones de la narrativa historiográfica burguesa, cargada de falsedades y vagabunderias contrarevolucionarias, con el único propósito de extirpar en la memoria popular los hitos centrales de la lucha por el Socialismo; valorar la experiencia del Partido Comunista de China, su relación con el campesinado, el proletariado, los intelectuales y las clases medias de los centros urbanos; acercarse a la lucha de los comunistas vietnamitas; conocer a profundidad el curso seguido por los revolucionarios cubanos en la organización del Partido Comunista.

Se trata de valorar todo este mosaico de ricas circunstancias que nos deben permitir construir en las mejores condiciones esta infraestructura política de la revolución, tal como lo ha propuesto el Presidente de la República.

Por lo pronto, me parece que con este proyecto estamos colocados delante del reto de dar forma a una de las más formidables instituciones publicas y colectivas de la nación, con funciones centrales como las siguientes: i) Elevar la capacidad organizativa y de gestión del pueblo. Tremenda tarea la de capacitar a nuestro pueblo en destrezas organizativas, de planificación y gestión de los asuntos colectivos (agua, energía, comunicaciones, educación, infraestructura, carreteras, cuidado ambiental, seguridad integral, defensa, relaciones internacionales) . Esto no puede ser solo un privilegio del management empresarial capitalista, enfocado en el marketing y la venta perpetua de sus mercaderías. El socialismo y su partido deben mostrar sus enormes potencialidades en este ámbito de la vida moderna. ii) Cualificar política e ideológicamente al pueblo y los ciudadanos, para que sean conscientes de sus derechos fundamentales consagrados en la Constitución y las leyes y no sean víctimas de la manipulación y la intoxicación de los aparatos ideológicos de la burguesía y el imperialismo. iii) Movilizar a las masas para que defiendan el Socialismo como forma solidaria de organización social frente al individualismo, la codicia y rapacidad capitalista. iv) Organizar la defensa popular del Estado y los avances de la revolución socialista, mediante la adecuado dotación y formación de las estructuras correspondientes (Unidades de defensa, Guardia Territorial y Guerra de Todo el Pueblo). v) Hacer la gestión política en términos de mucha eficiencia y calidad. vi) Elevar la formación moral del pueblo para de esa manera superar practicas sociales tan regresivas como la corrupción, el clientelismo, la mentira, la manipulación, el cogollismo, el aprovechamiento personal de los recursos sociales, el arribismo, el lucro personal, el amiguismo y la delincuencia.

Enorme desafío político el que ha planteado el Presidente Chávez con la creación del Gran Partido Histórico de la revolución, que es así como lo ha denominado inicialmente.

Reto que implica establecer claramente los términos de referencia del debate para evitar confusiones y una infernal torre de babel que no nos conduzca a nada haciéndole el juego al imperialismo, a los escuálidos y a los oportunistas que parasitan de la revolución acomodándose a todas las circunstancias, como ya lo podremos ir viendo.

San Cristóbal, 12 de septiembre de 2006.


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Horacio Benítez


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