¿Cuál socialismo? (II)

La situación social

Comenzaría de menara muy sencilla a esbozar las características de una omisión (¿Intencionada?) que ha sido constante en el curso del desarrollo de los procesos políticos y sociales que transversalizan la revolución Bolivariana de Venezuela, se trata de la determinación de las condiciones Bío-Psico-Sociales de la población Venezolana, que ha estado sujeta a intensas tensiones por la crisis económica, en medio de un proceso de transformación política y en estado de asedio por parte de las potencias extranjeras.

Esta condición efectivamente determina su comportamiento en el seno de la sociedad, además determina su interés social y su pensamiento, si Carlos Marx esbozaba que las condiciones materiales de la existencia del ser, determinaban su conciencia social, en la situación venezolana podemos aseverar que la conciencia de nuestra población pobre está casi en estado de suspensión de dispositivos racionales y más proclive a una situación de emergencia biológica, siendo la consecuencia directa de esta condición, la desafectación social con los procesos sociales.

La sociedad Venezolana sufre un episodio de descomposición social y política que trastoca los cimientos de los postulados teóricos de la Revolución, a ésta (Sociedad) la obviamos al momento de analizar la situación política del país, si nos abstraemos al sujeto de la Revolución, que en términos no muy precisos lo denominamos "pueblo" haciendo referencia a la gente humilde, al pobre y a los de clase media baja, al obrero de la fábrica, al empleado público, al campesino al pescador y otros productores de la economía popular, nos damos cuenta que están en las mismas condiciones que al resto de la población afectada por la crisis económica, sería la debilidad social del Sujeto.

La brutal arma que utiliza el imperialismo para doblegar a los pueblos que se le oponen es una combinación letal de distintos elementos que se combinan para lograr en primera instancia, el ablandamiento de sus oponentes, recurren a modelos de persuasión, acechos, amenazas, falseamiento de la realidad, guerra psicológica, hasta llegar a un nivel de sobre exaltación de la situación que provoca en la Psiquis social un efecto que permite una sutil manipulación y posicionar allí la precondición subjetiva de una realidad fabricada a la medida de los intereses del Imperio.

Este hecho de por sí, lo experimentamos durante los periodos de la crisis Económica 2008-2013 hasta el periodo 2014-2017 durante el cual la desafectación social (descomposición) alcanzó los niveles políticos que generaron las condiciones para las primeras Guarimbas 2014 (Terroristas) y de la derrota electoral del Chavismo en Diciembre del 2015.

El Capitalismo en su edad senil y sin alguna alternativa económica que le haga contrapeso asume su rol imperial, en el marco de la globalización como hegemonía indiscutible, pero a su vez convertida en la espada de Damocles de la Humanidad, ha convertido su fuerza operante en irrefrenable e incontrolable avalancha destructora del medio ambiente a través de la extracción indiscriminada de minerales, devastando los bosques, degradando los suelos, contaminando los acuíferos, pero también contaminando el aire, por el aumento progresivo de la emanación Co2.

Una grave amenaza para la vida en la tierra constituye el despliegue de toda la fuerza acumulada del Capitalismo (Imperialismo), devenida ahora en fuerza de carácter mundial preparándose para el despojo total de las riquezas naturales de las naciones, contando para ello con la más poderosa fuerza militar de la historia, no tendrá límites morales para alcanzar sus objetivos. La constitución de una fuerza que contrarreste las ambiciones imperiales es un imperativo, pero lo es también la organización de bloques sociales de carácter mundial que pongan en tela de juicio el destino manifiesto del capitalismo.

El proceso revolucionario Venezolano, se enfrenta ante el imperio en condiciones desfavorables ante los inmensos recursos militares, financieros, comunicacionales y persuasivos que posee de manera inagotable, ésta configuración de elementos primordiales, demuestran ya el poder ofensivo y avasallante que posee el Capitalismo, por lo cual, es valedero considerar que el sujeto histórico al cual se hace referencia desde el Marxismo (El proletariado) no podría en ninguna instancia enfrentarse en el terreno bélico contra el imperio para derrotar al capitalismo sin sufrir las consecuencias, no solo de una derrota militar sino más bien de un posible aislamiento o bloqueo como es el caso de Cuba.

Y aun obteniendo el proletariado la victoria militar contra el imperialismo se verían seriamente afectados para impulsar el Socialismo, lo que se traduciría en una derrota política e ideológica, pero esta reflexión de ninguna manera se puede tomar como un axioma, por el contrario, el campo de las posibilidades de una victoria política e ideológica se pueden materializar aun en la derrota militar, solo si se le puede infligir daños irreparables al sistema Capitalista, por ejemplo, que la prolongación de la guerra sea tan intensa que los gastos militares a los que recura la guerra, sean evaluados por el Capital de manera que los beneficios sean tan bajos que pondrían en peligro la supervivencia misma del sistema Capitalista.

Por ello la revisión de las teorías revolucionarias deben hacer énfasis en las posibilidades del sujeto histórico en lograr la emancipación en las condiciones determinadas por el imperialismo y a su vez precisar el carácter del sujeto, si se trataría de una vanguardia acompañada de pueblo, si seguiremos insistiendo en el proletariado, si se tratase igualmente de las multitudes diversas o si desde las posiciones de poder (Gobierno-Estado) se lograría la transformación de la sociedad y la superación de las relaciones de dominación. Otro imperativo lo constituye afinar las estrategias para la construcción del nuevo Sujeto a partir de la acumulación de experiencias antiglobalización, anticapitalistas, anti extractivas y de resistencias regionales y locales, es a partir de reconocer y caracterizar la nueva fase del enemigo de clase y su disposición estratégica, que podemos constituir y desarrollar una fuerza que en la medida de los acontecimientos históricos piense globalmente y actúe localmente en aras de transformar la realidad que nos oprime.

Las ideas concretas para rearmar las conciencias en rebeldía surgen de los propios oprimidos, de sus tradiciones de luchas, del legado histórico cultural y liberador, accionando en colectivo con la moral en alto, cada localidad tiene su propia realidad y es a partir de allí que se expresa la diversidad, por lo cual es necesario reconocer las distintas formas de lucha que combinadas pudieran conformar un bloque social hegemónico.

Es necesaria también la discusión epistemológica sobre los proyectos emancipatorios, sobre todos los métodos de interpretación de la realidad basados en la dialéctica que no terminan de concretar resoluciones transformadoras de la realidad, que no contemplan las alternativas (Alteridad) más allá del ámbito de lo estructural demarcado, dejando pasar desapercibido la dinámica social al margen de las estructuras, como si la sociedad estuviese paralizada, cuando la realidad es que esta sociedad y su gente a diario, construye relaciones que les permiten ir superando la crisis aun sin contar con el apoyo de la estructura.

El Sujeto histórico en la globalización es el Sujeto de la diversidad.

El tema del Sujeto da para mucho decir, discutir e investigar, se requeriría de toda una filosofía para la comprensión de esta categoría, la cual históricamente ha tenido una evolución paralela al desarrollo del sistema Capitalista, es imposible describir al sujeto sin ubicarlo en su espacio-tiempo-contexto que determina su diseño y proceso de construcción.

El sujeto desde su biología, tiene atributos naturales de todo ser humano, es corporalidad, pero también conciencia, pulsiones y emociones, una conciencia que se desarrolla sin fin a lo largo de toda su vida, la conciencia es el producto Bío-Psicológico de la interacción del ser humano con sus emociones, instintos, memorias, oníricas y reflexiones.

En primer lugar el ser humano (En edad infantil) se enfrenta a situaciones subjetivas no conscientes, es decir, que ocurren en su corporalidad, en su interior pero que no están sujetas al discernimiento real, están bajo el escrutinio de sus instintos (Subjetividad primaria) que percibe las sensaciones o emociones de peligro, amenazas, miedos y reacciones de defensa, ataque y huída.

Por estas razones podemos señalar que el Sujeto político no nace, se construye en el hacer y la reflexión en su vida, necesita para alcanzar la plenitud como sujeto, las interacciones con otros humanos, sujetos o no, para la realización de su formación, de estas interacciones, entre individuo e individuo, individuo e individuos, surge una comunicación reflexiva de la realidad, que en la medida que se interactúa espacialmente, se acumula más desarrollo de la subjetividad, hasta un nivel que alcanza la intersubjetividad.

Este proceso no es simple, pero tampoco complicado, caracterizar al Sujeto, siempre fue tarea de diseño teórico, bajo la lógica de la dialéctica, pero a lo largo de los años esta tesis no se ha podido comprobar, por lo tanto es necesario una discusión o un diálogo epistemológico que nos permita, enfocar el abordaje del fenómeno del Sujeto.

El sujeto surge por la transversalidad de la subjetividad consciente, (ya habíamos señalado que existe un nivel de subjetividad no consciente) El cerebro (Corporalidad) el contenedor la reflexión, de la mente, que discierne, analiza, aprende y decide, es el campo donde la subjetividad hace síntesis (Conciencia), la subjetividad producto de la interacción con los medios de existencia, producción y reproducción de la vida, las relaciones con otros individuos, crea así misma las condiciones propicias para reafirmar la subjetividad.

Así el sujeto es consecuencia de la subjetividad consciente, el producto de las interacciones con otros individuos que nutren mutuamente su información a través del dialogo, es decir un compartir como iguales entre distintos, es el cruce de la diversidad, que da como resultado una mejor comprensión (Realidad especifica) de nuestros entornos, el lenguaje de lo diverso es el vehículo que armoniza como síntesis nuestros conceptos o representaciones sociales, es el conector entre la subjetividad-Realidad-Semántica, es en el lenguaje donde consensuamos nuestros significados, legitimamos contenidos y viabilizamos nuestros objetivos.

Pero más allá esta la comprensión de la realidad global, aquella que nos toca pero que no conocemos, es el contexto general del desarrollo ulterior del sistema Capitalista, la subjetividad o el conjunto de relaciones ampliadas de la diversidad cultural se enfrenta ahora a la realidad totalizante de la globalización, es el encuentro de los mundos como espacios culturales para interactuar.

Las relaciones sociales entre quienes se piensan el mundo bajo la mirada de la globalización, tienen diferentes medios entre los que podemos contar internet y redes sociales como las preferidas para el orden bidireccional de la comunicación efectiva, pero nada sustituye la corporalidad de las relaciones sociales, por ello uno de los mejores espacios de interacción de las relaciones globales lo constituyen los foros sociales y encuentros regionales o particulares.

Pero más importante aún son las luchas concretas contra lo que nos oprime, la acción humana que produce la reafirmación de la subjetividad y es donde se cuece a fuego lento la intersubjetividad, es solo en este momento (Praxis) donde el Sujeto aparece como pleno de conciencia y autoconciencia de su ser en el contexto de su realidad.

Lo que deba hacer el sujeto, el camino a andar, sus objetivos pertenecen a las categorías políticas e ideológicas, solo las organizaciones donde participe el sujeto de la diversidad podrán definir sus estrategias, acciones y objetivos de acuerdo a las circunstancias, condiciones y realidades particulares, pero cabe destacar que por ser Sujeto de la diversidad rebelado ante la dominación de la globalización, qué representa a sí misma la totalidad alcanzada por el Capitalismo, es un Sujeto que negando la totalidad se fragmenta en los colectivos de la diversidad, por ello la consigna "Pensar globalmente y actuar localmente" designa un momento y un hacer que identifica al sujeto de la diversidad.

DEFINICIÓN DEL SUJETO HISTORICO

Se trata de conjugar las diferentes perspectivas que encuadran en un marco general representativo sobre el concepto y caracterización del Sujeto Histórico, no es el levantamiento de un único o predeterminado perfil que identifique los rasgos y características más elementales del Sujeto, sino más bien, descubrir a partir del contexto general de la coyuntura histórica las circunstancias, tiempo y espacio que generan las condiciones propicias para el surgimiento del sujeto histórico, este no se forma de la nada, ni tiene un modo natural de su producción y reproducción, es la construcción permanente de una fuerza humana auto consciente y en movimiento que se cualifica cada vez que se enfrentan a una realidad que le es contradictoria o negada.

Es necesario sin embargo definir los atributos esenciales para la determinación del Sujeto Histórico desde lo particular hasta lo concreto, tomando en consideración las múltiples expresiones con que se nos presenta en el escenario global, el sujeto histórico en su contexto, expresa la diversidad en la medida que las determinaciones del sistema capitalista (en su etapa final de expansión y desarrollo la "globalización") impone sus criterios lógicos de dominación en lo político, ideológico, económico y cultural.

Son múltiples determinaciones interactuando en la realidad, por lo que la disposición correcta del sujeto histórico es su disposición "Diversa" o definida como propuesta la "división social de la lucha" entendiendo esta disposición, como la organización de los diferentes espacios organizativos de las distintas expresiones sociales por sectores sociales y por clases sociales oprimidas.

La "diversidad" no es solo la conjugación de los distintos espacios y frentes de luchas, es en sí misma "la Negación de la Totalidad en acción" totalidad como estrategia del imperialismo globalizado, cuya necesidad de articular, control social, poder político y un solo modelo económico para todo el planeta que le permita superar el miedo a la "incontrolabilidad del sistema Económico Capitalista" como factor que detona las crisis de sobreproducción que acaban paulatinamente con el propia sistema.

A este nivel podemos precisar que en la construcción del Sujeto Histórico, se puede destacar que es un hecho histórico, ya que surge de la opresión, se cualifica en las relaciones e interacciones con los individuos (Subjetividad Consciente) y desarrolla un proceso de comprensión de su realidad que comparte con otros de manera que se constituye la identidad política (Intersubjetividad) necesaria para articular los distintos procesos de liberación.

En síntesis, el sujeto histórico es aquel campo de fuerzas y de movimientos organizados que apuntan hacia el cambio social.

Hay por lo tanto, en la definición del sujeto histórico actual, tres dimensiones interrelacionadas entre sí, a saber:

a) que se sitúa en el campo político-ideológico y social contrario y alternativo al sistema capitalista de dominación;

b) que es portador de un propósito estratégico de cambio social; y

c) que es portador de un proyecto de nueva sociedad.

d) Que está al margen del Control social del estado aunque interactúe en términos particulares y no generales.



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Alí Anzola Escorche


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